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OPINIÓN - DOMINGO, 6 DE JUNIO DE 2010

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

Aleluya… Aleluya… Aleluya

Por Ramón Cutillas García


Por fin se reconoce como cierto, lo que para la inmensa mayoría simple y llanamente significaban borrones que maléficos individuos arrojaban sobre la sabiduría y el buen hacer de nuestros políticos.

Lo imposible, lo inconcebible, lo indeseable lo tenemos ante las puertas de lo que nos está llegando y de lo que tememos ha de venir, y nos hace pasar desde la sorpresa , a la irritación más iracunda, al no comprender como hemos podido ser todos, coautores de la situación que hemos de padecer, unos por sus acciones y otros por nuestras omisiones desde la pasividad más estúpida.

La realidad objetiva de nuestra situación es tal, que llegado al extremo en que nos encontramos no nos queda más remedio que afrontarlo, paliar sus consecuencias y aportar los remedios necesarios para que esta situación, si somos capaces de superarla, bajo ningún concepto vuelva a repetirse.

Y para que ello no ocurra, debemos conocer cuáles son los verdaderos motivos que nos han traído al punto en que nos encontramos. Y desde este punto, comenzar la andadura para solventarlo. Creo que todos somos conscientes que nos hallamos inmersos ante un problema creado por el diseño administrativo de nuestra nación, y la supresión de los controles sobre los actos administrativos.

El Estado de las Autonomías, era y es un lujo que no nos podemos permitir, a la vez que supone un gran obstáculo para el libre ejercicio de la economía liberal, por quedar ésta sujeta al arbitrio del poder ejerciente en la Administración, los políticos. Lo que conlleva la pérdida de eficacia del propio acto. A la vez que el funcionario público queda mediatizado por el político y no puede ejercer su labor en la función pública con la eficacia y diligencia que la ciudadanía estima que le compete, por lo que a su vez conlleva, al dejarse perder los controles sobre los actos de la Administración, que estos actos degeneren en una anarquía total para la economía. Situación la descrita que se dan en nuestras Administraciones, tanto central como periféricas y en todas aquellas actuaciones en las que los políticos han asumido las competencias de gestión.

Siendo la construcción administrativa la que en realidad ha propiciado y potenciado, junto con la perversa amoralidad de un elevadísimo porcentaje de nuestros políticos, tanto de una banda, como de las otras, la presente situación.

Amoralidad la de los políticos, que tapaba, cubría u ocultaba la honestidad de los muy pocos que acudían a las urnas con vocación de servicio. Políticos que en su desmedida ansia de servirse de la política han propiciado las aberrantes situaciones que están padeciendo muchísimos de nuestros conciudadanos y que vamos a padecer casi todos.

La demencial imbecilidad de la construcción de 19 pirámides invertidas que tenemos, y su dejación administrativa en manos de políticos, es la que nos trajo al punto en que nos encontramos, y que ya en 1979 denuncié en prensa, así como también por esas fechas ante el propio municipio de Ceuta.

Indiscutiblemente, y fuera de cualquier duda, es que todo lo apuntado ha nacido de la maleficencia de unos pocos, secundados por la codicia e irresponsabilidad de muchos, que son los que en realidad nos han creado la crisis y nos empujan a la Banca Rota del Estado del Bienestar.

Zapatero, es uno más, dentro de la totalidad de políticos responsables de la situación en que nos encontramos. Para mí, no es momento de hacerle reproches sobre las determinaciones que vayan tomando. En esta situación cualquiera de las decisiones que adopte conducentes a paliar el problema hay que aceptársela. Pero eso sí, haciéndole ver, que el sacrificio que nos pide tenga la contrapartida de eliminar a tantos arribistas, aprovechados, trincones, golfos y trileros que existen en la política. O sea, que tenemos que eliminar al político como gestor público, y convertirlo en lo que debe ser, un simple fiscalizador del funcionario, al cual tiene que impedirle, que cometa los mismos desmanes que él o ellos han cometido y siguen cometiendo. A la vez que se coloca en su sitio al funcionario público, verdadero profesional de la gestión pública, cuya obligación es llevar a buen puerto los mandatos programáticos de los partidos, o la manifestación de inviabilidad de los mismos, en función de los recursos que se tienen.

Mi consejo al Sr. Zapatero sería, si tiene los C … ataplines del caballo de Espartero, y quiere sacarnos de esta crisis, y que no se vuelva a provocar ninguna otra, es que nos quite a los electos de los partidos, como gestores públicos. A la vez, les dé a los funcionarios de carrera u oposición, todos los controles administrativos, recuperando los perdidos. Y aunque le deje al político la remuneración sobre un trabajo que nunca ha ejercido, a pesar de los desmanes que nos han traído, estoy convencido que en menos de quince años se podrá cubrir nuestra deuda exterior, cuyo montante dinerario, escuché recientemente en la radio, representa en estos momentos el 400% de nuestro P.I.B., montante dinerario que quedará cubierto por el ahorro que se consigue, entre otros, con la eliminación de comisiones, combolutos, pérdidas patrimoniales del Estado, pero sobre todo con la liberación de la economía tanto municipales, como autonómicas y nacionales sujeta por la cantidad de trincones que giran alrededor de ellas, estrangulando la expansión de la economía privada y potenciando a unas mafias de CONSEGUIDORES, cuyo diseño de las propuestas de objetivos a las administraciones la ejemplarizo en una: las realizan para que se publique su valor por 14.000.000€, las mafias aledañas a estos la rebajan a 7.000.000 €, y los reformados impuestos a los técnicos por los políticos las concluyen elevándolas a 45.000.000 de €. Esta es la realidad de la llaga que tenemos. El problema taponar las heridas que nos producen la pérdida de 31.000.000 €, en cada una de las cientos de miles de propuesta como la expuesta que surgen de nuestras administraciones.

El dilema, buscar al enfermero que tapone y sane estas sangrías. Sangrías que surgieron en nuestra administraciones bajo el diseño y el mandato de aquel que viniendo a prohibir, prohibir, y que bajo su mandato pudo proyectar una sociedad igual a la existente en la “España” de hace 4000 años, fue tan necio de proyectar una, que ni la maternidades que la parieron la reconocen, y que los veintiséis de la CEE la rechazan, y encima tiene la desvergüenza de llamarle a Zapatero necio por confundir los brotes marrones que el dejó, con verdes. Pero hay que reconocer que la salida de pata de ganso tenida nos sirve para ejemplarizar en este político, al que la mayoría de españoles identificamos como el Señor X, el contenido cognitivo y de valores de nuestros políticos.
 

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