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sociedad - SÁBADO, 19 DE JUNIO DE 2010


control de la diabetes. cedida.

sanidad
 

Los casos registrados de diabetes suponen el 9% de la población ceutí

El Ingesa cree que la cifra real es muy
superior porque la mitad de las personas adultas que padece este trastorno metabólico ni siquiera ha sido diagnosticada todavía
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Más de una décima parte de los ceutíes vive con diabetes si se consideran los casos registrados por el Ingesa, las personas que aun estando diagnosticadas no se someten a ningún seguimiento y quienes la padecen sin que hayan sido diagnosticados porque no presentan ningún tipo de sintomatología específica.

El 9 por ciento de los pacientes con tarjeta sanitaria en Ceuta padece algún tipo de diabetes. El porcentaje se eleva tres puntos más si se consideran las personas que, a pesar de haber sido diagnosticadas, no se someten a seguimiento alguno porque no necesitan insulina. Pero el patrón epidemiológico de este trastorno metabólico en la ciudad tampoco quedaría ahí. La directora de Enfermería de Atención Primaria, María del Carmen Ruiz, asegura que la mitad de los adultos que padecen diabetes no están diagnosticados porque no manifiestan ninguna sintomatología, y la concentración de glucosa en la sangre se descubre de manera accidental en alguna analítica.

Según el protocolo de atención a pacientes con diabetes, el seguimiento de la enfermedad y su tratamiento corresponde a las enfermeras. La frecuencia de las consultas de revisión depende del tratamiento que siga cada paciente, lo que también tiene mucho que ver con el nivel de glucemia que presente.

La mayor frecuentación la registran quienes necesitan administrarse insulina. Estos pacientes puede ser citados una vez cada mes o, a lo sumo, cada dos meses. Quienes reciben su tratamiento por vía oral precisan menos consultas, aunque también intervienen otros factores como el riesgo de hipoglucemia o determinadas contraindicaciones que deben ser controladas con otros medicamentos.

Un tercer grupo, menos afectado por la concentración de glucosa, sólo precisan de cambiar determinados hábitos alimenticios o hacer ejercicio físico. En este caso basta con que acuda a consulta dos veces al año.

El Ingesa también trata a cuarenta niños de diabetes del tipo I. En estos casos, siempre se administra insulina. En el centro de salud de Otero se coordina todo el trabajo que se desarrolla con los padres y con los grupos para que sepan cómo actuar respecto al paciente. El Ingesa también colabora con los colegios para que los profesores de educación física sepan como reaccionar ante una subida de glucosa.
 


Prevención primaria para el diagnóstico anticipado

Los centros de salud no sólo intervienen en el diagnóstico y tratamiento de la diabetes, también en su prevención. Así, se puede hacer una prevención primaria, dirigida al diagnóstico anticipado: un paciente puede ser intolerante a la glucosa pero no responder a un diagnóstico de diabetes. Entonces el protocolo aconseja que el paciente baje de peso, disminuya el consumo de hidratos de carbono y practique deportes. De esta manera, tardará más tiempo en llegar a la diabetes. Eso sí, una vez que se tiene un diagnóstico positivo, la diabetes es para toda la vida. Aquí lo que corresponde es la atención secundaria para mantener la glucosa en un nivel determinado. Sobrepasado este nivel, la diabetes puede provocar fallos en el sistema vascular y dar pie a patolologías como la retinopatía diabética o la insuficiencia renal. Enfermeras de cada centro de salud han realizado además recientemente unos cursos que las capacitan como educadoras terapéuticas, al objeto de que puedan ayudar a pacientes diabéticos a cambiar de hábitos de vida. Un trabajo nada sencillo y que va más allá de informar sobre los riesgos de determinadas conductas. No basta con informar, sino disponer también los mecanismos para la modificación conductual, que puede ser particularmente difícil en los pacientes adultos, cuando los hábitos ya están muy arraigados. Con todo, la directora de Enfermería, María del Carmen Ruiz, asegura que el protocolo en España es muy dinámico y evita muchas muertes.
 

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