No creo que haya un cuerpo, un
grupo, institución o como uno lo quiera interpretar que
reúna en sí tantos méritos como Salvamento Marítimo.
Y digo esto, cuando a cada paso, aquí en Ceuta, si no una
medalla, una condecoración, el nombre de una calle..., lo
reciben personas que, en muchas ocasiones, uno se queda
sorprendido y tiene que decir:”¿A qué viene tal honor?”.
Por el contrario en Salvamento Marítimo tendríamos que tener
cada día y a veces hasta en dos ocasiones cada 24 horas, la
noticia de que se les había otorgando, concedido o impuesto,
el galardón más importante de la Ciudad y de toda la costa
marítima.
A lo que hacen estos hombres se puede llamar trabajo, de
verdad, y sin darse por cansados, hayan intervenido en lo
que haya sido.
Salvamento Marítimo, igual que dije hace pocas fechas sobre
la Guardia Civil, debe interpretarse como sinónimo de
Dignidad, pero de una dignidad integral, que todos
debiéramos valorar en su justa medida.
Y es que, a mí, que no soy dado a las loas, gratuitamente,
me llena de orgullo poder escribir un día de la abnegada
función de estas personas que, a lo largo del año salvan
muchas docenas de vidas.
Y todo esto viene, por una de sus últimas actuaciones,
rescatando a siete subsaharianos, a la deriva, no lejos de
la bocana, a unas 9 millas.
Que no le quepa duda a nadie que, si Salvamento Marítimo no
hubiera intervenido allí, a estas horas, otros siete, sin
identificar, estarían en las profundidades del mar o
hubieran sido presa de ..., no lo quiero ni pensar.
Y es que, a uno se le pone la carne de gallina, al ver los
cuerpos tendidos, recuperándose, a la misma orilla del mar,
antes de ser trasladados, por los servicios de emergencia,
al Hospital Universitario.
Seis hombres y una mujer fueron rescatados por Salvamento
Marítimo y llevados al muelle España, sobre las doce y media
del mediodía del lunes.
Seis hombres y una mujer, siete desheredados de la suerte,
que tras sufrir lo que uno no puede imaginarse, lograban la
salvación y ya veremos, a partir de aquí, a lo que pueden
aspirar.
Y he citado el muelle España, un muelle que, últimamente,
hemos traído a esta columna, con frecuencia por la llegada a
él de otros foráneos, esos en barcos de lujo, que pasan en
Ceuta unas horas y siguen su rumbo a otros lugares, siempre
envueltos en todo tipo de lujos.
Eso sucede hoy, eso se da en el mundo de la globalización,
en ese nuevo orden mundial que se ha establecido
recientemente, en el que se ha pasado de aquello de
Occidente con más libertad y democracia, frente al Este con
sistemas que, a sí mismos, se llamaban populares y con una
sola tendencia en sus formas de pensar, a esta nueva
distribución con el Norte y la riqueza, aunque sea en épocas
de crisis, y el Sur con la marginación y la pobreza para la
mayoría de sus habitantes.
Y mientras tanto, Ceuta en medio. Paso estratégico, entrada
o salida, según se mire y al final la que tiene que cargar
con las dificultades.
Pocas veces 18 kilómetros cuadrados dan para tanto, pero
pocas veces en esa extensión de terreno uno puede agradecer
lo que hacen otros, como aquí debemos agradecer a Salvamento
Marítimo.
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