He tenido mi particular Via
Crucis, con la Estación de Penitencia, si fue el Jueves
Santo, para ser más precisos, por cuanto con el diagnostico
médico del Dr. Hilario, no hay vuelta de hoja, toca Cádiz
para otra intervención quirurgica..., el boquino me tiene
harto y no me quejo por gusto, por mucha dureza
legionaria...
Socio del club del ibuprofeno y del metamizol y demás
ingredientes, tienes que recordar el tener cuidado con las
bebidas y el waskay, vaya a coger un siroco del carajo. La
cosa se puso tan mal por la tarde del Jueves Santo, que ya
la sociedad espidifien-nolotil no hacía efecto, había que ir
a urgencias y el dolor era muy muy fuerte. Me voy dando
cuenta del mal rollo que hay en los Jardines de la
Argentina, y lo dejo atrás, llego al mítico ambulatorio Jose
Lafont y los pirulos de una ambulancia, dan muestras de
alguna urgencia fuera de lugar. Como siempre un tito en
silla de ruedas del pais vecino, escoltado como los pasos de
Semana Santa, por la Policia Nacional y hasta su templo.
Nunca había hecho alardes de heroísmo médico ni he pedido
favores, pero como estaría que para mís adentros suplicaba
ser el próximo en entrar, por cuanto los dibujos del suelo,
los podía ver cada vez más cerca y caerme en redondo.
Conforme iba observando los allí presentes a cada cual con
su pelicula particular, madre e hija, a un medicamento o
tal, una señora arrugada musulmana, los achaques de la
dieta, diabetes, espalda o vaya usted a saber, una pareja de
bailongos del poblado, ella me saluda, el crack el no saluda
porque va de divo bailando, verdad charli... ella con los
moquillos, claro si va medio en pelotas, no va a coger
frío... dos con el chandal y el movil y mp3, y no sabía como
ponerme ya las manos por la cara y la cabeza, hasta que
entré y me pusieron un adolonta, por lo que se ve, hace un
efecto sicotropico, aunque cuando vieron el parte para Cádiz
y la lesión diagnostica, uffff, Javi lo llevas jodido,
hombre sino no vengo yo revolcandome por los asientos de ahí
fuera, ah si tampoco falto el tipico padre con el niño que
le duele la garganta, aguanté estoicamente mi turno y mi
banderillazo en la nalga. De vueltas a casa ,otra vez por
Jardines de Argentina, el único español era yo pasando, dos
chicas muy jovenes, son golpeadas en el hombro, por unos
señores morenos, de color, de indole subsahariano, lo que
era antes tres negros, con lo que me han dicho a mi de
chico... y varios magrebíes, haciendose los juramentos por
los consumos de canabis, o sea los porros, la niña le hace
los gestos del golpeo, y los morenos en arameo, así como los
forzudos magrebíes haciendo pesas y ejercicios de culturismo
como en Alcatraz con Clint Eastwood, y yo con mis volantes
médicos en la mano y el chandal, para la casa, como para
hacer yo una defensa de las niñas, una lucha como Bruce Lee
en Furia Oriental, con los magrebíes y los negros, con los
luchacos peleandome por los arboles subido, como El Luchador
Manco. y luego toda la Policia Nacional escoltando los
pasos, y es que como dice el Señor Comisario, es que no hay
que meterse por ciertos sitios a ciertas horas, si venir del
ambulatorio fastidiosamente mal.
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