ACTUALIDAD - JUEVES, 10 DE JUNIO DE 2010

CEUTA
Gonzalo Testa
ceuta@elpueblodeceuta.com

El profesor de Derecho Internacional Privado de la UGR Ricardo Rueda disertará hoy en la Facultad sobre ‘La integración de los extranjeros en las ciudades fronterizas’ a partir de tres bases normativas fundamentales: la nueva Ley de Extranjería, el Derecho Internacional Privado y el Derecho a la Nacionalidad, conflictivo en Ceuta.

“Voy a tratar de plantear las distintas vías por las que la legislación española está tratando de favorecer la integración de los foráneos, básicamente a través de la normativa de Extranjería, del Derecho Internacional Privado y del Derecho a la Nacionalidad”. Esa es la intención con la que el profesor de Derecho Internacional Privado de la Universidad de Granada (UGR) Ricardo Rueda se propone pronunciar esta tarde a partir de las 19.00 horas en la Sala de Juntas de la Facultad de Educación y Humanidades una conferencia titulada ‘La integración de los extranjeros en las ciudades fronterizas’, un acto organizado por la Cátedra ‘Francisco Suárez’ del Secretariado de Extensión Universitaria de la UGR.

En ella Rueda abundará en las virtudes “integradoras” que desde su punto de vista tiene la normativa española vigente en materia de extranjería, que reconoce puede ser criticada “en otros aspectos”.

“La nueva ley trata de facilitar el acceso de los extranjeros a la educación, al empleo, a la participación política, a instituciones de Derecho de Familia de sus países de origen que se reconocen en el nuestro o a otras que no existen en los suyos pero a las que sí se pueden acoger aquí, como las parejas de hecho en el caso de los marroquíes, por ejemplo”, explicó ayer Rueda en declaraciones a este periódico.

Sobre “la normativa que por excelencia más facilita la integración, que es la de Nacionalidad” y el conflicto que despierta en Ceuta el indeterminado grupo de españoles que simultanea el uso de esta nacionalidad con la del país vecino el experto opina que “no tiene solución”. “Las ciudades autónomas”, matiza, “están más acostumbradas que el resto de España al contacto con el extranjero y no es lo mismo su integración en un pueblo de Castilla que en Melilla”.

Otra cosa es que esa “ventaja” que tenemos en materia de multiculturalidad e integración sirva para combatir el conflicto señalado, que excede a nuestro contexto. “Cuando España concede la nacionalidad exige a los marroquíes renunciar a la suya, pero el país vecino no contempla esa posibilidad”, contextualiza el profesor de la UGR, que cree que “no hay manera” de resolver ese problema.

“Marruecos nunca va a permitir que un ciudadano renuncie a su nacionalidad”, opina Rueda. “En España se les puede sancionar si usasen aquí el pasaporte marroquí o incluso retirar la nacionalidad española a quien sólo haga uso de la otra, pero son casos excepcionales y singulares”, advierte.
 

“La Ley obliga a las instituciones a promover la integración”

Rueda admite que la nueva Ley de Extranjería puede ser criticada por otros aspectos pero porque sea inútil para “facilitar la integración de los extranjeros”. “La normativa vigente, aprobada en diciembre del año pasado, advierte de que la integración es un eje alrededor del que debe girar toda la demás legislación e impone a las autoridades e instituciones a propiciarla”, recordó Rueda. El problema es que estos son, quizá, los peores tiempos para hacerlo. “No compete a esta norma, que recoge el espíritu de pautas comunitarias como la Declaración de Zaragoza, asegurar un puesto de trabajo para los extranjeros, pero que comprenda la posibilidad de dar permisos laborales o hable del derecho de los inmigrantes a la Educación ya es un paso adelante”, opina el profesor, que no duda en calificarla, en este sentido, de “más avanzada” que sus predecesoras.