Es como podemos calificar al
crucero “Ocean Princess” que el pasado martes recalaba en
nuestro puerto.
No llevo por cuenta, ni me voy a molestar en buscar los
números exactos de los cruceros que en los tres últimos años
han recalado en el puerto de Ceuta. Para dar de memoria esos
datos y hasta los nombres de esos cruceros, nadie mejor que
Pepe Torrado, auténtico “promotor” de que Ceuta entre en el
circuito y lleguen al puerto los mejores de la ronda
mediterránea y atlántica.
Y sea el que sea, el número de cruceros, lo que sí podemos
decir es que, en esta faceta del turismo, Ceuta empieza a
representar algo, ojalá que los responsables de otras
parcelas se movieran con la efectividad y la solvencia que
lo viene haciendo Pepe Torrado, que ha marcado un punto de
arranque y ahora ya hemos llegado a la “alta velocidad de
crucero”.
El crucero del pasado martes el “Ocean Princess” de la
naviera Princess Cruise Line Ltd y consignado por Gibunco
Ship Agency, S.L., llegó al puerto de la Ciudad Autónoma a
primeras horas de la mañana, en torno a las 9, y realmente
supuso un auténtico espectáculo, precisamente por “la
espectacularidad” del barco, que parecía uno de esos hoteles
de súper lujo que se venía desplazando hacia nuestro puerto.
Su “alojamiento” en Ceuta fue en la zona habitual para estos
menesteres, esto es, en el Muelle de España, dando cara a la
ciudad y al mismo tiempo en un lugar cómodo para que los
turistas, sin ningún tipo de dificultades, se puedan
desplazar hasta el centro y puedan recorrer la ciudad, sin
perder de vista sus lujosas “habitaciones”.
Entre ocho y nueve horas estuvo en Ceuta el “Ocean Princess”,
un barco de 181 metros de eslora, con una población flotante
de unas mil personas: 375 tripulantes y 610 pasajeros.
Y una particularidad más, hablando de agua, y hablando de
ese lugar que cruza a su paso los mares, y es que la
tripulación es una auténtica “Torre de Babel”, ya que los
tripulantes son de diversas nacionalidades, lo que da un
aspecto más cosmopolita aun, a hacer un viaje en ese
crucero.
Como siempre que llega un crucero de este tipo, habrá que
hablar de visitas-compras-atenciones, así como de las
múltiples visitas turísticas opcionales que se llevan a cabo
en situaciones de este tipo, con lo que eso aporta, también,
a la ciudad.
Unos dejarán algo en un tipo de establecimientos, otros lo
dejarán en esos viajes turísticos que recorren Ceuta y sus
alrededores, con lo que Ceuta, además de la simple visita,
siempre recibirá algo.
Yo no sé si este crucero había entrado alguna vez en el
Puerto de Ceuta, yo no lo había visto nunca antes, pero lo
que sí es cierto es que ciertos responsables de esta
compañía de cruceros ya habían estado aquí el pasado año en
Ceuta para analizar y valorar las futuras escalas de sus
buques.
Que algo bueno verían, que algo les agradaría, en aquella
“inspección”, está en el hecho de que el martes ha habido
esta visita, además de que se cuenta ya con que, a lo largo
del año, sean otras varias escalas las que se hagan en Ceuta
por parte de cruceros de esta compañía.
Aquí, y vuelvo a José Torrado, se están conjugando esas tres
premisas, que a mí me gusta citar con frecuencia, como son:
querer, saber y poder. Como lo veo lo digo.
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