El Instituto de Gestión Sanitaria (INGESA) tiene un grave
problema. Sus clientes no confían en él. A diferencia del
resto de los españoles, que de forma lineal se decantarían,
en cualquier Autonomía, por recurrir a un servicio sanitario
público en lugar de a uno privado para intentar superar una
enfermedad grave, en Ceuta (y en menor medida en Melilla y
Canarias) no. El 71% de los residentes en la ciudad autónoma
rehuiría los servicios del INGESA, si pudiera elegir, ante
tal coyuntura. Entre otras cosas porque cree que la sanidad
privada tiene un personal más especializado y unos medios
tecnológicos más avanzados.
Los servicios sanitarios ceutíes, dicen los expertos, están
saturados. Será precisamente por esta razón o porque a la
fuerza obligan pero según los datos del ‘Barómetro sanitario
2009’ que acaba de publicar el Ministerio de Sanidad a la
pregunta de ‘Si pudiera elegir y usted o algún miembro de su
familia tuviera una enfermedad grave, ¿a dónde acudiría, a
un servicio sanitario público o a uno privado?” el 69,4% de
los ceutíes encuestados, el porcentaje más alto de todo el
país, se decantaría por la segunda opción.
Los sociólogos encargados de elaborar el informe dieron
siete alternativas a los sondeados para conocer las razones
en las que basan su decisión. En cualquiera de las opciones
la sanidad pública salió vapuleada en Ceuta: al 79,6% le
parece que le atienden más rápido en los servicios
sanitarios privados y al 76,1% que las instalaciones de
estos últimos son más confortables que las públicas.
Además, el 62,4% considera que “el trato personal” que
recibe en las consultas que no gestiona el INGESA es mejor y
el 55,7% opina que la información que recibe sobre su
problema de salud también es de mejor calidad.
El 51% respondió que la tecnología y los medios de la
sanidad privada son mejores que los de la pública y el 42%
se pronunció porque la capacitación de médicos y enfermeras
de la primera es más fiables que en la pública.
El tenor de las respuestas es aún más llamativo si se
compara con los datos de cualquier otra Comunidad Autónoma y
las medias nacionales: el 57,9% de los españoles iría, en
esa misma disyuntiva, a un servicio sanitario público. Sólo
en Melilla (55,4%) y en el archipiélago canario (39,8%) son,
además de en Ceuta aunque con porcentajes bastante
inferiores, los que optarían por lo contrario.
En ninguno de los niveles de atención sanitaria disponibles
cambiaría el criterio de los ceutíes, que prefieren lo
privado a lo público ya sea para acudir a una consulta de
Primaria (Medicina General y Pediatría), de Especializada,
de Urgencias o de hospitalización. Todo ello a pesar de que
el 87,5% de los residentes en la ciudad autónoma tienen
derecho a la asistencia sanitaria a través del INGESA y sólo
el 19,2% de la población local, medio punto porcentual por
debajo de la media estatal, tiene, además, un seguro médico
privado.
Esto hace que, como en tantas otras cosas, los deseos estén
muy distantes de la realidad también en este ámbito en la
ciudad: el 76,9% de los ceutíes reconoce que, cuando va al
médico, lo hace a uno del sistema público.
Dos de cada tres ceutíes (el 60,8% exactamente) han acudido
en alguna ocasión durante el último año a su médico de
cabecera y, paradójicamente, la mayoría se han quedado
satisfechos: el 55% cree que la atenció que recibió fue
“buena” y otros 32,6% la califica de “muy buena”. Tan sólo
un 11,6% la tilda de “regular”.
La realidad no defrauda
Incongruentemente, cuando se les pregunta si la realidad fue
mejor, peor o igual a lo preveían que sucedería un 60,5%
apunta que lo que recibió fue “más o menos igual” que lo que
esperaba; un 26,4% admite que fue “mejor” y solamente un
10,9% afirma que lo que se encontró fue aún “peor” de lo que
se temía.
En el debe de la Administración sanitaria los usuarios
apuntan déficits como que al 73,7% no le dan “nunca” cita
para el mismo día en el que la solicita. Como sólo el 14,9%
tampoco lo consigue “casi nunca” sólo al 7,8% se la conceden
“siempre” o “casi siempre” para esa misma jornada, un
porcentaje paupérrimo si se compara con el de cualquier otra
Autonomía.
Tampoco están satisfechos los ceutíes con la información
sobre sus diferentes servicios que se ofrece en los centros
de salud, aunque a pesar de todo el 71% de los encuestados
recomendaría su ambulatorio a amigos y familiares.
Esta satisfacción se refleja en las notas que los vecinos de
la ciudad ponen a sus médicos de cabecera y a los centros de
salud en general. Sólo suspende, y por los pelos (4,94) “el
tiempo que se tarda en hacer las pruebas diagnósticas”
mientras que la cobertura de la red (cercanía de los centros
de salud) es el factor que mejor puntuación obtiene (7,68).
De entre los puntos asistenciales más polémicos llama la
atención que el tiempo dedicado por el médico a cada enfermo
sea calificado con un 6,89.
En Urgencias, por donde han pasado la mitad de los ceutíes
por una u otra razón durante el último año, hay un cuarto de
la población que cree que se le atención con “mucha
rapidez”; una mayoría (29,8%) que cree que fue “bastante”
rápido; otro 25% que cree que celeridad hubo “poca” y un
17,5% más que considera que fue “ninguna”. A pesar de todo
el 50,9% afirma que le atendieron “bien”. En un 18,4% se
quedan tanto los que dicen que se lo hicieron pasar “mal”
como quienes aseguran que estuvo “muy bien”.
Con las Consultas Especializadas sólo ha tenido trato
durante el último año el 40% de la población ceutí. A la
mayoría (21,6%) tardaron en darle la cita “hasta dos meses”
pero de la misma el 76,7% salió creyendo que la atención
recibida había sido “buena” o “muy buena”.
Sin embargo al 40% le parece que la comunicación entre el
médico de cabecera y el especialista para tratar su problema
“no” fue la correcta.
No es extraño, así, que en este nivel suspenda tanto el
tiempo que se tarda en concretar la cita (4,37 puntos sobre
10) como lo que se tarda en hacer las pruebas diagnósticas
(4,65).
Ingresados sólo estuvieron el año pasado un 11% de los
ceutíes. Al 48% le parece que le trataron “bien” y a un 28%
que lo hicieron “muy bien”. Sólo un 16% tilda la atención
que recibió de “mala” y un 8% de “regular”. Lo más criticado
en Ceuta de la sanidad hospitalaria pública es “el número de
personas que comparten habitación” (3,1 puntos sobre diez)
mientras que lo más aplaudido son “los cuidados y atención
por parte del personal médico y de enfermería”, que en ambos
casos superan en 6,3.
A pesar de ello la hospitalaria es la atención sanitaria en
la que los ceutíes aprecian menos evolución: sólo un 29,8%
creen que mejoró en 2009 (el 20,4% piensa que empeoró)
mientras que así lo avalan el 39,6% de quienes valoraron
Primaria y el 37,3% de los que lo hicieron sobre
Especializada.
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