La tercera y última de las sesiones del juicio que ha tenido
como objeto esclarecer la autoría del tiroteo que tuvo lugar
el 22 de octubre de 2007 en el Puente del Quemadero,
concluyó con el alegato final de los cuatro abogados que han
conformado la defensa de ‘Tafa’, ‘Manteca’, ‘Tos’, ‘Tapiño’
y un “dudoso” quinto imputado. Según apuntaron los letrados,
el “odio” hacia los encausados “pudo ser el móvil” utilizado
por la acusación para emprender este procedimiento legal,
que fue archivado en el año 2000 cuando la jueza instructora
y la Fiscalía determinaron que ya existían conflictos
previos entre ambas partes.
Después de tres intensas sesiones de careos entre
acusaciones y defensas, poniendo en tela de juicio cada
palabra, cada gesto o cada actuación de los declarantes ante
el tribunal del Juzgado de lo Penal, llegó el momento del
alegato final, previo al dictamen de la sentencia a la que
seguro esperarán con ansia ambos postulados.
Los cuatro abogados que han representado en estos días la
defensa de los cinco acusados por el tiroteo de 1997 en el
Puente del Quemadero sustentaron un argumento común
apuntando al “odio” como móvil de la acusación formulada por
los denunciantes y sus familiares hacia los procesados:
‘Tafa Sodia’, ‘Tos’, ‘Manteca’, ‘Tapiño’ y el “más que
dudoso” quinto imputado, que pasó de testigo protegido a
compañero de banquillo de los anteriores en apenas cuatro
años, al parecer, “por no permitir la coacción de los
denunciantes”, apuntó la defensa.
Cobró especial relevancia en los informes finales el paso
del tiempo, esos 13 años en los que incluso una jueza
instructora y el Ministerio Fiscal en la ciudad dictasen el
sobreseimiento de la causa allá por el año 2000 al no
encontrar “la autoría del hecho criminal por el escaso
acervo probatorio”. Según informaron los letrados, por
aquella fecha la jueza que instruía el procedimiento donde
se practicaron todas las pruebas actuales llegó a tal
resolución al detectar “motivos espurios de venganza” por
parte de los denunciantes. Mientras que la Fiscalía comprobó
que ya en julio de ese mismo año las “previas relaciones
familiares eran conflictivas e impidieron formular acusación
contra los imputados”, siguiendo a este respecto la doctrina
marcada por el Tribunal Constitucional.
Sin embargo, en diciembre del mismo año la Audiencia
Provincial revocó la resolución judicial ordenando la toma
de declaración y una rueda de reconocimiento debido a una
denuncia de un familiar del tiroteado, a raíz de la cual se
produjo la reapertura de las actuaciones en 2005, cuando la
Fiscalía imputó al quinto procesado, anterior testigo
protegido. “Como los sobrinos no consiguieron inculpar a
otra persona desconocida que estuvo en Puente Quemadero,
coaccionaron a otro testigo presencial para que declarase a
su favor. Y la negativa de este lo ha llevado a la vista de
hoy”, concluyeron los defensores.
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Las estrategias de las acusaciones, similares al “entramado
que rodeó al ‘caso Kimbi’”
“Las estrategias que han utilizado
los letrados de la acusación guardan similitud con el
entramado que rodeó al ‘caso Kimbi’”. Con estas palabras
inició su alegato final uno de los letrados de la defensa
que además perteneció al mismo postulado durante el juicio
del famoso ‘caso Kimbi’, que concluyó con la absolución de
los imputados por parte del Tribunal Supremo. A este
respecto, el letrado hizo referencia al imputado que durante
cuatro años fue considerado como testigo protegido pasando
luego al banquillo de los acusados, las varias declaraciones
que se tomaron 15 días después de los hechos o los ocho
meses transcurridos para que el herido de bala ofreciese su
primera versión de los hechos. “Sabían que hubo una quinta
persona que participó en los hechos aunque no ha estado en
esta sala. Y como no consiguieron localizarlo con apodo o
por descripción introdujeron a este último. Las
irregularidades en la instrucción es evidente que han estado
a la orden del día”, confluyeron los letrados.
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