Según el decir de unos, por la Gracia de Dios. Y de otros:
porque Dios fue un gracioso.
La bipolaridad existente en los criterios expuestos, es una
constante que se manifiesta cuando se habla o se discute
sobre la figura de Franco o sobre su carisma, su
personalidad, sus decisiones, sus acciones y sobre el todo
de su conjunción. Bipolaridad no tan sólo en el interior de
nuestra Piel de Toro, sino también en el exterior de ésta.
Bipolaridad mantenida, tanto por intelectuales como por
analfabetos. Por sindicalistas orgánicos, como por
inorgánicos. Por tendencias de extrema derecha como las
opuestas de izquierda. Franco, supuso en su tiempo, como nos
supone en la actualidad una contradicción en sí mismo, y no
en función de su carisma, de su carrera militar, de su
negativa a adherirse a una asonada, de su brutalidad o
ejemplaridad en apaciguar la revolución asturiana, de
negarse a formar parte de la masonería española, del
secundar el golpe de Estado de 1936, para al final entrar de
lleno en él. De ganar una guerra emprendida en apariencia en
contra de su propia voluntad como en contra de la voluntad
de las democracias, y en total desacuerdo con los súbditos
de éstas, y desde el convencimiento que tenía Franco del
fracaso de la misma . Y todo, porque ni los suyos ni los
opuestos han querido conocer al personaje, ahondar en su
simplicidad y en el corto recorrido de sus ambiciones, que
en realidad es lo que ha llevado a estimarlo como un
personaje complejo, al no haberse el manifestado sobre lo
que pretendía o deseaba. Y lo dicho, lo pueden comprobar con
un elemental análisis de lo que nos manifiesta Paul Preston
en la biografía que escribió sobre Franco y en cuya
introducción nos recoge:
El enigma del general Franco
“…Francisco Franco es el menos conocido de los grandes
dictadores del siglo veinte. Esto se debe en parte a la
cortina de humo creada por sus hagiógrafos y propagandistas.
En vida se le comparó con el arcángel Gabriel, Alejandro
Magno, Julio César, Carlomagno, el Cid, Carlos I, Felipe II,
Napoleón y una hueste de héroes reales e imaginarios….” “…El
mayor obstáculo para conocer a Franco reside que reescribió
su propia biografía con regularidad…”
Es absurdo negar la existencia de los criterios bipolares
sobre la figura de Franco. Y que esta bipolaridad bien
pudieran estar orquestadas por diversos intereses. Lo que
rechazo por principios, es la manipulación que nos quiere
hacer Preston, de que el enigma de Franco nos viene impuesto
por la voluntad del propio Dictador. Y este criterio me lo
corrobora los propios argumentos, ejemplos y citas que nos
trae el biógrafo sobre la personalidad del biografiado
cuando él nos dice sobre el guión escrito por Franco y que
se concreto en la película Raza:
“… fue simplemente la manifestación más radical y
autocompla¬ciente de los incansables esfuerzos de Franco por
crear un pasado per¬fecto…. la novela es muy valiosa para
penetrar en su psicología…aportando el material necesario
para que cualquier biografía se transformase en
hagiografía…. La necesidad de amañar la realidad, tal y como
revelan las reflexio¬nes de Franco sobre su propio pasado,
es síntoma de una considerable inseguridad. No sólo la
combatió en sus escritos sino también en la vida real,
creando para él sucesivos personajes públicos. La seguridad
que le brindaban estos escudos permitió a Franco, casi
siempre, dar una apariencia de comedido e imperturbable….”
Si hay algo eminentemente genuino en la personalidad de
Franco y reconocido por todas las partes, detractores y
aduladores, es la intachable y casi inigualable carrera
militar que el biografiado realizó antes, mucho antes de
escribir Raza, ya que sus propias hazañas de guerra,
superaban con creces cualquier relato fantasioso, como el
propio Preston reconoce cuando nos dice: “… fue un soldado
valiente y de capacidad extraordinaria…fue el general más
joven de Europa desde Napoleón”
Siendo en realidad la exposición manipuladora de Preston,
junto con las otras muchas inciertas , las que crean y
potencian las grandes contradicciones que se dicen se
manifiestan en el personaje o en la personalidad Franco,
pero no en función de lo dicho por él, que en realidad nunca
dijo nada, como nos recoge el propio Preston, con citas de
varios personajes sobre Franco, que nos dicen:
“…Fran¬co es hombre que se dice y se desdice, se acerca y se
aleja, se esfuma y se escurre; siempre vago, y nunca claro y
categórico»” “…Era efusivamente halaga¬dor, pero no
respondió con franqueza a ninguna de las preguntas que le
formulé. Es el hombre menos sincero que he conocido»…”
“…«glacial, femenino y esquivo (sfuggen¬te)»…” “…Ten¬go la
sospecha de haber conocido al hombre que mejor se calla en
España…”
Pero sobre todo los mas allegados a él, nos dice Preston que
manifiestan:
“…«Nunca he manteni¬do un diálogo con el general. He
escuchado monólogos suyos muy largos, pero no hablaba
conmigo, sino consigo mismo».13
A la vez que nos sigue afirmando “… Todo aquel que entraba
en contacto con él comentaba sus modales afables, corteses,
aunque distante…”
Pero el personaje que en realidad mejor define la
personalidad de Franco fue su capellán, el Padre Don José
María Bulart que lo describió según nos dice el biografo:
“…quizá era frio como han dicho algunos, pero nunca lo
aparentó. En realidad nunca aparentó nada…” Y esta
descripción dada sobre Franco, por una personalidad tan
cercana a él y que tan interiormente le conocía, nos la
refrenda Preston cuando nos afirma : “…Franco fue muy
reservado. Estaba muy imbuido del pragmatismo insondable o «re¬tranca»
del campesino gallego….”
Siendo esta y ninguna otra, la impenetrabilidad de Franco
para dar a conocer su personalidad, nunca ambicionó nada,
como no fuese el desarrollo y la perfección de su vida
militar y de su vida familiar. Y por ello, y por ejercer de
gallego, no lo cogieron en contradicciones, porque nunca en
sociedad y en intimidad fue categórico en sus diálogos o sus
monólogos, sino escurridizo e impreciso hasta la
impermeabilidad, de forma y manera que nunca nadie pudo
manifestar, que Franco le mintió y que hizo lo contrario de
lo que se comprometió, pese a los tiempos que vivió.
No obstante, he de estimar que la psicología de Franco
estuvo preñada de los acontecimientos producido en el año 98
del siglo XIX. Fundamentalmente como consecuencia del ámbito
donde se desarrolló su infancia, El Ferrol, por la profesión
de su padre y el grado que alcanzo en la misma. Por la
quiebra familiar que produjo su progenitor y el desprecio
manifestado hacia el concepto de familia. Por su propia
formación en la academia militar y los acontecimientos
sociales y políticos que se desarrollaron en esa época de
formación.
Por lo tanto para definir a Francisco Franco Bahamonde, no
lo podemos hacer en función de sus compromisos, que parece
ser no los tuvo, ni de lo que dijo, que nunca se comprometió
a nada sino de sus acciones, que son los que en realidad lo
estigmatizan, lo señalan y lo definen . Y es en función de
este criterio y por su comportamiento primero en la guerra
de África. En la segunda Republica. En nuestra confrontación
civil. Y como Jefe del Estado español, con poderes plenos y
totales sobre España y todos los españoles como se podría
definir la personalidad de Franco.
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