El Pleno del Senado aprobó ayer con 131 votos a favor y 129
en contra una moción del PP que literalmente insta al
Gobierno a realizar las reformas legales y reglamentarias
necesarias para prohibir el uso, en espacios públicos o
acontecimientos públicos que no tengan una finalidad
estrictamente religiosa, de vestimentas o accesorios en el
atuendo que provoquen que el rostro quede completamente
cubierto y dificulten así la identificación y la
comunicación visual, al suponer esa práctica una
discriminación contraria a la dignidad de las personas y
lesionar la igualad real y efectiva de los hombres y las
mujeres”.
El líder de la oposición en la Asamblea, Mohamed Ali, acusó
al PP de querer prohibir “movido por la islamofobia” el uso
del velo integral islámico “como primer paso para acabar
haciéndolo también con el hiyab”. Ali dijo “temer” que tras
la iniciativa de prohibir el velo integral islámico se
esconda “una intención de estigmatizar todo lo musulmán”.
“En cuestiones como las relativas al ámbito de la seguridad
todos estamos de acuerdo”, afirmó el diputado, “y de hecho
ya está regulado qué prendas se pueden utilizar y cuáles no,
por lo que no parece necesario reclamar una normativa
específica para las diez mujeres que pueden utilizar burka o
niqab en Ceuta, que no serán más que pocos cientos en todo
el país”.
Consejo de Europa
Ali no se mostró, sin embargo, de acuerdo con los argumentos
que justifican la prohibición de usar esas prendas por la
Igualdad de la mujer o para evitar su sometimiento al
hombre. “Antes que nada”, opinó el presidente de la UDCE,
“habría que preguntar a quienes las utilizan por qué lo
hacen ya que incluso el Consejo de Europa, hoy mismo [por
ayer], ha dicho que una prohibición general ‘podría negar su
derecho a cubrirse el rostro a las mujeres que personalmente
y libremente desearan hacerlo”.
Ali también criticó que hace una semana el PP ceutí dijese
que no existía “demanda social” para impulsar la prohibición
del velo integral, por “exponer un discurso en la ciudad
autónoma por interés electoral mientras sus compañeros hacen
lo contrario en las Cortes Generales”.
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