El objetivo de reducir el déficit público que se ha marcado
el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero podría derivar
pronto en otra medida de la que no se para de hablar, aunque
todavía no se haya concretado: el pago de una tasa
sanitaria, es decir, el establecimiento de un co-pago por
parte del usuario cada vez que acuda a consulta, realice una
estancia hospitalaria, demande los servicios de urgencias...
EL PUEBLO ha querido hacer un primer sondeo a pie de calle
entre los usuarios para conocer su opinión sobre la
posibilidad de establecer este co-pago. Así, Camino García
no se ha mostrado demasiado reacia a esta posibilidad
“siempre que no haya que pagar mucho y hablemos de pequeñas
cantidades”. Para esta ciudadana, es “mejor pagar una tasa
sanitaria a que te reduzcan el sueldo, porque resulta menos
gravoso”. La medida no sólo pretendería recaudar, sino
también evitar visitas prescindibles al médico. “Así el que
venga al médico lo hará porque lo necesita”, apostilló
García.
Pero esta ceutí es una excepción. A la mayoría de los
ciudadanos no les ha caído bien la idea. “Lo del co-pago me
parece muy mal, porque ya pagamos la Seguridad Social. Lo
que tendría que ocurrir en Ceuta es que no vinieran tantos
extranjeros a tratarse gratis, porque son recursos que nos
restan a los residentes”, argüía Carmen Sanchez. En el
propio sondeo se muestra que gran parte de los ciudadanos
ignoran cómo se financia la sanidad: con los impuestos, y no
con las cuotas a la Seguridad Social.
Ana Sampeti es pensionista y es a la que peor le cae la
posibilidad de que se establezca una tasa sanitaria: “Esta
medida me parece exagerada, porque cobro 500 euros de
pensión. Pero es cada vez se nos respeta menos”, argumentó.
Adolfo Orozco también se escudó en sus cuotas a la Seguridad
Social para rechazar la tasa sanitaria, aunque entiende que
la Administración sanitaria debe defenderse de los abusos:
“Al médico también acude gente que se encuentra mal de
verdad y ahora se verá perjudicada por la actitud de quienes
demandan asistencia sin necesitarlo”, indicó.
Finalmente, a José Luis Morales también le “parece mal” la
posibilidad de establecer una tasa por demandar servicios
sanitarios. “Nunca se ha pagado. Si hay que reducir el
déficit, que lo reduzcan de otra parte, no de la sanidad”.
Respecto a la picaresca de quien abusa de un servicio
universal y gratuito asegura que el Estado “debería hacer un
seguimiento de cada persona y distinguir quién necesita
estos servicios de verdad”.
La cuestión merece también el análisis de los profesionales
sanitarios. Como los agrupados en la Federación para la
Defensa de la Sanidad Pública (FDSP). Su presidente,
Marciano Sánchez Baile, asegura que está demostrado en todo
el mundo que cualquier tasa sanitaria penaliza a quienes
tienen más problemas de salud y a quienes tienen menos
recursos económicos. “Con los índices de paro que tenemos en
España y la cuantía de las pensiones imponer una tasa
sanitaria es una barbaridad. Se rompe la esencia del Sistema
Nacional de Salud, que es su elevada accesibilidad”, señaló
e médico.
Naturalmente, Baile admite que el co-pago existe en muchos
países del mundo, “pero eso no quiere decir que sea bueno”.
Según el presidente de la FDSP, “los sistemas con modelo de
co-pago logran que quienes tienen pocos recursos no acudan
al médico y además que se eleve el gasto sanitario. Es el
caso de Francia, que gasta un 2,5 más del PIB en sanidad y
el coste por ciudadano y año de la misma es de entre 800 y
900 euros. Hay menos consultas pero más hospitalización”.
Pero no sólo existen argumentos economicistas en contra.
Sánchez Baile asegura que donde existe el co-pago hay menos
esperanza de vida y aumentan las desigualdades sociales.
“Todos los modelos de co-pago son malos. Si se establece en
función de la renta hace falta establecer un sistema de
recaudación más costoso que el dinero que se ingresa”,
concluyó.
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