Hasta cinco asentamientos de inmigrantes y un sexto
“posible” tiene localizados la Guardia Civil, en concreto,
el Servicio de Protección de la Naturaleza, Seprona, en los
montes ceutíes, todos ellos en el entorno del Centro de
Estancia Temporal (CETI) y en terrenos militares. Tanto
desde este Cuerpo de seguridad como en la Consejería de
Medio Ambiente se reconoce la dificultad de erradicar este
tipo de campamentos, que son un foco de incendios y
contaminación, porque a lo más que dan lugar estos casos
según la normativa vigente es a una infracción
administrativa con multa que “no tiene sentido exigir” a
personas sin recursos.
Hasta cinco campamentos de inmigrantes tiene localizada la
Guardia Civil en los montes de la ciudad, todos ellos en el
entorno del Centro de Estancia Temporal (CETI). Un sexto
enclave, con menos “movimiento” que los anteriores se
considera también posible lugar de estas acampadas ilegales,
que generan problemas medioambientales, entre ellos un grave
peligro de incendio a causa de las hogueras que sus
ocupantes realizan para cocinar. Hace apenas una semana los
bomberos tuvieron que intervenir tras declararse un fuego en
uno de estos asentamientos, situado en las inmediaciones de
la nueva Escuela Hípica, en un lugar de difícil acceso y
como el resto, en terrenos militares.
Tanto la Guardia Civil, en concreto el Servicio de
Protección de la Naturaleza (Seprona), como las Brigadas
Forestales, dependientes de la Consejería de Medio Ambiente,
llevan a cabo detallados informes que incluyen fotografías,
de estos campamentos. Tal como informaron tanto desde la
Benemérita como por parte de la Viceconsejería de Calidad
Ambiental, estos informes se elevan a la Delegación de
Gobierno, competente en materia de inmigración.
El jefe de las Brigadas Forestales, Carmelo Navarro,
reconoce el problema que desde el punto de vista del medio
ambiente supone la instalación de estas chabolas y la
realización de hogueras, “sobre todo, en la época en que
estamos”. Tal como recuerda Navarro, desde el 1 de junio,
cuando entra en vigor la Orden que cada temporada emite la
Consejería de Medio Ambiente, está terminantemente prohibido
encender fuego en cualquier punto de la ciudad. No obstante,
Navarro señala que lo único que pueden hacer los miembros de
la Brigada es documentar la presencia de estos campamentos e
informar a la Consejería a la espera de que ordene la
limpieza en el caso de los que, como el del incendio de la
pasada semana, estén desocupados.
Celinea de Miguel, responsable de Calidad Ambiental,
dependiente de la Consejería de Medio Ambiente y Servicios
Urbanos, reconoce la dificultad de luchar con los
instrumentos de la normativa vigente contra estos “atípicos”
casos, pues “abrir a un inmigrante que se supone no tiene
recursos económicos un expediente sancionador no tiene mucho
sentido”.
Por su parte, desde la Guardia Civil se asegura que los
agentes del Seprona están “pendientes” de que los
campamentos no proliferen, y de “advertir” de que no pueden
encenderse hogueras ni dejar residuos en el campo. “Como
mucho, se trata de infracciones administrativas”, señalan.
Según datos del CETI 35 de los 390 residentes optan por
razones “culturales o étnicas” por acampar fuera del centro.
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