La consejera de Medio Ambiente y Servicios Urbanos, Yolanda
Bel, y los responsables y técnicos de la sociedad municipal
del agua, Acemsa, presentaron ayer los primeros resultados
del proyecto de ‘Mejora de la eficiencia física de la red de
distribución de agua de Ceuta’, que desarrolla la empresa
Ayesa. Según señalaron, la división en sectores de la red en
la zona centro, en la que ha comenzado a implantarse este
sistema de gestión, ha supuesto un ahorro del 26% en el
consumo. La sectorización permite, tal como destacan,
detectar y controlar los problemas de fugas, y se extenderá
a toda la ciudad, con una red de 275 kilómetros.
La empresa municipal del agua, Acemsa, presentó ayer el
proyecto para la mejora de la red de distribución, que ha
comenzado a desarrollar en el centro y que ha supuesto,
según los datos aportados por sus técnicos, un ahorro del
26%. Tal como señaló el ingeniero Pedro Sierra al final del
acto, celebrado en el Salón del Trono del Palacio
Autonómico, el objetivo final de este plan, una vez
desarrollado en toda la red, que tiene una extensión de 275
kilómetros, es alcanzar un nivel de ahorro de agua del 35%.
Los encargados de presentar los primeros resultados de este
proyecto, correspondientes al período comprendido entre
enero y marzo de este año, fueron la consejera de Medio
Ambiente y presidenta del Consejo de Administración de
Acemsa, Yolanda Bel; el gerente de la sociedad, Manuel Gómez
Hoyos; el director técnico, Diego Pérez, y los ingenieros
Pedro Sierra y Marian Martín, esta última, de la empresa
Ayesa.
Gómez recordó que “en 2001, cuando llega al gobierno nuestro
presidente, el problema del abastecimiento en Ceuta era
bastante preocupante”. El panorama que pintó el gerente de
Acemsa de ese momento era el de escasez de agua, “una red
obsoleta, con unas pérdidas cuantiosas”. “Entonces se decide
por parte del Gobierno de la Ciudad acometer un enorme y muy
positivo proyecto para tratar de mejorar todas las
infraestructuras, el abastecimiento de agua, con el objetivo
de lograr un suministro racionalizado y normal”. En el
primer proyecto ‘Agua 24 horas’ se invirtieron 12 millones
de euros y “de forma paralela”, aseguró Gómez, se acometió
la reforma y modernización de las infraestructuras
subterráneas. A día de hoy, y según los datos del gerente de
Acemsa, la red ha sido renovada en un 60 ó 70% y existen
nuevas fuentes de producción, como es la desaladora. El
siguiente paso fue, según las explicaciones de Gómez, la
implementación de un sistema de control del agua que se
suministra, y tras “contactar con la empresa apropiada (Ayesa),
y junto a la Confederación Hidrográfica, se inició el
proyecto presentado ayer.
Uso sostenible
Por su parte, Bel explicó que “el reto del Gobierno de la
Ciudad es garantizar el suministro sostenible y de calidad
del agua”, para lo cual se desarrolla desde Acemsa un plan
de gestión integral que, a su modo de ver, “va a marcar un
hito”. Como finalidades dentro de este objetivo general, la
consejera citó la de “minimizar la extracción de recursos
naturales para usos urbanos y elevar los niveles de garantía
del suministro aumentando la eficiencia en la distribución y
en la utilización y no con un aumento de dotaciones”.
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Sectorización como modelo “moderno” de gestión
Los técnicos de Acemsa explicaron
ayer los pormenores del plan de sectorización de la red de
distribución de agua potable, cuya finalidad es reducir las
pérdidas. Se trata, en palabras del ingeniro Pedro Sierra,
de una gestión “moderna” del agua, que sigue un modelo que
“nació en Inglaterra hace unos 40 años, aunque en España
todas las ciudades están empezando”, indicó. El objetivo de
la división en sectores del sistema de distribución es
“bajar el consumo y por tanto, el coste, la factura” del
agua en una ciudad marcada por la falta de recursos
naturales y donde este bien resulta especialmente caro,
puesto que su disponibilidad depende de la desalinización,
tal como destacó el técnico. El proyecto en marcha en Ceuta
ha comenzado por la zona centro, cuya red se ha dividido al
efecto en tres sectores que pueden ser controlados de forma
independiente con el fin de “acotar” los problemas de fugas
donde surgen y de adaptar los niveles de presión a
necesidades y horarios concretos
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