Seis meses de prisión, 2 años de alejamiento e
incomunicación y otros 2 de prohibición a la tenencia de
armas fueron las penas solicitadas por la representante del
Ministerio Fiscal en la ciudad para un hombre por un
presunto delito de malos tratos, del que se declaró inocente
alegando no haberse acercado a su ex mujer al estar
residiendo en Marruecos y recalcando haber estado acusado
por denuncias falsas.
”Cada vez que cruzo la frontera la Policía me para porque
estoy en busca y captura ya que vivo en Marruecos desde el
divorcio pero ella se empeña en denunciarme. Jamás la he
tocado, ni pegado, y esos días que supuestamente la agredí,
ella estaba gritando por la ventana y yo en el garage
recogiendo mis cosas”. Con estas palabras se defendía ayer
un hombre sentado en el banquillo de los acusados del
Juzgado de lo Penal número uno por un presunto delitos de
malos tratos, recogido en el artículo 153 del Código Penal y
por el que la representante del Ministerio Fiscal en la
ciudad pide seis meses de prisión, dos años de alejamiento e
comunicación y otros dos más de prohibición al porte y
tenencia de armas.
Por su parte, la acusación particular se adhirió a la
petición fiscal mientras que el letrado de la defensa
solicitó la absolución de su cliente esgrimiendo que, en
anteriores ocasiones, un juez había declarados falsas las
denuncias de la supuesta víctima archivando la causa. Esta,
durante su declaración ante el tribunal de la Sala, cayó en
múltiples contradicciones advirtiendo “no acordarse de todo
lo sucedido” debido al estado de nerviosismo padecido. Al
parecer, los hechos contenido en el escrito de acusación de
la Fiscalía se produjeron el 25 de junio de 2009 y el 31 de
agosto del mismo ejercicio en el domicilio donde convivía la
pareja, ubicado en El Príncipe. En la primera ocasión, la
denunciante manifestó que el encausado le había agredido con
varios puñetazos que le causaron lesiones en la carta, el
brazo y el abdomen ya que “al regresar de la compra, me
cogió en las escaleras y además me insultó cuando tenían una
orden de alejamiento”.
El segundo altercado se produjo en el portal de dicha
vivienda cuando el procesado, en presencia de su nueva
pareja, “me tiró el buzón de las cartas y me agarró del
cuello”, testificó la supuesta víctima. Hechos que negó
rotundamente el imputado, que manifestó no haber estado en
el domicilio por aquella fecha al residir en el país vecino.
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