Un campamento de inmigrantes similar a los que albergan los
montes de la vecina localidad marroquí de Beliones ha creado
en la zona de García Aldave un foco de incendios,
potenciales problemas sanitarios y contaminación ambiental.
El asentamiento, formado por media docena de chabolas, y
todos los residuos asociados al mismo fueron abandonados el
lunes tras declararse un fuego que sofocaron los bomberos.
El monte de García Aldave alberga un campamento de
inmigrantes similar a los que pueblan los bosques de la
vecina localidad marroquí de Beliones, habitado por
residentes del Centro de Estancia Temporal (CETI) y que se
ha convertido en un foco de incendios y de otros potenciales
peligros, tanto de contaminación como de problemas
sanitarios. Tal como pudo comprobar ayer EL PUEBLO, el
asentamiento ilegal está situado en una ladera junto a la
nueva Escuela Hípica, en un lugar apartado y oculto por la
vegetación, y fue abandonado el pasado lunes, tras un fuego
declarado hacia las 21.00 horas y que obligó a actuar al
Cuerpo de Bomberos.
El campamento está formado por cinco chabolas construidas
entre los árboles y arbustos con materiales de desecho de
todo tipo, desde plásticos a chapas y maderas, y en uno de
los casos, a base de cañas. La mayoría de estos chamizos
servía de “cocina”, pues tal como han relatado algunas
personas que frecuentan esta zona del monte ceutí, los
inmigrantes se dedicaban incluso a la venta de los alimentos
que preparaban a otros compañeros del CETI. De esta forma,
el asentamiento aparece plagado de todo tipo de residuos,
desde cazuelas y otros utensilios de cocina, así como restos
de comida y de envases, a muebles viejos, entre ellos, un
archivador de oficina. Ayer la ropa de sus habitantes
aparecía colocada sobre los arbustos, empleados a modo de
‘tendederos’.
La zona en la que se ha instalado este campamento ilegal
está situada en las proximidades de lo que se conoce como
‘Colapantano’ y la bajada al ‘Té de la mora’, y dista apenas
unos metros del área, delimitada con un vallado, de los
polvorines militares. El acceso a este punto del bosque se
hace por unos escondidos vericuetos y las chabolas no son
visibles desde las cercanías.
El punto en el que se levanta este improvisado poblado
corresponde a un bosque de alcornoques, coscoja y
eucaliptos. Hay también presencia de matorral bajo, zarza y
palmito y respecto a la fauna ornitológica, es hábitat de
especies como mirlos, herrerillos y carboneros, además de
palomas torcaces que “últimamente”, según los paseantes
conocedores del terreno, pueden observarse también.
No es la primera ocasión en que se produce un incendio en un
asentamiento de inmigrantes de estas características y de
hecho, el verano pasado los bomberos tuvieron que intervenir
en otro que se delcaró junto al CETI. La instalación de
estas chabolas, el abandono de basura y el encender fuego en
el monte contraviene todas las normativas de protección del
medio natural, incluida la Orden que la Consejería de Medio
Ambiente publica cada verano y que prohíbe hacer hogueras y
barbacoas durante la época estival.
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