Fue uno de los símbolos del Atlético de Ceuta. Francisco
Fernández Garrido (Ceuta, 1938), conocido futbolística y
popularmente como ‘Paco Anta’, llegó a convertirse en uno de
los jugadores emblemáticos de un club, que en la temporada
1960/1961 rozó el ascenso a Primera División. Precisamente
aquella fase de ascenso a la máxima categoría frente al
Elche CF fue el mejor momento en su trayectoria deportiva.
Permaneció ocho temporadas en el Atlético de Ceuta, y fue
seguido por grandes equipos como Real Madrid o Atlético de
Madrid. Sus inicios fueron en el Betis de Hadú.
Posteriormente militó en Empleados Municipales (Juveniles y
Regional Preferente), Hércules de Hadú (3ª División), Don
benito (3ª División), Imperio de Ceuta (3ª División),
Atlético de Ceuta (2ª División) y CD Badajoz (2ª División).
Finalizó su carrera deportiva en el Ceutí. Jugó en
diferentes posiciones en el centro del campo, aunque su
demarcación natural fue la de interior derecho.
Pregunta.- Sus mejores años en el mundo del fútbol los
vivió como jugador del Atlético de Ceuta...
Respuesta.- El Atlético de Ceuta ha sido lo más grande que
yo he tenido en mi vida deportiva. Jugar y permanecer tantos
años en el equipo de mi tierra para mí tiene un gran valor,
y por ello le doy mucha importancia a todo lo que yo viví en
este club.
P.- ¿Cómo recuerda aquella etapa futbolística en un club
como el Atlético de Ceuta, que nacía de la fusión de dos
clubes con tanta historia como la S.D. Ceuta y el Atlético
de Tetuán?
R.- Aquella etapa para mí fue inolvidable. Sería muy difícil
explicarlo porque en este equipo viví muchos momentos que no
se pueden olvidar. Llegar a jugar una fase de ascenso a
Primera División, aunque finalmente no se consiguiera, es ya
para recordarlo toda la vida. Haber ascendido con el
Atlético de Ceuta hubiera colmado todas mis satisfacciones
deportivas.
P.- Aquella temporada 1960/1961 en la que se rozó el ascenso
a la máxima categoría, fue una campaña, por todo lo vivido,
histórica e irrepetible…
R.- Teníamos un equipo joven y muy compensado. Contábamos
con Soler, Curro, Ayala, López, Lora, Pedrito, Céspedes,
Pedreño, Valero, Alonso… Además nos llevábamos
estupendamente, y eso se notaba en el campo.
P.- En el camino del Atlético de Ceuta a Primera División se
cruzó el Elche…
R.- Por aquel entonces ascendía el primer clasificado, y el
segundo jugaba la promoción con el penúltimo de Primera
División, que luchaba por evitar el descenso. Era una
eliminatoria a doble partido. Quedamos segundos, por detrás
del CD Tenerife. Nosotros jugamos el primer partido en casa,
y le ganamos al Elche por un gol a cero.
P.- ¿Y en la vuelta?
R.- Ya en el partido de vuelta, perdimos por cuatro goles a
cero, pero ocurrieron cosas extrañas. Recuerdo que nos
expulsaron a dos jugadores, no pitaron un penalti… Ese día
salimos muy confiados, y nada más empezar el partido
estrellamos un balón en el palo. Pero al momento, el árbitro
expulsó a Uriarte, y un poco después a Álvarez. No se
consiguió el ascenso, pero vivimos un momento histórico para
el fútbol de Ceuta.
P.- ¿Cómo era el ambiente en las gradas del Alfonso Murube?
R.- Aquello nada tenía con ver con la actualidad. En cada
partido nos apoyaban miles de personas, y en aquella
temporada en la que pudimos lograr el ascenso, al estadio
acudían casi diez mil personas. Ahora es diferente porque
los aficionados que van, no lo hacen con esa ilusión con la
que antes se vivían los partidos. Antes de empezar ya
estaban animando, y dentro del vestuario escuchábamos al
público gritar. Todo eso nos daba mucha fuerza y saltábamos
al terreno de juego reforzados por el ambiente. Todavía
seguían viniendo aficionados de Marruecos, que había sido
seguidores del Atlético Tetuán.
P.- Cuenta con una importante colección en la que viene
recogida su historia deportiva. ¿Alguna imagen que guarde
con especial cariño?
R.- Tengo muchísimas fotos, pero hay una que para mí es
especial. Es una fotografía que está dedicada por el
entrenador Casimiro Benavente. A cada jugador le hizo una
dedicatoria, y a mí me puso que no había necesitado a nadie,
y que todo lo que conseguí en el Atlético de Ceuta había
sido por méritos propios. A mí esta dedicatoria me llena de
orgullo.
P.- A lo largo de su carrera ha tenido varios entrenadores.
¿Ha sido Casimiro Benavente el técnico que más le ha
marcado?
R.- Era un gran entrenador. Recuerdo que en un partido, en
Mallorca, teníamos a todo el público en contra y enfurecido
por la que se había liado en el partido de ida en el Alfonso
Murube. Benavente en el vestuario antes de saltar al terreno
de juego nos dijo que él iba a salir el primero, para que
cuando saliéramos nosotros, la afición rival ya no tuviera
fuerzas para gritarnos. Y así fue, salió el primero y
aguantó estoicamente el chaparrón. Fue un entrenador
extraordinario, pero he tenido muchos, y de todos he
aprendido.
P.- ¿En que ha cambiado el fútbol de antes con respecto al
de ahora?
