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OPINIÓN - VIERNES, 11 DE JUNIO DE 2010

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

En la época en la que mis abuelos maternos llegaron a esta tierra buscando una vida mejor, los ricos que había en ella se podían contar con los dedos de una mano y quizás, si me apuran un poco, hasta de esa mano sobraba más de un dedo,

Luego, con el paso del tiempo, que duda cabe, esos ricos fueron aumentando en número. Unos ricos que me han dado mucho juego en mí libro “El Círculo”, que un siglo de estos publicaré contando las historias de cómo se hicieron ricos algunos de estos personajes.

Y para que nada falte, con documentación que avala todo cuanto está escrito en ese libro, algunos cuando lean partes de esas historias, comprenderán de dónde vienen muchas de esas fortunas, de las que hoy gozan sus descendientes, y estoy por asegurar que se llevarán una gran sorpresa, pues como dijo aquel “No es oro todo lo que reluce” . ¡¡Caretas fuera!!.

Y como me estoy yendo hacia la historia de algunos de los ricos de este hermoso pueblo, para que nada falte de ella también tengo mí particular historia que empezó cuando tenía siete meses y al menda le dio por hablar con gran claridad.

Así, con esa claridad al hablar mí padre, como todos los padres, presumiendo de niño, cuando más personas había, me preguntaba. ¿Andresito, quién tiene la culpa de que seamos tan pobres?. Y ante el asombro de los presentes, contestaba “el maldito parné”.

La frase la tengo grabada en mí mente y cuando me acuerdo de ella que es casi siempre, por no decir a todas horas, viendo la actual situación del mundo, sigo pensando lo mismos que cuando tenía siete meses, toda la culpa la tiene el maldito parné.

El rico sólo mira por aumentar su riqueza sin importarle, ni poco ni mucho, lo que le puedas suceder al resto de la Humanidad que se la trae el viento fresco de poniente. Si única ilusión es ver como aumenta su capital, para tratar de amasar la mayor fortuna posible mientras esté en este mundo.

Luego cuando se marchan, porque todos nos tenemos que marchar algún día los que vienen detrás, en la mayoría de las ocasiones, se encargan de vivir del cuento y de dilapidar esa fortuna que sin dar un palo al agua se encontraron.

Casos existen de personas que heredaron una inmensa fortuna y hoy están tirados en las calles pidiendo limosnas y ahogando sus penas con el vino. Es la solución al no poderse llevar la fortuna que amasaron para el otro barrio.

Los ricos, según las palabras de la sabia de mí abuela, gastan menos que Tarzán en alpargatas. Para la mayoría de ellos, la mejor forma de divertirse y pasarlo bien, es contar cada día el dinero que tienen. Esos papeles sucios y asquerosos que metalizan los corazones.

Pienso, porque puede pensar que, aunque la sabia de mí abuela tiene toda la razón del mundo, habrá como en botica, es decir de todos

Pero cuando tengo este pensamiento, me entero que se reúnen en nuestro país los componentes del “Club Bilderberg”. Las mayores fortunas del mundo y resulta que le tenemos que pagar 600.000 mil euros por todos los gastos realizados. ¡¡Que leches, mí abuela tenía razón!!.
 

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