Debe constarle a ustedes que, a
partir de ahora, seremos muchos los españoles que nos
refiramos con auténtico anhelo al concepto “Nueva
Transición”. Y vamos a hacerlo con esperanza, ilusionados y
dispuestos a gastar esfuerzos y testiculina en conseguir
que, el paso de un gobierno desastroso a un sistema de
futuro, sea un hacer realidad nuestros sueños.
“Estos de ahora”, los “innombrables”, porque nombrarles nos
haría caer en una ilicitud penal o exponernos a una demanda,
“estos” nos han arruinado económicamente, pero no han
arruinado la capacidad del pueblo para soñar. Con ellos, los
derechos al honor y a la intimidad y la insustancial
“presunción de inocencia” han acabado en el momento en que
se llamaba a las cámaras de televisión para asistir en vivo
y en directo a “los paseíllos” de alcaldes, cargos públicos,
empresarios, abogados, madres, hijas, esposas y empleados.
Todos ellos con grilletes a la vista y sometidos al público
escarnio de los telediarios y de los programas del corazón.
¿Qué la mitad de los detenidos y llevados a los calabozos
resultaban ser inocentes y sus causas archivadas?. Sin
problema. Con “estos” no hay responsabilidad penal. Ni
cabeza togada que cortar. Ni tribunal alguno capaz de hacer
justicia con los inocentes. Con “estos” el “perro no come
carne de perro” no es un dicho, sino un principio
constitucional. Y llevado hasta sus últimos extremos y
consecuencias abominables.
Porque, con “los de ahora” el sistema de “castas” es más de
“castas” que jamás y los brahmanes no pueden ser juzgados ni
mezclados con los apestosos “intocables” es decir, con el
pueblo soberano. Por ahora. Porque, si algo caracteriza al
PP es la paciencia y la serenidad. Y si algo destaca en los
votantes populares es la exigencia a sus candidatos electos
de que tengan una memoria increíblemente despierta, sagaz y
rigurosa. No va a haber olvido. Ni perdón. Ni un cobarde
“pasar la página”. Ni apaños interesados. Ni conformismos
nauseabundos. Y, si el perro no quiere comer la carne del
perro se tendrá que conformar y reconsiderar sus ideas,
porque o come eso o va a pasar más hambre que un lagarto
detrás de una pita y le van a dar mucho por el culo, con
perdón de la aseveración.
Que les conste que, a partir de ahora hablaremos hasta
faltarnos el resuello del fenómeno político y social que se
avecina. Porque desearlo y saberlo cercano nos llena de
contento, es oxigenante, es la promesa de dejar de sentir
miedo por los Syteles, de dejar de sentir indignación y
repugnancia ante los “juicios políticos”, de cesar la
inquietud de tantos profesionales, políticos y empresarios
al pensar que les “puede tocar” porque pueden “liar” desde
“arriba” otra “causa general” bien escandalosa y bien
publicitada, para que, los españoles se entretengan viendo
furgones y detenidos y no piensen en como han destrozado el
esfuerzo de años de todo un país. Con el PP no existirán las
“causas generales”, ni se vulnerará la obligación del
reparto de los expedientes para asignar el que interesa a un
juez predeterminado, ad hoc, al que han puesto “ahí” para
que “juzgue” esa causa concreta. Y, si hasta hoy han
existido “causas generales” y chanchullos en los repartos,
no es que el tema vaya a ser cortado de raíz, sino que, los
nuevos Ministros de Interior y de Justicia y el nuevo Fiscal
General del Estado (confío en que hagan caso al clamor que
exige para ese puesto a Javier Gómez de Liaño). Todos ellos.
Los designados con nuestro voto y nuestra esperanza, harán
justicia, se revisarán los asuntos, se investigarán
intereses bastardos y caerá públicamente hasta el apuntador
implicado en cada injusticia, contando con la más absoluta
libertad de prensa.
Dicen los internautas que existen ya “listas” de futuribles
imputados. ¿Qué dicen? ¿Qué pueden ustedes apuntar hacia
ciertas causas y ciertos nombres? Pues estén seguros de que,
en las famosas “listas” de futuros investigados y
empapelados, aparecerán más de unos y unas de ellos ellas.
Pero no por venganza. El clamor popular que llevará al poder
al Partido Popular no es un clamor de venganza, sino un
clamor enfebrecido de que se haga justicia. Un deseo
incontrolable de resarcimiento, de que nos devuelvan la
ética, de que paguen por habernos hechos odiar y temer a
quienes están ahí, por la voluntad ciudadana, con el deber
de protegernos y de defendernos, que no de aterrorizarnos,
reprimirnos, angustiarnos. Los españoles no somos dados a
sufrir de “síndrome de Estocolmo” y aborrecemos a quienes
nos dañan injustamente.
El compromiso moral y ético del Partido Popular en esta
Nueva Transición es, antes que nada, castigar con dureza a
quienes defraudaron, engañaron y llenaron de miedo a los
españoles. El Partido Popular va a ser votado para que se
haga justicia. Para que recuperemos la libertad. Para que
respondan quienes nos llevaron a esta opresión. El listón
moral y ético está alto. Pero es un hermoso reto y ahí está
España entera para apoyarles.
Que nunca olviden que gobernarán para que se recupere el
auténtico sentido del término “Justicia”. Y que Dios les
conceda el gobernar desde, con, por y para, el Honor.
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