R.- Ahora se juega de forma más directa. Nosotros jugábamos
con cinco delanteros, pero cada uno tenía su misión en
función de sus cualidades, y todos nos ayudábamos. El que
tenía más calidad tenía que jugar para el que más corría, y
el que menos calidad tenía para el que era más técnico. A mí
me gusta el fútbol de antes porque llegábamos a puerta
setenta veces, mientras que ahora hay partidos en los que
apenas se crean oportunidades. Cuando yo jugaba en el
Badajoz, en Tercera División, además de nuestro sueldo y las
primas por ganar, nos daban cien pesetas por gol que
marcáramos. Y dio resultado porque los partidos acababan con
goleadas por seis, siete u ocho tantos.
P.- ¿Cómo ve actualmente a la afición?
R.- Creo que el equipo necesita más apoyo. Estamos todo el
partido callados y estos no es bueno. Antes, los domingos
ibas al fútbol o al cine, y había más gente joven en las
gradas. Ahora tienen otros alicientes, pero creo que hace
falta que la afición apoye más, y que acuda más gente joven
al campo. Yo no estoy de acuerdo con lo que ocurre
actualmente en el Murube. A un jugador de qué le sirve que
le animen cuando marca un gol. Ese apoyo hay que
demostrárselo durante el partido para darle la moral y
fuerza suficiente para que marque.
P.- ¿Qué opina del público cuando se manifiesta durante el
partido?
R.-Y tampoco estoy de acuerdo con las críticas o gritos
durante el partido. Aunque el resultado sea negativo o el
equipo no esté jugando bien, hay que apoyarlo, y cuando el
árbitro pite el final gritar todo lo que se quiera y mostrar
el enfado. Pero después del partido, y no durante el mismo.
P.- ¿Envidia algo del fútbol actual que le hubiera gustado
tener en su etapa como futbolista?
R.- Ahora ves a los equipos con sus camisetas, sus chandals,
sus botas… Nosotros estábamos muy limitados en lo que a
material se refiere. Y los terrenos de juego son una
maravilla. Nuestro campo estaba mal, pero he jugado en
auténticos patatales. Era imposible jugar tocando el balón.
Y otra cosa que me llama mucho la atención es cuando veo a
algunos jugadores sacar un córner y el balón llega sin
fuerza. Nosotros jugábamos con un balón de material que
cuando se mojaba pesaba muchísimo.
P.- En ocasiones se valora más a los jugadores que llegan de
la Península que a los de la cantera. ¿Se sentía arropado
por la afición ceutí?
R.- Durante algunos años fui el único jugador de la
plantilla que era de Ceuta, y esto suponía que cuando había
algún problema de otro compañero me lo achacaban a mí. Yo
era muy ‘Guti’, y he tenido muchos enfrentamientos con el
público, pero también me he sentido querido por la afición.
Yo siempre he sido el mismo, y el fútbol no me hizo cambiar.
Hasta los sesenta y cinco años he vivido en Hadú, y los
vecinos de la zona me conocen como he sido siempre.
P.- El tren de Primera División pasó muy cerca de usted como
jugador del Atlético de Ceuta, pero no fue la única…
R.- Se fijaron en mí dos grandes equipos: Real Madrid y
Atlético de Madrid. Estaba Zárraga de secretario técnico y
fue a verme a varios partidos, pero al final no me llamaron.
El Atlético de Madrid también me estuvo siguiendo, pero por
aquel entonces no era algo que me obsesionaba. Me dedicaba a
jugar, y después me llegaban noticias de que me estaban
observando el Madrid, el Atlético o el Sevilla.
P.- ¿Se veía capacitado para jugar en Primera División?
R.- Por mis cualidades, hubiese sido mejor jugador en
Primera que en segunda División. Esta categoría era muy
dura, y se daban muchos palos. A mí me hubiera gustado haber
jugado alguna vez en Primera División. Modestamente, creo
que lo hubiera bien.
P.- Los años más importantes en la historia del Atlético de
Ceuta coincidieron con la etapa como presidente de José
Benoliel. A su juicio, ¿ha sido el mejor dirigente que ha
tenido el fútbol de Ceuta?
R.- Claramente digo que sí. He tenido muy presidentes y muy
buenos entrenadores, pero José Benoliel era un presidente
que sentía los colores. Hay un momento que no se me olvida.
Fue en Alicante. Yo lo he visto llorar sentado en la canasta
de la ropa. Era un señor que sentía los colores del club.
P.- El Atlético de Ceuta, por su historia, es uno de los
clubes más importantes del fútbol ceutí. ¿Qué le parece que
un equipo, con un pasado tan importante, ni siquiera esté
compitiendo?
R.- Es una pena que, con lo que ha sido este club, esté
prácticamente desaparecido. Me da pena porque lo he vivido.
Actualmente ya no hay nadie dispuesto a arriesgar su dinero.
Debía haber una persona que se decidiera a resucitar al
Atlético de Ceuta o la Sociedad Deportiva Ceuta. Cada uno en
su época fueron los dos primeros equipos de la ciudad, y
jugaron en Segunda División. Allí militaron grandes
jugadores. Yo todavía me acuerdo de aquella célebre
delantera del Ceuta formada por Urdiales, Guerrero, Natalio,
Martínez y Pedrín, que ascendieron en los años 50 a Segunda
División.
P.- El apellido Anta siempre ha estado ligado al fútbol de
Ceuta…
R.- Es muy curioso porque casi todo el mundo en Ceuta me
conoce como Paquito Anta, pero me llamo Francisco Fernández
Garrido. Lo de Anta, viene desde que yo era pequeño. Me
quedé huérfano cuando tenía cinco años, y me acogieron mis
tíos. Me criaron, y me siento muy orgulloso de que me
conozcan como Anta. En mi familia ha habido varios
futbolistas, y hasta un árbitro.
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