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OPINIÓN - VIERNES, 28 DE MAYO DE 2010

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Érase una vez que se era…
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Tal que así comenzaban los cuentos infantiles de toda la vida. La pena es que, hoy por hoy, aquellos preciosos relatos como “Blancanieves” o “La Cenicienta” que nos hicieron soñar y cantar la melodía de “los siete enanitos”, hoy, los grandes clásicos de la literatura infantil son considerados “sexistas”. El resto de Europa debe contemplar con estupor las ignominiosas sandeces y los desvaríos psicóticos que tenemos que soportar los españoles mordiéndonos los nudillos de pura mala leche. La cuestión es si ,el Gobierno, nos considera retrasados o simples jilipollas para ofendernos con esa repugnante cascada de estupideces de la progresía provinciana encumbrada por mor del Dedo.

Parece que, en el Ministerio de Igualdad, capitaneado por una muchacha que presenta como impresionante currículum el haber sido jefa del cante flamenco o alguna pamplina similar, en ese Ministerio innecesario que es otro agujero para lanzar paletadas del sudor y la sangre de los españoles que madrugan, la Aído no se habrá enterado de que, a los diez millones de pobres de España y con más de un cuarto de la población activa en paro, les importa un carajo las princesas, si un caso no le harían ascos a “Bambi” pero para despellejarlo y echarlo en el puchero.

¿Por qué me lanzan ahora sus airadas fulminaciones? ¿Es que tengo yo la culpa de que, el PP no ponga los huevos sobre la mesa y exija un adelanto electoral? ¡Desgañitaditos estamos de suplicarlo! Con escasos resultados. Como mucho la comparecencia de la Cospedal criticando con voz neutra los fallos garrafales del Zetaparo. Todo muy comedido. Todo un puro “sin despeinarse”. Y el que menos se despeina es el relamidísimo Camps al que le encanta armar mitineríos para autoproclamarse candidatísimo. Vaya, para mí la continuidad de Camps debería debatirse en un Congreso con listas alternativas y ser los votantes quienes eligieran a su favorito, eso parece que es la celebérrima “democracia participativa” y los populares deberíamos comprometernos a hacer algo tan sorprendente y novedoso como aplicarla.

Érase una vez que se era, un desgraciado país donde las madres de familia compraban fiados los avíos para el potaje viudo, mientras la Ministra de Igualdad destrozaba los dineros haciendo el genuino “Mapa del clítoris” y formaba a la élite moral para impartir adoctrinamiento por las escuelas y conseguir que, nuestros niños, comprendan las ventajas y las bondades del aborto. Todo a fuerza de eurillos, por supuesto, partida por aquí, partida por allá, los de ERC desbaratando cientos de miles de euros en proyectos de majarones y los nebulosísimos partidos nacionalistas sin control en los gastos ni en los fastos. Porque destrozar los dineros no es delito. El delito es construir “los charleses” en los eriales que son zona rústica, porque esos delitos del ladrillo causan, al parecer “grave alarma social”, más alarma social que las mafias de carteristas extranjeros con cientos de antecedentes que han hecho de zonas de Barcelona un auténtico infierno y que se están cargando el turismo y la economía de los comerciantes. Eso sí, no se puede decir la nacionalidad de las mafias porque eso es ser “xenófobo” y para no ser xenófobos tenemos que soportar que España sea Eldorado de todos los maleantes del planeta.

Y más que van a ir llegando porque “estos de ahora” como no pisan más que el bordillo de las aceras cuando se apean de los coches oficiales, no conocen, ni sienten, ni palpan, la realidad de las calles, ni el sentir de los ciudadanos. Por eso les quieren bajar los sueldos a los miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que están pagados miserablemente porque, los políticos no los consideran necesarios, de hecho ellos se sienten “muy seguros” con los escoltas que les pagamos los españoles que tenemos miedo de salir a la calle. Érase que se era una Nación donde, los que más ganaban eran los policías y los guardias civiles, los médicos, los maestros y los funcionarios, porque funcionando esos colectivos todo funciona. Un país donde los políticos usaban sus propios coches, jamás ostentaban más de un cargo público, se accedía a los “altos cargos” por rigurosa oposición y los “cargos de confianza” se consideraba un inmundo y rechazable método bananero de dar jornal a los amiguetes y a los pelotas. Método prohibido, por supuesto.

Érase que se era que Rajoy hacía caso de los españoles y se comprometía a adelantar para mañana las elecciones. Esto empieza como un cuento, pero podemos hacerlo una realidad.

Y que, los del Ministerio de Igualdad devuelvan los cuartos que llevan despilfarrados. Que paguen en plan “Ya pagará el inglés el vino que se bebió”.
 

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