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sociedad - MIÉRCOLES, 9 DE JUNIO DE 2010


 paciente en una consulta. cedida.

DÉFICIT PRESUPUESTARIO / EL FUTURO DEL SNS
 

¿Una sanidad más onerosa?

El debate sobre la posibilidad de realizar un
co-pago cada vez que se demanda un servicio sanitario público se ha instalado en la sociedad al calor de las medidas de reducción del déficit presupuestario anunciadas
 

CEUTA
José García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El objetivo de reducir el déficit público que se ha marcado el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero podría derivar pronto en otra medida de la que no se para de hablar, aunque todavía no se haya concretado: el pago de una tasa sanitaria, es decir, el establecimiento de un co-pago por parte del usuario cada vez que acuda a consulta, realice una estancia hospitalaria, demande los servicios de urgencias...

EL PUEBLO ha querido hacer un primer sondeo a pie de calle entre los usuarios para conocer su opinión sobre la posibilidad de establecer este co-pago. Así, Camino García no se ha mostrado demasiado reacia a esta posibilidad “siempre que no haya que pagar mucho y hablemos de pequeñas cantidades”. Para esta ciudadana, es “mejor pagar una tasa sanitaria a que te reduzcan el sueldo, porque resulta menos gravoso”. La medida no sólo pretendería recaudar, sino también evitar visitas prescindibles al médico. “Así el que venga al médico lo hará porque lo necesita”, apostilló García.

Pero esta ceutí es una excepción. A la mayoría de los ciudadanos no les ha caído bien la idea. “Lo del co-pago me parece muy mal, porque ya pagamos la Seguridad Social. Lo que tendría que ocurrir en Ceuta es que no vinieran tantos extranjeros a tratarse gratis, porque son recursos que nos restan a los residentes”, argüía Carmen Sanchez. En el propio sondeo se muestra que gran parte de los ciudadanos ignoran cómo se financia la sanidad: con los impuestos, y no con las cuotas a la Seguridad Social.

Ana Sampeti es pensionista y es a la que peor le cae la posibilidad de que se establezca una tasa sanitaria: “Esta medida me parece exagerada, porque cobro 500 euros de pensión. Pero es cada vez se nos respeta menos”, argumentó.

Adolfo Orozco también se escudó en sus cuotas a la Seguridad Social para rechazar la tasa sanitaria, aunque entiende que la Administración sanitaria debe defenderse de los abusos: “Al médico también acude gente que se encuentra mal de verdad y ahora se verá perjudicada por la actitud de quienes demandan asistencia sin necesitarlo”, indicó.

Finalmente, a José Luis Morales también le “parece mal” la posibilidad de establecer una tasa por demandar servicios sanitarios. “Nunca se ha pagado. Si hay que reducir el déficit, que lo reduzcan de otra parte, no de la sanidad”. Respecto a la picaresca de quien abusa de un servicio universal y gratuito asegura que el Estado “debería hacer un seguimiento de cada persona y distinguir quién necesita estos servicios de verdad”.

La cuestión merece también el análisis de los profesionales sanitarios. Como los agrupados en la Federación para la Defensa de la Sanidad Pública (FDSP). Su presidente, Marciano Sánchez Baile, asegura que está demostrado en todo el mundo que cualquier tasa sanitaria penaliza a quienes tienen más problemas de salud y a quienes tienen menos recursos económicos. “Con los índices de paro que tenemos en España y la cuantía de las pensiones imponer una tasa sanitaria es una barbaridad. Se rompe la esencia del Sistema Nacional de Salud, que es su elevada accesibilidad”, señaló e médico.

Naturalmente, Baile admite que el co-pago existe en muchos países del mundo, “pero eso no quiere decir que sea bueno”. Según el presidente de la FDSP, “los sistemas con modelo de co-pago logran que quienes tienen pocos recursos no acudan al médico y además que se eleve el gasto sanitario. Es el caso de Francia, que gasta un 2,5 más del PIB en sanidad y el coste por ciudadano y año de la misma es de entre 800 y 900 euros. Hay menos consultas pero más hospitalización”.

Pero no sólo existen argumentos economicistas en contra. Sánchez Baile asegura que donde existe el co-pago hay menos esperanza de vida y aumentan las desigualdades sociales. “Todos los modelos de co-pago son malos. Si se establece en función de la renta hace falta establecer un sistema de recaudación más costoso que el dinero que se ingresa”, concluyó.
 

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