Me cuentan y me dicen, esas
personas que les gusta contar todo y decir todo, que nuestra
clase política también se va a apretar el cinturón para
colaborar, de esa forma, en la lucha contra la enorme crisis
que estamos padeciendo,
Hombre, hay que reconocerlo que es un detalle por parte de
sus señorías, el asunto de apretare el cinturón. Lo que
sucede es que cuando me comentan o me dicen algo sobre
nuestra clase política me da por pensar y eso es lo malo
pues cuando pienso, otro alfalfa, la cosa se va complicando.
Por esas complicaciones, que me llevan a las matemáticas, no
me gusta pensar. Y es que, tengo que reconocerlo soy un
acérrimo admirador de los números, porque ellos nunca
mienten. Si acaso los únicos números que no me gustan son
los números ”primos” y de esos, para desgracia de los
españoles, hay una gran cantidad en nuestro país.
Veamos, con toda tranquilidad, los que me cuentan y me dicen
sobre lo de apretarse le cinturón nuestros políticos,
aseguran que lo harán en un quince por ciento. Al decirme y
contarme esa cantidad es donde empiezan mis problemas al
tener que pensar sobre ello.
Pongamos que nuestros políticos perciben, unos por otros, un
promedio de 5000 mil euros. Si le quitamos el 15%,
restaremos de lo que percibe 750m euros, con lo que al final
a percibir serían 4250 euros. Si a un funcionario que
percibe, por un suponer, 1400 euros, le restamos el 5% nos
daría 70 euros, con lo cual el funcionario percibiría 1330
euros mensuales.
Y ya por culpa de pensar y de las matemáticas estoy en el
lío, preguntándome a quién afectaría más la reducción a sus
señorías o a los funcionarios. Y el asunto no tiene vuelta
de hoja, sin duda alguna, a los funcionarios. Lo que me
lleva a pensar que siempre, somos los mismos los que tenemos
que pagar los que menos tenemos.
Hasta estos momentos las medidas adoptadas por el Gobierno
se centran, única y exclusivamente, en la case más
desfavorecida pues a los mas ricos, a los que más dinero
tienen no les ha tocado ni un céntimo de sus bolsillos,
Dicen que van a sacar una ley, por la cual los que mas
tienen van a tener que pagar más. Eso dicen, aunque como
bien decía la sabia de mí abuela “del dicho al hecho hay un
gran trecho”.
Eso de tener que apretarnos el cinturón los que menos
tenemos, es una medida que había que tomar y en la que, nos
guste o nos deje de gustar la aceptamos. Lo único qué
queremos saber es a dónde va ese dinero qué nos descuentan y
que nos hace, cada día, más pobres.
Si es para ayudar a aquellos que tiene menos que nosotros,
los que nos hemos apretado el cinturón, aceptamos
encantados. Lo que más nos dolería, es que ese dinero que
tendremos menos cada mes sea para pagar las deudas de los
despilfarros cometidos por algunos ineptos.
Pues, en verdad, esos despilfarros quienes los tendrían que
pagar, son todos aquellos que por su ineptitud han
despilfarrado el dinero de todos, realizando viajitos,
abriendo embajadas, regalando preservativos y otras
cosillas. ¿O no?
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