Si en esta España nuestra, algún
partido político tuviera la mínima coherencia, no dudaría en
captar al célebre Pepotamo y ponerle de cabeza de lista por
alguna provincia. Tirón popular tiene. Es indudable. Y no es
un producto del marketing ni una de las inevitables cagadas
de los arriolas o pelotasesores con jornal. Pepotamo es
único, genuino e irrepetible.
Todos los nuestros le adoran. No en vano ha sido capaz de
realizar de manera científica, rigurosa y empírica un mapa
en el que aparecen, por sectores, todas las putas de España.
Y como aquí hay más putas que ventanas, el mapa aparece por
internet coloreado a tope y cuidadosamente detallado para
que el rijoso no se confunda y sepa adonde acudir para su
particular holganza. ¡Notición!.
Pero, como el Zetaparo y sus huestes nos han metido un mal
vagío y son estrictamente gafes ¡lagarto, lagarto! La
noticia apareció en los medios con tintes dramáticos, porque
estos son como los napolitanos, que crean la tragedia para
vivirla y, en lugar de hartarse de reír y alabar al
laborioso Pepotamo, pusieron sobre la palestra lo de
siempre, lo de las mafias de la prostitución y tal Pascual.
Cuando acabar con las mafias es tan sencillo como el
reformar el Código Penal y castigar con diez años de prisión
el proxenetismo y expulsión de España al cumplir las tres
cuartas partes de la condena a pulso para el chulángano que
aterrice importado a explotar aquí a las pobres lumis. Les
digo que, cuando las condenas son de jiñarse baja el tipo
delictivo. Natural.
Pero alguien como Pepotamo que ha ofrecido esa exhibición de
empeño y de sacrificio merece un puesto como diputado. Pero
no porque “diputado” lleve bien abrigada la palabra “puta”
sino porque hay que premiar la excelencia y el esfuerzo de
los españolitos de a pie. ¿Qué mascullan con ojillos de
mandril? ¿Qué en los municipios civilizados se multa a las
prostitutas y a los clientes? Vale. Pero no hay noticias de
que, ninguna muchacha que trabaje la nocturnidad haya pagado
jamás una multa. Y en cuanto a la clientela, ya decía
Cervantes en un párrafo de la segunda parte de El Quijote
que “El que tiene un vicio si no se mea en la puerta, se mea
en el quicio” ¿Y ahora que carajos pasa? ¿Qué ustedes han
buscado en el Ingenioso Hidalgo de la Mancha y no aparece el
dicho? Bueno, pues si no aparece es por un fallo de
Cervantes, porque es un dicho muy sabio y muy cabal. ¿O es
que es mentira? Pues no lo es, porque, ni Pepotamo en
internet ni servidora en esta publicación, acostumbramos a
mentir, porque somos cristianos y por lo tanto, auténticos.
Si nuestro Pepotamo dice que en un enclave hay putas es que
las hay. Tampoco va a fardar de conocimientos para
desacreditarse y perder la ocasión de salir elegido como
di-puta-do. ¿Qué preguntan? ¿Qué por qué se han
escandalizado los profesionales de la buena conciencia ante
el mapa? Pues porque lo políticamente correcto es decir que,
a las trabajadoras del sexo hay que reinsertarlas y darles
un empleo, pero como tenemos casi cinco millones de parados
no hay empleo que ofrecer y entonces hay que reinsertarlas y
no-darles un empleo. Mejor aún, si son extranjeras cautivas
de las mafias podemos seguir el ejemplo de excepcional Yunus,
el banquero de los pobres de la India, que ha logrado sacar
a miles de mujeres de la miseria con microcréditos de unas
pocas rupias. Nosotros podríamos pagarles a las mujeres un
billete de avión y les damos un microcrédito de mil eurillos
para que empiecen honradamente una nueva vida en sus países.
No van a decir que no. Y si dicen que no es lo mismo, porque
se las repatría y dota de un crédito por su propio bien, ya
se sabe que, nuestra política es ser muy paternalista con
los desfavorecidos y si no quieren aprender a utilizar la
caña les metemos el potito de pescado en el gaznate, por su
bien y en honor de la moral onegetista.
¿Qué si los peperos van a reformar por fin las Leyes
Penales? ¡Ya les contaré! Van a alucinar. Y mis fuentes son
fiables porque yo viajo mucho a Madrid y ya se sabe que, los
taxistas madrileños, saben más secretos de Estado que
Moratinos. Bueno, más que ese no, pobrecillo. Más secretos
de Estado que los del CNI que son muy cucos y muy
trajinosillos.
Y el CNI investiga a Pepotamo porque hay sus regomellos
entre presentarle para el Congreso o hacerle candidato al
Senado, que es más soporífero que un potaje de Orfidal. Pero
que le presenten para donde sea y le lleven a los mítines de
telonero con su mapa y que luego suelten en el escenario al
sanguinario toro “Ratón” para que, el personal, se parta el
pecho de risa. Cuando larguemos a los siniestros de ahora
hemos de resarcirnos y aprender de nuevo a reír. ¡Vivan el
toro Ratón y Pepotamo! ¡Que vivan las madres que les
parieron! ¡Ele!.
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