La sociedad ceutí, el deporte
local y el fútbol en particular, se han visto convulsionados
en los últimos días como consecuencia de la decisión más
acertada adoptada por parte de la que hasta ahora había sido
la Junta Directiva de la Asociación Deportiva Ceuta,
presentar la dimisión irrevocable de todos sus miembros al
no conseguir, en las últimas temporadas, ascender a la
división de plata del fútbol español.
Algunos, hemos planteado públicamente la necesidad de
renovar todas las estructuras de una modalidad deportiva,
que goza de importantes aportaciones económicas provenientes
de las diferentes administraciones públicas así como, desde
importantes patrocinadores privados, que facilitan el
emprender una nueva etapa donde la ilusión y el trabajo sea
la nota predominante en la renovación íntegra de una
disciplina, que mueve a miles de jóvenes ceutíes con
aspiraciones de incorporarse al primer equipo de la ciudad.
De justicia, es reconocer que la primera candidatura
presentada tras el anuncio de la mencionada dimisión, que
cumplía íntegramente con los requisitos exigidos en los
Estatutos de la Asociación Deportiva Ceuta, correspondió a
José Antonio Muñoz Serrano “Angelín”, empresario ceutí,
editor del diario El Pueblo de Ceuta, ex futbolista y ex
presidente del primer equipo ceutí al que siguieron otras
dos candidaturas. La primera de ellas, desestimada desde un
principio a no cumplir la condición exigida de ser abonado
del club con una antigüedad de dos años y la segunda,
abandonada tras denunciar públicamente haber recibido
amenazas.
Debo puntualizar, que hasta ese mismo instante, nadie había
planteado públicamente, que quien alcanzara la presidencia
de este equipo debería asumir íntegramente su financiación,
como así se ha publicado en algún medio de comunicación de
la ciudad, sin recibir subvención proveniente de los fondos
públicos. Evidentemente, esto se produce cuando se anuncia
que el único candidato posible para ocupar dicha presidencia
es José Antonio Muñoz Serrano, excentricidades de esta
ciudad. Yo, personalmente, he manifestado en mis últimas
reflexiones, que es el momento oportuno para reducir estas
subvenciones públicas, correspondiendo por tanto a la nueva
directiva, sostener y confeccionar un equipo competitivo en
el que tengan cabida jugadores locales en periodo de
formación.
En definitiva, a partir de este momento corresponderá a otra
Junta Directiva dirigir la nave blanquinegra con ilusión,
responsabilidad y constancia en la labor diaria de conseguir
el único objetivo posible, el ascenso a la división de plata
del fútbol español aunque, con la obligada colaboración leal
de todos los estamentos de la ciudad y fundamentalmente, a
través de la complicidad de la Federación de Fútbol de
Ceuta. Ahora, más que nunca, todos por el ascenso.
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