La sabia de mí abuela seguro que
al enterarse de que, en estos momentos, se le quiere hacer
una huelga general al Gobierno, hubiese dicho la frase: “a
buenas horas mangas verdes”.
Las huelgas generales hay que hacerlas en su momento y a su
debido tiempo. En los momentos actuales, con las
dificultades que estamos pasando, una huelga general no pega
ni con cola
¿Huelga general, para qué?. Me imagino, porque soy una jartá
de imaginativo, que se tratará de realizar la huelga general
por la reforma laboral, que es una reforma fundamental para
la economía española, a la que el Gobierno dio un plazo para
que los agentes sociales alcanzasen un acuerdo avisándoles,
que de no llegarse al mismo, harían la reforma por decreto.
De momento la ministra ha dado un plazo de un mes más, para
que patronal y sindicatos lleguen a un acuerdo. Salgado,
ante la Asamblea del Instituto de Empresa Familiar, al dar
ese plazo de un mes más ha manifestado:”No tengan ninguna
duda de que si las conversaciones finalmente no producen los
resultados que todos deseamos, el Gobierno va a poner en
marcha esa reforma laboral en muy corto plazo, antes en todo
caso que termine el mes de junio”
Por eso, antes la declaración de la ministra, concediendo un
mes para que traten de ponerse de acuerdo los agentes
sociales y si no llegan a ese acuerdo aprobar por decreto la
reforma laboral, qué razón hay pera realizar una huelga
general, si con huelga o sin ella, va a llegar esa reforma
laboral tan necesaria para la economía española.
Que no se va a reducir la crisis económica que padecemos
sólo con el esfuerzo de los de siempre, los que menos
tienen, funcionarios y pensionistas. Unos funcionarios que,
en algunas ciudades puede que ganen una buena pasta, pero
que en la mayoría de las ciudades son poco menos que
“mileuristas”
Por cierto, ahora que me acuerdo, nadie ha movido un dedo
por defender a los pensionistas, no sólo de la congelación
de sus pensiones, sino de la perdida de poder adquisitivo al
ganar menos que años anteriores y subirle un punto el IRPF.
A pesar de que tanto patronal como sindicatos se resisten a
dar por roto el Diálogo Social. Y pese a que las tres
últimas reuniones no han servido más que para remachar las
posicione inamovibles de la CEOE, CC. OO y UGT, los
negociadores se han dado dos bazas más, las últimas, para
intentar el cada vez más difícil acuerdo.
El despido y las cotizaciones empresariales a la Seguridad
Social son los dos escollos que han encallado las
conversaciones entre Patronal y Sindicatos.
Los Sindicatos justifican la firmeza de sus posiciones
alegando “Nadie puede imaginar que algún sindicato en el
mundo acepte una salida a la crisis que deje a los
trabajadores a la intemperie, abaratando y facilitando el
despido”.
Pues, bien, ya lo saben los agentes sociales, tienen un mes
más para alcanzar un acuerdo. De no ser así, con huelga o
sin ella, el Gobierno actuará por decreto. Y si es sabido
que se va a actuar por decreto en esa reforma laboral que no
tiene vuelta de hoja, digan lo que digan, para qué se va a
llevar a cabo una huelga. Lo que decía la sabia de mí
abuela: “A buenas horas mangas verdes”
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