Es signo de avance cultural de nuestro pueblo el aumento del
número de publicaciones de periódicos y revistas. Esto debe
significar un incremento de personas ávidas de noticias, que
quieren estar al día de todo cuanto acontece a nuestro
alrededor e incluso en el mundo entero.
Pero no deja de ser curioso observar la composición de los
escaparates y expositores de los quioscos y puntos de venta
tradicionales que se han convertido en una auténtica
quincallería.
Junto a su periódico habitual, los hay de todos los gustos e
ideologías, le corresponderá un suplemento semanal de
cultura, economía, de información general o del mundo rosa,
para que profundice en la información de los últimos días.
Pero también podrá llevarse, el tomo de un nuevo diccionario
para buscar el significado de las palabras que no comprenda.
O una novela de una colección de autores reconocidos para
completar su cultura literaria durante el fin de semana.
Según el día, a muy bajo precio podrá adquirir un compacto
de música clásica especialmente elegida para los poco
iniciados, que le acompañará mientras Ud. se informa, o un
video que ilustre los encantos de nuestra tierra.
Para que Ud. pueda degustar una buena copa que le haga
deglutir las noticias de sucesos, podrá disponer de una
cristalería espléndida e incluso, aunque no es buena
práctica, podrá, a la vez que se informa comer con una
vajilla y cubertería conseguidas a golpe de periódico.
Si tiene afanes coleccionista, tenga paciencia, que tarde o
temprano conseguirá de todo. Desde la reproducción de
monedas antiguas, hasta otras conmemorativas, piezas de
ajedrez, o láminas de impresión atractiva.
Es verdad que al multiplicarse las publicaciones, las
editoriales tienen que ingeniárselas para competir y
conquistar un mismo público; pero permítanme una pregunta
maliciosa: ¿tantos incentivos complementarios necesitan los
lectores, para comprar el periódico o lo de estar bien
informado más que un deseo es una consecuencia?
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