Durante años, el progresismo
español liderado por el partido socialista ha acusado al
partido popular de querer alcanzar la presidencia del
Gobierno con la única intención de finiquitar el estado del
bienestar; eliminando el sistema público de pensiones,
privatizando el sistema público sanitario y abaratando el
despido. Durante años, los principales líderes y “voceros”
del partido socialista se han dedicado exclusivamente en
atemorizar a la ciudadanía sobre las negativas
consecuencias, que les supondría la llegada al Gobierno del
país de la derecha española, de la derecha rancia y
recalcitrante heredera del franquismo.
A pesar de todo, esa derecha rancia y recalcitrante llegó al
Gobierno de España de la mano de José María Aznar en 1996 y
entre otra muchas, aprobó la Ley que obligaba a revalorizar
automática las pensiones que ahora, los del talante, han
derogado, congelando por primera vez en nuestra historia las
pensiones. Un Gobierno, que a pesar del agujero dejado por
el partido socialista dirigido por Felipe González jamás,
recortó los sueldos de los funcionarios públicos. Un
Ejecutivo, que redujo la tasa de paro del 22% al 11%,
creando 5 millones de puestos de trabajo. En definitiva, un
partido popular que cambio el rumbo de un país a la deriva.
Pese a todas las acusaciones, pese a todas las críticas
difundidas durante años por la izquierda progresista contra
el partido popular al final, las decisiones adoptadas por
nuestro actual Gobierno han demostrado fehacientemente que,
quienes han finiquitado el Estado del Bienestar han sido
ellos mismos, los del talante, los únicos defensores de los
derechos y libertades, los de la ceja. Los que han recortado
el sueldo a los funcionarios, los que han congelado las
pensiones, los que han eliminado las ayudas por nacimiento,
los que han incrementado la presión fiscal sobre los
ciudadanos, los que pretenden ampliar la edad de jubilación
e incluso, amenazan con implantar el copago en la sanidad
pública. En definitiva, quienes han provocado que el número
de desempleados se haya disparado a los 5 millones.
En 1996 el Partido Popular recibió un país con una tasa de
desempleo del 22% y un déficit público superior al 15%. Hoy,
España se encuentra en peores condiciones que la mencionada
como consecuencia de otro Gobierno del partido socialista.
Sin embargo, los españoles ya conocemos por experiencia
propia la solución adecuada al problema en cuestión, la
salida inmediata de José Luís Rodríguez Zapatero a través
del adelantamiento de las elecciones y el apoyo mayoritario
de la ciudadanía, una vez más, al Partido Popular.
Soluciones del pasado para resolver los problemas del
presente.
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