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sociedad - DOMINGO, 13 DE JUNIO DE 2010


explosión en el Fuerte de Mendizábal. e.p.

salud / EMERGENCIAS SANITARIAS
 

Orden en medio de la catástrofe

La nueva titulación para trabajar en el
servicio de ambulancias capacita a la
nueva promoción para colaborar en
la confección de planes de actuación
conjuntos con otros agentes en un siniestro
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Organizar un plan de emergencia para afrontar una catástrofe requiere de una ciencia muy precisa, como ha podido verse recientemente en Ceuta con motivo de la explosión en el Fuerte Mendizábal. Para empezar, hay que dividir la zona afectada en tres áreas. La roja la constituye el punto de impacto y es donde actúan cuerpos como los bomberos para rescatar las víctimas o la policía para acordonar la zona. La franja intermedia es la amarilla, es una área de seguridad, donde normalmente se colocan los médicos, los puestos de socorro, las áreas de triaje, la zona de morgue. Los bomberos evacuan a los heridos y moribundos en esta zona para que reciban asistencia. Excepcionalmente, por ejemplo, cuando hay víctimas atrapadas que requieren de atención sanitaria mientras se le rescata, los equipos sanitarios acuden a la zona roja.

Por último, la zona verde constituye el área de estacionamiento de ambulancias y norias de evacuación, a donde se trasladan a los heridos, una vez triados y asistidos, para su evacuación al centro sanitario de referencia. En esta zona se emplaza también el puesto de mando avanzado que dirige a cada uno de los equipos de intervención. En un futuro es posible que se coloquen también grandes camiones, cuando se trata de catástrofes de envergadura, para que puedan acudir el presidente del Gobierno y los altos cargos.

Colaborar en la organización y desarrollo de los planes de emergencia de los dispositivos de riesgo previsibles y de la logística sanitaria ante una emergencia individual, colectiva o catástrofe es una de las competencias que ha adquirido la primera promoción del ciclo de grado medio de FP en técnico de emergencias del IES Almina. “Antes el personal de ambulancias éramos simples conductores o camilleros, pero se ha comprobado que cuando se presta una asistencia inicial básica se mejora las posibilidades de supervivencia de los pacientes”, apunta el delegado del curso, Bentorey Hernández Quintana.

Siguiendo en el terreno de las catástrofes, los nuevos técnicos de emergencias también están capacitados para hacer triajes y para prestar apoyo psicológico inicial a los familiares de los afectados. “Si el herido tiene familiares en el entorno lo primero que hay que hacer es reunirlos y darles la máxima información sobre su pariente. También debe realizarse una escucha activa y mantener la conversación con los familiares, para que no piensen en lo peor”, apunta Jorge Sánchez, profesor-tutor de este ciclo de Formación Profesional.

Los técnicos de emergencia están preparados para operar con distintos tipos de ambulancia. La de soporte vital básico, compuesta por dos técnicos, sirve para atender emergencias, es decir, casos en el que existe un compromiso vital o riesgo de que el paciente pierda la vida consecuencia, por ejemplo, de una hemorragia.

La ambulancia de soporte vital avanzado porta además de los técnicos a un ATS/DUE y un médico, y se diferencia de la anterior en que posee medicación.

La Unidad Medicalizada de Emergencia (UME) es para las patologías más graves, la UVI móvil para traslados de pacientes ya estabilizados a la Península y la ambulancia de transporte colectivo para los traslados no urgentes o programados, fundamentalmente de enfermos renales para que puedan someterse a sus sesiones de hemodiálisis.

Preceptivo


En pocos años se pondrá en marcha una normativa que exigirá la titulación de técnico en emergencias para poder trabajar en el servicio de ambulancias, por eso el IES Almina ofrece esta formación de forma presencial y a distancia. La ciudad autónoma ha sido pionera, junto a Cáceres y Zaragoza, en ofertar esta formación de dos mil horas y trece módulos divididos en dos años lectivos. Aún no es obligatoria, pero las empresas ya están empezando a exigirla.

Con esta formación, con 400 horas de prácticas en el 061, el alumno sale capacitado para evacuar al paciente o víctima utilizando las técnicas de movilización e inmovilización y adecuando la conducción a las condiciones del mismo, para realizar un traslado seguro al centro sanitario de referencia; aplicar técnicas de soporte vital básico ventilatorio y circulatorio en situación de compromiso y de atención básica inicial en otras situaciones de emergencia; colaborar en la clasificación de las víctimas en todo tipo de emergencias y catástrofes; atender la demanda de asistencia sanitaria en los centros gestores de teleoperación y teleasistencia; prestar apoyo psicológico básico al paciente, familiares y afectados en situaciones de crisis y emergencias sanitarias; ayudar al personal médico y de enfermería a la prestación del soporte vital avanzado al paciente en situaciones de emergencia; verificar el funcionamiento básico de los equipos médicos y medios auxiliares del vehículo sanitario; y controlar y reponer las existencias de material sanitario. Con ello puede trabajarse en transporte sanitario, emergencias, teleasistencia y coordinación.
 

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