A pesar de esas expectativas
creadas, especialmente, por la prensa, con una confianza,
sin límites, en lo que debía ser y no ha sido la Selección
Española, en su primer encuentro del Mundial.
Suiza que no es nadie en el fútbol nos puso la primera
zancadilla, con lo que, a partir de ahora, no se puede
perder nada y yo creo que, ni siquiera, empatar.
Y naturalmente, tras esta derrota, empiezan las críticas a
lo que hace tres días eran alabanzas, con lo que “los
perfectos” han sido descendidos a la tierra y han pasado a
ser unos de tantos.
Un nuevo resbalón podría desatar una de las tormentas más
grandes del verano, que está a punto de comenzar, por lo que
representaría para todos, pero muy especialmente para los
distintos medios de comunicación, que han apostado muy
fuerte en esta edición del Mundial.
Y es que aquí se pasa del cero al infinito en un cuarto de
hora y como, por encima de todo, somos resultadistas, al
haber perdido en el primero de los encuentros, ya empiezan a
aparecer los cuchillos afilados, incluso en aquellos que
habían contado y cantado unas glorias que faltaban por
llegar.
Lo que se está viendo en esta Selección Española, desde hace
tiempo, es que el sistema impuesto y “fabricado” por Luis
Aragonés, iba con él y él lo controlaba, pero eso no quiere
decir que pueda ser rentable con otro.
Ya hace un año y, curiosamente, también en Sudáfrica, el
conjunto español cayó ante Estados Unidos, que no es una
potencia mundial en fútbol. Ahí ya se estaba compitiendo.
Ahora, también, en competición se ha vuelto a pinchar, no sé
si con posibilidades de levantarse pero, de una forma o de
otra, lo que queda claro es que una cosa son los amistosos o
las fases anteriores a las competiciones serias y otra cosa
es la propia competición, que puede poner en su justo sitio
al seleccionador, al que, hasta ahora, nadie parecía
atreverse a tocar.
Todo se andará, especialmente, cuando han ido a esa fase
final del Mundial varios jugadores lesionados o saliendo de
lesiones complicadas: Torres, Iniesta, Cesc, por ejemplo,
como si otros que no pertenecen a esas “camarillas” y que
podrían haber tenido un sitio entre los 23, no tengan
derecho a nada.
El cargo de Seleccionador Nacional es, prácticamente, la
tumba de más de un técnico, incluso con éxitos logrados.
Desde ahí se diluyó el “efecto” Clemente, algo parecido pasó
con Camacho, Iñaki Sáez, nunca había tenido gran fama y pasó
con más pena que gloria. Luis Aragonés, a pesar de ganar la
Eurocopa, está “acabado” para los banquillos y ahora, Del
Bosque podría cerrar su periplo en los banquillos, en los
que, por mucho que se le alabe, ha tenido una carrera corta
y “a saltos”, porque jamás un técnico ha tenido en sus manos
un equipo como el que a él le puso el Madrid y, si bien es
cierto que ganó cosas, sin embargo fueron muchas menos de
las que podría haber logrado, con lo que tenía en aquellos
momentos.
La prensa, es cierto, ha sido benévola siempre con él, ha
cantado cualquiera de sus actuaciones como un éxito más y
eso, especialmente, puede terminar ahora.
Al final, es cierto, bastará con que la “bolita” entre para
que se vuelva a corear el juego del “tiki-taka”, pero ...,
lo que está claro es que, el fútbol ni hoy, ni nunca, ha
sido una ciencia exacta.
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