PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 9 DE JUNIO DE 2010

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

La reforestación y el Partido Popular
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Es evidente que, nuestra España, necesita un plan urgente de reforestación ética y moral. Han sido demasiados años tratando de arrancar nuestras raíces y de sabotear el caudal de nuestros valores a fuerza de ese “pensamiento único” que es más contaminante que el vertido de cien industrias.

¿O es que acaso ustedes no han terminado por sentirse asustados e incómodos ante el riego inherente de la expresión de cualquier idea que no se adecue estrictamente a la babosa y grimosa corrección política impuesta? Los españoles hemos perdido, en esta larga vía dolorosa del socialismo, espontaneidad y frescura. Estamos y nos sentimos cohibidos.

De ahí el que, fenómenos televisivos como El Golosina, la Veneno o los seguidores del Belenestabanismo, se conviertan en iconos mediáticos. Antes la vulgaridad extrema, el corralonerío y el barriobajerío que este “buenismo” por Decreto Ley que trata de convertir a toda la sociedad en una especie de hipócrita y alienada oenegé, cercenando cualquier idea contraria, la mínima disparidad. Todo está prohibido. Y las prohibiciones más radicales son las que conciernen al lenguaje que expresa las ideas o a las propias ideas que, sencillamente, no pueden expresarse por miedo a represalias feroces.

La reforestación y la regeneración que esperamos como agüita de mayo, incluye el destierro radical de lo “políticamente correcto”. El que cada cual se exprese como le de la gana, sin más límites que la educación y la empatía. Educación para tratar de no ofender y empatía para tratar de no causar pena al contrario. Hoy por hoy, para escuchar verdades sensatas no tenemos más remedios que enchufarnos a Intereconomía o esperar a que Jiménez Losantos “se atreva” a vocalizar lo que, una abrumadora mayoría de ciudadanos opinamos .

Tal vez por ello, las esperanzas en el régimen de libertades que conllevará el triunfo del PP, hayan puesto a tope nuestras expectativas y hagan latir en nosotros el espíritu de la Nueva Transición. Con idéntico optimismo, fervor y alegre esperanza con la que afrontamos la Transición Antigua, entonces estaba todo por hacer. Hoy, de nuevo, está todo por restaurar, reparar reconstruir, renovar y adecentar , una auténtica reforestación tras los estragos y las tragedias morales y éticas que venimos padeciendo, una respuesta ecológica ante la política de feroz exterminio de nuestros valores y la imposición por Decreto Ley del relativismo moral. ¿Qué están regruñendo con miradas altivas e inquisidoras? ¿Qué, el comenzar de nuevo, produce una inmensa ilusión? Vale. Pero siempre que se recupere para el pueblo la moral de la democracia participativa y siempre que, los partidos, dejen de ser un club de amiguetes para colocar y dar de comer a los afines. Movilidad y refresco en la política sin las directrices ñoñas y cursis de que, hay que primar “la juventud” como si ser joven fuera en sí meritorio ¿No han visto ustedes al madurito ese de treinta y un años que “vá” de eterno Presidente de Nuevas Generaciones a una edad en la que, el resto de los españoles ya ha tenido que madurar por huevos y estar reventándose a trabajar? ¡Vaya mérito el del tipo ir de “jovencito” por la vida! Jovencitos hasta acabar la licenciatura a los veintitrés años como mucho, luego se acaba el mamoneo y somos todos adultos de pleno derecho. Y el que no lo sea es que tiene algún tipo de retraso emocional o simplemente es tonto del culo. A nuestro PP de nuestra alma le sobran cursilerías y ñoñerías y le faltan centenares de jubilados marchosos, llenos de experiencia, con una vida vivida desde la que pueden opinar con sensatez y con conocimiento de causa. La inexperiencia de la juventud no es ningún mérito, ni algo “muy moderno” el colocar a imberbes en puestos claves. Se reforesta con personas maduras, con la troje de a mies, con maestros que enseñen con el ejemplo de toda una vida a los más jóvenes y que constituyan puntos de referencia sólidamente anclados.

La Nueva Transición que nos toca será la de la autenticidad, la sinceridad, la libertad, la democracia participativa, la de la experiencia fecunda, la de predicar con el ejemplo, la del rigor y la cercanía, la de la excelencia desde la sencillez. No queremos a divos, ni a pijos, ni a privilegiados, ni a “niños de papá”, ni a “marisabidillas”, ni a altivos gilipollas ensoberbecidos por el cargo o carguillo. La Nueva Transición Ecológica tiene que hacer de los desiertos morales vergeles y para eso se necesita tener mucho valor, muchos cojones, mucha dignidad y ser muy ,muy buena gente. Eso al menos es lo que yo opino y como soy la que escribo, lo digo.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto