La magistrada del Juzgado de Instrucción número 13 de Málaga
tomará declaración, el próximo día 23, a los dos cirujanos
plásticos de la clínica Doctor Pascual a los que el
Ministerio Fiscal imputa un delito de homicidio por
imprudencia profesional tras el fallecimiento de la ceutí
Encarnación Salazar, el 1 de abril de 2008, tras la práctica
de una liposucción y una reducción de pecho en dicho centro
privado.
Dos cirujanos plásticos de la clínica privada Doctor Pascual
de Málaga declararán el próximo día 23 ante la titular del
Juzgado de Instrucción número 13 de la capital malagueña,
donde deberán esclarecer los hechos relativos a la
investigación ya iniciada tras el fallecimiento de la ceutí
Encarnación Salar, después de ser intervenida para una
liposucción y una reducción de pecho el 1 de abril de 2008.
Ambos facultativos ya prestaron declaración en agosto del
citado año ya que el Ministerio Fiscal les imputaba un
delito de homicidio por imprudencia profesional aunque sólo
uno de los procesados reconoció ante el juez, que por
aquella fecha instruía la causa, que la ceutí sufrió dos
perforaciones en el intestino durante la liposucción, aunque
mantuvo que el tratamiento que recibió a continuación fue el
correcto.
Dos años después, el hermano de la ceutí, Manuel Salazar,
mantiene que Encarnación “no ha muerto de la liposuccion
directamente sino de las consecuencias de hacer mal las
cosas después de la peritoniti, permitiendo que se muriera”.
Según la información proporcionada por Salazar, a la cita
judicial también acudirá uno de los médicos forenses que ha
examinado el estudio toxicológico y el histopatológico de la
paciente, ambos totalmente relevantes para el
esclarecimiento de la causa.
“Siguen ejerciendo”
“Siguen ejerciendo, se niegan a declarar, se les facilita
que no hagan muchas preguntas para investigar, el Centro de
Toxicología de Sevilla se duerme y tiene casi dos años los
informes guardados”. Para el hermano de la ceutí fallecida,
Manuel Salazar, dos años no han sido suficientes para seguir
reclamando justicia y preguntar qué falló o por qué pasó.
“Perforan equivocadamente a una mujer y le producen una
peritoniti; la operan en tres ocasiones para solucionar la
sepsis terrible que le provocaron, y la última, la hicieron
a escondidas. En esta le reseccionaron el trozo que le
quedaba de intestino, que no fue enviado al centro de
análisis.
Mejoró después de esta operación pero siempre con
transfusiones de sangre. Comenzó a tener problemas de
órganos internos, riñones, hígado. Y encima, la mantuvieron
sin medios en un hospital no adecuado, sin nefrólogo, ni UVI
en condiciones. Y cuando vieron el peligro, la enviaron a
vida o muerte al Hospital Carlos Haya”, recordó,
tristemente, el hermano de la ceutí Encarnación Salazar.
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