La representación legal de la tripulación del ‘Rhone’, que
ostenta la Federación Internacional de Transporte (ITF),
tiene cada menos esperanzas de llegar a un acuerdo con el
armador del buque quimiquero, Yapi Kredit Financial, que les
permita cobrar los salarios impagados desde que el barco
quedó sin rumbo y resultó amarrado al puerto de Ceuta.
Según explicó a este periódico el coordinador en España de
la ITF, José Manuel Ortega, desde que el armador terminó la
gestión para trasvasar las más de 3.000 toneladas de
lignosulfato de sodio que portaba el quimiquero y lo
trasladó a un puerto turco, liberando a las aguas de Ceuta
de semejante carga contaminante, no ha establecido ningún
contacto con los representantes de la tripulación para
abordar la cuestión de los salarios impagados.
Así las cosas, y toda vez que los juzgados de Ceuta han
admitido la deuda que el armador tiene contraída con la
tripulación, la única opción posible es que el tribunal se
decida a sacar el barco turco, aún atracado en el puerto de
la ciudad autónoma, a subasta.
También existe la posibilidad de que, pasado el tiempo
reglamentario, la propia Autoridad Portuaria de Ceuta se
decida a impulsar ella misma la subasta del quimiquero,
siendo entonces la primera en cobrar las tasas portuarias
adeudadas.
Así las cosas, la posibilidad de llegar a un acuerdo
extrajudicial con el propietario que acortara el proceso se
ve cada vez más lejos por los propios afectados.
Afortunadamente, a diferencia del ‘Globe’, el ‘Rhone’ posee
unos tanques de acero de gran valor económico.
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