Un herido grave, Annuar M. alias ‘el Rambo’ de unos 25 de
edad se encontraba, al cierre de la edición, siendo
intervenido quirúrgicamente de las heridas de bala recibidas
en ambas piernas -al parecer unos 8 impactos- tras ser
alcanzado anoche sobre las 21’30 horas por los disparos
realizados por un individuo que ocultaba su rostro en la
calle central del Príncipe -frente a la barriada de Al
Jalifa. Dos vehículos fueron alcanzados en el tiroteo, un
Seat Arosa gris -que retiró la grúa de las puertas de
Urgencias del Hospital, y pudo ser el que trasladó al
tiroteado- y un Hyundai amarillo, que huyó del lugar pero la
Policía ya lo habría localizado.
La Policía Nacional investiga el nuevo tiroteo producido en
la barriada de Príncipe Alfonso que, en esta ocasión, ha
finalizado con un herido grave después de recibir unos ocho
impactos de bala repartidos en las dos piernas. Según el
primer parte médico, su estado reviste seria gravedad y al
cierre de la edición estaba siendo intervenido
quirúrgicamente.
Los hechos se produjeron entorno a las 21’30 horas de ayer
noche. Las primeras interpretaciones de lo sucedido indican
que la víctima caminaba por la calle principal del barrio
sobre esa hora. En su recorrido se pudo acercar a un
vehículo amarillo [marca Hyundai], en el momento en que un
individuo, con el rostro oculto, se acercó esgrimiendo un
arma con la que descerrajó varios disparos. Tantos que
algunos de ellos perforaron la chapa del automóvil amarillo
cuyo conductor huyó del lugar. La víctima trató de eludir
los tiros -todos dirigidos de cintura hacia abajo- y
recorrió varios metros con el pistolero tras él apretando el
gatillo. El ataque duró aproximadamente dos minutos... y
nadie había visto nada cuando sólo 15 minutos después un
equipo informativo de esta casa acudió al lugar mientras
agentes de la Científica y de la Brigada de Información
trabajaban sobre el terreno escoltados por miembros de la
Unidad de Intervención Policial y de la Seguridad Ciudadana,
pertrechados con material antidisturbios, protegiendo las
pruebas -casquillos- que andaban diseminados en un área de
100 metros cuadrados.
El herido pudo subir a un Seat Arosa cuyo conductor lo
trasladó al área de Urgencias del Hospital Universitario de
Ceuta, a escasos dos minutos del lugar de los hechos.
Allí, el equipo de Urgencias, lo trasladó de inmediato al
área de Cirugía por la gravedad de sus heridas, abundante
pérdida de sangre y riesgo de complicaciones ulteriores en
sus extremidades derivadas de los impactos sufridos en área
vascular y ósea.
En tanto agentes del Cuerpo Nacional de Policía realizaban
una exhaustiva inspección ocular donde se recogieron varios
casquillos de 9 mm largo, los de la Brigada de Policía
Judicial trabajaban en las mismas puertas de las Urgencias
del hospital conociendo datos directos y contactando con los
que llegaban al lugar para interesarse por el herido.
Los primeros datos eran fundamentales para actuar con
rapidez. De momento, el coche huido, el Hyundai amarillo ya
está identificado y controlado por los investigadores. Se
trata de un coche cuyo dueño fue recientemente tiroteado en
el estómago, concretamente el pasado 26 de marzo en un
anterior suceso. Un amigo de este fue también tiroteado el
pasado mes de abril con dos impactos en una pierna.
El famoso ‘Rambo’ es un viejo conocido de la Policía y uno
de los más afamados vecinos del barrio. Aunque no hay aún
una teoría sobre este último caso, las hipótesis son varias.
Algunas de ellas varían desde el típico ajuste de cuentas
entre bandas, a la idea de que haya sido una advertencia
desde la cúpula de la organización a la podría estar unido
el que es considerado por las Fuerzas de Seguridad como uno
de los delincuentes de la zona.
La labor policial se acumula en un barrio donde el peso de
las balas marca, de nuevo tras los 90, la lucha por la
jerarquía del lugar. Una jerarquía que, con sus propias
leyes, acometería a criterio acciones de castigo contra los
miembros de organizaciones contrarias, o bien incluso,
contra elementos discordantes de sus propias estructuras.
De fondo, el poder, el control y el dominio del barrio en el
entorno del narcotráfico.
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Otro desafío para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado
Sobre el terreno, y sabiendo el
lugar que pisan, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía
se enfrentan a un nuevo tiroteo que servirá para ir
desarticulando, a base de detenciones, a las organizaciones
-de baja estofa- que campan por el barrio y que estarían
detrás, incluso, de los apedreamientos contras los miembros
de la Seguridad del Estado. El objetivo de estas acciones de
atentado contra la autoridad estarían destinadas a evitar el
despliege de la policía en el barrio. Mientras este toma y
daca se produce, las actuaciones internas de las bandas
-ahora descabezadas y sin control físico prevalente-
proporcionan mayor trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad que se topan permanente con elementos
descontrolados sin mínimos valores cívicos que actúan sin
nada que perder acogotando a un vecindario cautivo de las
‘hidras’ que afloran en la zona. Se trata de otro desafío
para las fuerzas del orden que sólo 12 horas antes se
reunían para reactualizar el protocolo de actuaciones
conjuntas que se llevará a cabo en el barrio para luchar
contra la delincuencia, actos vandálicos y sacar de las
calles a los elementos peligrosos.
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