He de reconocer que habré intentado leer el Capital más de
una docena de veces, y que siempre he fallado en la
tentativa antes de terminar el segundo capitulo, por lo
farragoso e incomprensible de su texto para dar explicación
al contexto creado, tejido, como si de una araña se tratase
para quedar atrapado en su red, pero no en función del
deleite de su narración, sino de la incomprensión del
contexto dimanado de él. Lo que siempre me ha llevado a
dilucidar, si el verdadero objeto de la elaboración del
Capital por Marx, ha sido la explicación económica del
mercado para su aplicación a la sociológica para la mejor
estructuración del Estado, o instrumento puesto al servicio
de los poderes fácticos para una mejor y más ordenada
desestabilización de cualquier sociedad.
Cuando uno se introduce en el laberintico y farragoso camino
de la Sección Primera, Mercancía y Dinero, rápidamente
comprende lo que nos quiso decir Don Carlos : “Las riquezas
de las sociedades …aparece con una enorme colección de
mercancías…” y rápidamente uno tiene que aceptar como dogma
de fe, que efectivamente una sociedad es más próspera cuando
mayor colección de mercaderías o mercancías aporte a su
mercado nacional y a ser posible también al internacional. A
la vez que hay que aceptar como cierto el concepto que le
merece a Marx la mercancía “…es, ante todo, un objeto
exterior , una cosa que, por medio de …la naturaleza o de la
fantasía…la convierte en valor de uso ” “…el uso de la
fuerza del trabajo, es el trabajo mismo…” .Por tanto,
podemos interpretar que la acción del hombre, mediante la
idea, la inversión y el proceso laboral, producen,…una
transformación del objeto del trabajo con arreglo al fin
propuesto de antemano, su utilidad . El proceso se extingue
en el trabajo, cuando el objeto obtiene su valor de uso…”
De conformidad a lo expuesto, podemos definir que en la
producción de un objeto intervienen un EMPRENDEDOR que por
medio de sus ideas elabora una cosa que la convierte en
valor de uso. Y que para esta elaboración ha utilizado una
FUERZA DE TRABAJO cuyo valor se establece en función del
tiempo consumido. A su vez ha podido intervenir junto al
emprendedor el aportador del capital necesario para
convertir el objeto, en necesidad de uso, INVERSOR .
Está claro que para Marx la riqueza de una Sociedad
estribaba en el máximo de individuos que creasen productos
para su uso como única forma de enriquecer las sociedades. Y
que ésta sería más ricas en función del máximo contingente
de mercadería de uso que se consumiesen.
Siguiendo este hilo discursivo debemos interpretar que en el
pensamiento de Don Carlos una vez terminado el producto
destinado al máximo uso de una sociedad, los tres elementos
intervinientes en su procesos : Fuerza del Trabajo,
Capitalista, Emprendedor, podían dispersarse o continuar
juntos o alternarse con otros sujetos, en busca de otras
mercaderías de máximo uso.
El tercio final del Siglo XIX y el primer tercio del Siglo
XX fue terriblemente convulso por las pormenorizaciones que
se hicieron en la construcción Dialéctica del Capital y en
la utilización de las doctrinas que genero, que a su vez
,bien o mal fue el instrumento que se utilizo para el
desequilibrio y ruptura de muchos de los poderes instituidos
.
La realidad que padecemos en los actuales momentos, es la
consecuencia del criterio impuesto por Franco para el
desarrollo social de su Dictadura, y que posiblemente
dimanaron no tan sólo de la interpretación que hizo del
Capital, sino posiblemente también del contenido de la
Utopía de Thomas Moro, así como también influenciado por los
movimientos revolucionarios surgidos a principio del siglo
XX en España, lo que le hizo intuir, la necesidad de crear
un Estado, donde se conjugasen las fuerzas sociales
emergentes con la económicas de siempre, y donde él se
encontrase como mero elemento arbitral entre ambas fuerzas .
El caso, en su avidez, de hacer lo mejor para España,
habilitó que los laborales a través de los derechos
contraídos obtuviesen el plus valor o el plus trabajo
recogido por Marx.
La realidad objetiva de esa decisión, es que conllevó gran
pérdida de puestos de trabajo. Pérdidas que quedaron
encubiertas, por las determinaciones que adoptaron las
democracias occidentales de posibilitar el crecimiento
industrial de España como medida de freno al auge comunista
que se estaba operando en los países ribereños del
Mediterráneo a mediados de la quinta década del siglo
pasado.
