La decisión de promover unas elecciones a la Presidencia del
Ceuta se antoja precipitada y adoptada con una enorme carga
de improvisación. Un salir del paso demasiado a la ligera si
bien es cierto que el método podría ser el idóneo, no es
menos realidad que en los estatutos del Club se prevé esta
situación cuando de socios se tratara, que no es el caso. Y
de cualquier modo, de ella tiene constancia la Real
Federación Española de Fútbol, organismo tutelante en último
extremo. Es pues claro que la decisión, como se ha dicho,
además de precipitada e improvisada, es de dudosa legalidad.
Del mismo modo que en anteriores ejercicios deportivos y en
momentos de cambios o de transición como los ha habido, se
ha mostrado el músculo institucional, la ocasión presente
hubiera merecido una muestra similar. Si hay que hacer
elecciones, háganse en condiciones.
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