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OPINIÓN - VIERNES, 28 DE MAYO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Ángel Muñoz Vega
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Mentiría si dijera que mi amistad con él data de muy antiguo. Aunque es verdad que tuve la suerte de conocerle cuando apenas llevaba yo unos meses residiendo en la ciudad. De lo cual hace ya casi treinta años. Un día me dijeron que Ángel Muñoz Vega respiraba socialismo a raudales. Pero yo entonces, como ahora, le concedía escasa importancia a las ideas políticas de una persona.

Por aquel entonces, principio de los años ochenta, AMV había ya cumplido los cincuenta años. Destacaba por su estatura y su presencia despertaba a su paso interés. Las mujeres decían de él que tenía muy buena facha. Con tan buen aspecto, elegancia natural, y un sentido del humor siempre dispuesto para las ocasiones concretas, nuestro hombre se hacía notar sin querer.

Pero lucir palmito no era lo suyo. Lo suyo era, había sido desde muchos años antes, trabajar duramente para sacar adelante a sus seis hijos. Que habían ido llegando como si tal cosa. De manera que cuando quiso darse cuenta se vio rodeado por una prole que le exigía una entrega completa al trabajo. Ya que nunca ha sido tarea fácil sacar seis hijos adelante.

Pero AMV, además de afrontar el reto con buen son y una disposición y entrega inmejorables, quiso ir más allá: y supo convertirse en patriarca de una familia numerosa cuyos miembros nunca han olvidado el respeto que le deben. Respeto que se ha ganado a pulso. Ejerciendo de padre de sus hijos tanto en los momentos buenos como en lo menos buenos. Me consta que jamás escurrió el bulto y siempre estuvo inconmensurable en todas sus intervenciones.

Ángel Muñoz Vega ha cumplido 83 años. Y, días pasados, tuve la suerte de charlar un rato con él. Testigo de nuestra conversación fue Luis Parrillas: ese empresario cordobés que tantos amigos ha sido capaz de hacer en esta ciudad. Y le dimos un repaso a la vida laboral de Muñoz Vega. Y, desde luego, le oímos decir el enorme orgullo que siente cuando mira a su alrededor y ve la situación de su familia.

La vida de Muñoz Vega no ha sido fácil. Pero él sigue pensando que los momentos complicados nunca hicieron mella en el entusiasmo que él sabía que le tenía que dedicar a su empresa. Y, por tanto, cada amanecer se levantaba pensando que todo se podía arreglar trabajando. Y revestido de tales ánimos nunca cayó en la desgana. Eso sí, nos dijo que a su lado había tenido y seguía teniendo a una gran mujer. Y a partir de ahí cambiamos de conversación. Y, cómo no, le abrimos las puertas a opinar sobre fútbol. Otra de las grandes pasiones de Ángel.

El miércoles pasado, coincidí nuevamente con Ángel Muñoz Vega en la terraza de una cafetería céntrica. Estuvimos acompañados por uno de sus hijos y también por uno de sus nietos. Y me celebró nuevamente la suerte de contar con una familia como la suya. Puesto que ha sido abuelo en diecisiete ocasiones y ya ejerce como bisabuelo. Y, desde luego, está deseando que comience el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Porque está convencido de que España, con los jugadores que tiene, acabará ganando el Campeonato. Pero lo mejor de todo, es que a su edad, y con los achaques lógicos, aún continúa queriendo acudir al trabajo. Porque no concibe su vida sin, al menos, darse una vuelta por el despacho de sus negocios y participar del ambiente. Su vida merece premio...
 

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