La primera Evaluación Diagnóstica
del Sistema Educativo que se realiza en nuestro país, aporta
una radiografía clara del rendimiento de los alumnos en cada
Comunidad. Es conveniente decir que se ha utilizado la
Metodología del Informe Pisa de la OCDE.
La prueba que ha elaborado el Ministerio de Educación, entre
alumnos de 4º de Primaria, para medir la capacidad de
aplicar las competencias, que se suponen que han aprendido.
En cuanto a la utilización de la Metodología, al parecer,
ofrece los resultados más precisos y científicamente
consistentes hechos hasta ahora, sobre los conocimientos que
tienen y lo que saben hacer con ellos, los estudiantes
españoles de 9 y 10 años.
El Informe tenía como objetivo evaluar la adquisición de las
competencias básicas de los alumnos en lingüística,
matemáticas, conocimiento e interacción con el mundo físico
y ciencias sociales y ciudadanía. El examen lo llevó a cabo
el Instituto de Evaluación del Ministerio y era igual para
todas las autonomías. Intervinieron en total 28,708 alumnos.
Los mejores resultados para La Rioja, Asturias,
Castilla-León y Aragón. Suspenden en todas las áreas
evaluadas las Comunidades de Valencia, País Vasco, Baleares,
Ceuta y Melilla, por este orden. Cataluña, otrora una
comunidad de fuerte liderazgo, en la puntuación global, de
17 autonomías más las dos ciudades Autonómicas, obtuvo un
mediocre puesto 12, por debajo de la media. ¿Quién lo iba a
decir? Las dos ciudades hermanas, Ceuta y Melilla, ocupan
los últimos lugares de la clasificación, Ceuta, encima de
Melilla.
La Secretaria de Estado de Educación y Formación
profesional, presentó los datos y señaló que “deben tener
una lectura global para apreciar un sentido real de la
situación” y destacó la “homogeneidad del sistema educativo
en toda España, con escasas diferencias entre Comunidades”.
Según las conclusiones, el Informe muestra la importancia de
dos factores para la mejora del rendimiento escolar, que son
las expectativas de permanencia en el Sistema Educativo y el
nivel de Formación del entorno. Revela también que aquellos
estudiantes que aspiran a alcanzar unos niveles de estudios
mayores (Formación Profesional de Grado Superior,
Universidad) obtienen mejores resultados que quienes
abandonan los estudios al finalizar la etapa obligatoria.
Un dato a tener en cuenta es el relacionado con los alumnos
repetidores, que están de media en niveles por debajo que el
de los demás, en las cuatro competencias. El sistema
educativo debe tener más flexibilidad, ya que no existen
expectativas de mejora en los resultados de esos alumnos.
¿Qué hacer con ellos?
Los resultados que obtienen los alumnos ilustran sobre el
dominio que tienen las competencias, es decir, de la
aplicación de los conocimientos que han adquirido. Un
análisis de los resultados medios obtenidos permite elaborar
un perfil tipo de las competencias que domina un alumno de
10 años entre las que cabe destacar, por ejemplo: a la hora
de leer tiene la capacidad para identificar la información,
buscarla en textos extensos, organizarla y realizar
descripciones coherentes. Puede sustituir palabras de un
texto por otras sin que pierda cohesión, o integrar el
significado de frases literarias por el contexto del texto.
Otro ejemplo es el relacionado con la competencia social y
ciudadana, el alumno tipo reconoce los derechos básicos de
los ciudadanos, son conscientes cuando una situación es
injusta y capaces de identificar las características de la
democracia. Detectan la desigualdad entre hombres y mujeres
y reconocen la necesidad de normas que faciliten la
convivencia.
No es ninguna novedad la influencia del entorno familiar.
Esto ya se sabía. El estudio revela que los hijos de padres
con estudios universitarios obtienen puntuaciones medias más
altas, en torno a 520 puntos, que bajan a 500
aproximadamente si son titulados medios, a 480 si sólo han
cursado estudios obligatorios y a unos 350 si no lo han
completado.
Considerando la mínima puntuación de 500 puntos, son 11
Comunidades las que superan la prueba, de las 19 que
participan. Sorprenden los puestos alcanzados por Cataluña
(12), País Vasco (14), Baleares (16), Comunidad Valencia
(17)… cuyos responsables intentarán conocer las causas del
fracaso y aplicar las soluciones pertinentes. Por la
importancia de las mismas, urgen establecer soluciones. Lo
de Ceuta y Melilla, farolillos rojos de la clasificación, es
de esperar que también se apliquen soluciones para mejorar
esos puestos.
Es especialmente sorprendente que la Sra. Secretaria de
Estado de Educación, manifiesten que merece destacarse la
“homogeneidad de nuestro sistema Educativo, con escasas
diferencias entre las Comunidades. Lo que significa que en
las mismas se aplican contenidos de igual naturaleza.
Sabemos que esto no es así. Posiblemente se dé en algunas
competencias básicas, como conocimiento lingüístico –si se
utiliza el castellano- y en Matemáticas, que tiene el mismo
lenguaje. En otras, no. Ni siquiera con el probable acuerdo
con el frustrado Pacto por la Educación, que ha quedado sólo
en el intento. Pero sigo pensando –ya lo manifesté en su
momento- que lo que tendría que hacer nuestro Gobierno es
recuperar las competencias en Educación, transferidas
alegremente a las Comunidades Autónomas. Si queremos
mantener nuestra identidad nacional, dentro de la
Constitución del 1978, aprobada por la voluntad general
libremente expresada, los contenidos de los diversos grados
de enseñanza deben ser consensuados y comunes.
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