El problema fue instaurado, al cargar sobre la economía
productiva: Emprendedores, inversionistas, trabajadores, la
carga del plus trabajo o plus valía de los trabajadores,
desestabilizando con ello la ecuación formulada por Marx
para la creación de una mercancía de uso, que como el muy
bien dijo la colaboración terminaba en la concreción de esta
mercadería.
Por lo tanto el franquismo alteró en su raíz uno de los
principios básicos en la economía del Estado, según criterio
manifestado por el propio Marx, al incluir en la ecuación
establecida por su política sobre la mercadería de uso, que
es = EMPREDEDOR + INVERSIONISTA+ FUERZA DEL TRABAJO, la
elevación al cuadrado sobre el factor FUERZA DEL TRABAJO ,
al incorporarle a este factor los derechos contraídos. Lo
que conllevó para la economía la destrucción de la propia
ecuación y la pérdida fundamental de uno de los elementos
básicos para que una sociedad sea productiva.
Inversionista o financiador, Fuerza del Trabajo, Empresario,
Emprendedor, son los cuatro elementos básicos para que una
sociedad prospere .Si a estos elementos se le añaden las
riquezas naturales, esta sociedad representaría “El POTOSÍ”
. Y si a su vez le añadimos o revestimos a los que nos
tienen que administrar de los valores tradicionales sobre la
moral y el honor, ya seria “ EL NO VA MÁS” , el paraíso en
la tierra.
Y es aquí el estadio en el que nos encontramos, 5.000.000 de
parados. Fundamentalmente por haber desactivado al
emprendedor y al financiero como principal motor para la
generación de empleo. A su vez el empresario también está
siendo desactivado, quedando tan sólo en este gremio los que
no servimos para otra cosa, y todo por culpa de un falso
concepto impuesto por Franco, al estimar erróneamente, que
para alcanzar el socialismo en una sociedad se tiene que
comenzar por la intervención en la propiedad de la Fuerza
del Trabajo en los medios de producción. Gran error de Don
Francisco que nos ha traído a esta situación. Lo lógico,
para salir de ella, recuperar la ecuación.
Mi propuesta para ello, sería que bajo ningún concepto se
pierdan los derechos contraídos por parte de la Fuerza del
Trabajo. Sistema, al salario establecido, añadirle el
prorrateo de todos estos derechos, junto con todos los
emolumentos y cargas que tiene que pagar el empresario, que
es el valor unitario, que en la actualidad cuesta el puesto
de trabajo creado por el empresario, a pesar de los palos
que recibe de la Administración.
Emolumento los descritos, que en la “OPROVIOSA” también
incluían las cargas fiscales, que en calidad de cuota de
beneficio, que debía de producir la Fuerza del Trabajo o
puesto de trabajo contratado, se le cargaban a la empresa,
“FISCALIDAD A LA GALLEGA”
La empresa o el autónomo, lo que en realidad hace con el
laboral es que este pueda transferirles sus derechos a la
administración. Derechos que en principios representan una
liquidez dineraria y que muy bien pudieran estar regentadas
por los propios laborales, con la garantía que conlleva que
estos derechos estén respaldados por el propio Estado ante
cualquier contingencia de quiebra
Para el autónomo, una vez cubiertos los derechos contraídos,
distribuidos en nómina, se liberaría de la carga coyuntural,
que el laboral pudiera representar ante una situación
económica adversa, acoplando la dinámica laboral o
plantillas a la propia dinámica económica que aflore en el
mercado.
Incluido en nomina el prorrateo de los 45 días de despido
por año trabajado así como también el montante dinerario que
el laboral cotiza por los diferentes conceptos más la
inclusión en su nómina de lo que cotiza el empresario. El
laboral podrá ejercer la opción con la Administración de
guarecerse de cualquier contingencia que le surja. Pero con
ello queda liberado la empresa o el autónomo para poder
despedir con quince días de preaviso. Liberando con ello al
EMPRESARIO de cualquier miedo que pueda tener para efectuar
una nueva contratación o crear nuevos puestos de trabajo. A
la vez, la propuesta sirve para iluminar a la Fuerza del
Trabajo y a mucho de nosotros, para comprobar lo que en
realidad nos representa la carga del Estado, y cómo somos
manipulados, para sustraernos todo el dinero que hemos
acumulado para el Bienestar del Estado, por una serie de
golfos que tan sólo sirven para no hacer nada en beneficio
del colectivo al que representan. Empezando por ese
colectivo asilvestrado a los que hay que aplicarle un
correctivo para que comiencen a trabajar a favor de los que
representan.
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