Hace pocos días, escribí que
Manolo Luque es un tonto futbolístico. Pude haberle
dicho que es un loco del fútbol. Adjetivo que define la
grandeza de todos aquellos señores que luchan y trabajan
duramente, sin apenas medios, para que los niños vayan
creciendo en un ambiente deportivo que les aleje de los
peligros de la calle. Mas tengo asumido que Luque no merece
ese tratamiento.
Pues nada tiene que ver con los dos nombres que se me vienen
a la memoria. Los dos son ceutíes: Francisco Galán
“Paquirri” y Antonio Tirado “Antonati”. Locos de
una categoría impresionante. Dignos de que los niños sepan
lo que han sido ambos en el deporte rey de Ceuta. Cuando
aquí no había ni medios ni instalaciones ni nada de nada...
Pero podría dar los de otros que he conocido durante mis
muchos años de profesional en distintas ciudades españolas,
donde casi siempre permanecí dos o tres temporadas en los
banquillos. Quizá porque seguía anidando en mi interior la
locura de mis comienzos en la profesión.
Tal es así, y perdonen ustedes que siga hablando de mí, que
cuando perdí esa locura de atar por el fútbol, aún joven y
ganando muy buenos dineros, dije adiós a la profesión.
Puesto que ni quería robar ni engañar a nadie. Desde
entonces, y después de hacerle un favor impagable e impagado
a la Agrupación Deportiva Ceuta, siendo presidente Rafael
Montero y Antonio Vázquez, vicepresidente, jamás
me dio por aceptar ningún cargo relacionado con el fútbol.
Por cierto, de aquella temporada, en la que terminó
ascendiendo el Alcira, a lo mejor se me ocurre contar lo que
hasta ahora no he querido. Pues a veces no me agrada reírme
de ciertos tontos, a casquillo quitado.
Durante las temporadas que estuve yendo al Murube, tuve
además el buen gusto de pasar siempre por taquilla. Porque
la locura es la que nos salva, a gente como a mí, de no ir
de gañote a cualquier espectáculo. ¡Qué vergüenza esa de
hacer uso y abuso de un pase federativo o de un carné de
entrenador!
Y es que la locura, Manuel Luque -aspirante a la presidencia
de la Asociación Deportiva Ceuta, que a este club lo ampare
Dios si es usted el elegido-, “es una fuerza de la
naturaleza para bien o para mal, mientras que la estupidez
es una debilidad de la naturaleza sin contrapartidas”.
Verbigracia: la suya.
Eso sí, de la misma manera que yo le dije que es usted un
tonto futbolístico, ha estado usted en su derecho de
tacharme de loco. Lo que ocurre, créame, es que a mí me
encanta estar loco. Necesito, además, estar loco para poder
asumir que alguien como usted lleve tantos años queriendo
serlo todo en el fútbol. Porque sí.
Porque ha sido futbolista varias temporadas. Y está
convencido de que tiene que ser entrenador, director técnico
de la federación, vicepresidente de la Asociación Deportiva
Ceuta y ahora presidente. Y, de paso, un gañote profesional.
Y, sobre todo, porque que carece de buen talante. ¿Se
acuerda de lo grotesco que fue porque otra vez le dije que
haber jugado al fútbol no es sinónimo de saber de fútbol.
Como ser borracho no da derecho a entender de vinos.
Resumiendo: que acepto con mucho gusto que me tenga por
loco. Y lo de haber nacido en El Puerto de Santa María es
accidente. Que no estorba. El que estorba, como candidato a
la presidencia de la ADC, es un tonto del fútbol. Como
usted. Manolo Luque.
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