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OPINIÓN - VIERNES, 21 DE MAYO DE 2010

 
OPINIÓN / EL ANÁLISIS

José Diego Pastelero se despide
defendiendo a sus jugadores

Por Jesús Carretero


Es el talante de las personas, y en el caso del que ha sido, durante los casi cuatro meses últimos, entrenador del Ceuta, se ha puesto de manifiesto, desde el primer instante, cuando llegó para tratar de lograr el ascenso y ahora, no logrado ese objetivo, en vez de sacar el ventilador, ha analizado con frialdad y con su punto de vista lo que había y lo que hay, mientras que lo que habrá lo deja para la actuación de la directiva, la que haya.

Una despedida

La rueda de prensa, tras el partidillo frente al segundo equipo del Ceuta, era la conclusión de más de tres meses aquí en Ceuta, por parte de un técnico que llegó con ilusión y tras haber vivido unas experiencias “atípicas” dice “adiós” sin resentimiento, con gallardía y con la sensación de haber hecho todo lo posible, aunque eso no se haya traducido en triunfos y éxitos que muchos se hubieran apuntado más que él.

Al preguntarle si la rueda de prensa era ya una despedida, su respuesta lacónica nos indicaba que así era:” Posiblemente, creo que para lo contrario se tienen que dar unas circunstancias no probables”.

Era la clara exposición de lo que hay en un Ceuta que abrirá un nuevo proyecto, esperemos que más acertado que el actual.

Faltaron detalles

Es como interpreta José Diego Pastelero la situación en la que quedó el Ceuta, y entre esos detalles está el hecho de “haber faltado ser un equipo competitivo”, porque él hablaba de individualidades, de buenos jugadores, pero no de equipo. Esa falta de ser equipo es lo que hizo que las aspiraciones fueran sobre el papel, únicamente, no sobre el terreno de juego.

Y, obviamente, habrá que marcar el futuro, un futuro que él, con la sensación de saber estar en el sitio que le corresponde, nos remitía a que “lo marcarán los dirigentes y el entrenador del próximo año”. ¡¡Qué Dios nos coja confesados, si no hay cambios!!.

Él, con todo, sí que dejó muy claro que para la directiva, no para fuera, ya había dejado marcado su parecer de lo que se podría y tendría que hacer, pero no iba a ser él, como nunca lo fue, el que diera “tres cuartos al pregonero”. También aquí estuvo en su sitio.

Buen recuerdo de Ceuta

No podía ser de otra forma y el que no se hayan logrado los objetivos principales no le ha llevado al ya “ex técnico” a renegar de nada de lo que encontró aquí, todo lo contrario, él se va “nada contento con resultados y clasificación”, sin embargo sí que recordará las buenas relaciones con mucha gente que ha conocido y con quienes mantuvo buen tono, prensa incluida, aun así “el objetivo no se ha logrado”.

Y si no se ha logrado ese objetivo ha sido, también, en parte, por “el entorno y su falta de tranquilidad”. Un mensaje que ya sabe, muy bien, quien debe descifrarlo, y también los de ese entorno, que conocen como el técnico o como yo “el mal que hay dentro y que hay que extirpar de raíz”.

Rendimiento de los jugadores

Él sabe que son los jugadores los que tienen que marcar goles. Él sabe que si los jugadores están en un ambiente tenso, el rendimiento no es el mismo y para eso, cuando habla de buenos jugadores, pero no de equipo, marca con fuerza:” Hay jugadores que no rindieron porque han tenido cosas negativas en torno a ellos”.

Lo que no terminó de decir es si esos casos negativos eran sólo por ciertas presiones desde dentro, o si, también, porque para algunos de ellos “la noche ceutí era demasiado alegre y los entrenamientos, luego, se hacían demasiado duros”.

Con todo ahí quedaron sus palabras y que las interpreten dentro, o incluso, también, desde la propia Ciudad, por si eso lleva a tomar un rumbo diferente.

Mensaje cifrado

Se insistía en eso del entorno, por si había más claridad, pero el ya ex técnico acercaba la situación y todos lo hemos entendido, espero que aquel o aquellos a los que se dirigía, también, sepan descifrarlo: “El entorno hace nacer todo lo demás, especialmente lo más cercano ..., a los jugadores hay que defenderlos a capa y espada, como a los propios hijos”.

Algo había fallado, pues, y terminaba en: “A los hijos se los puede reñir en casa, pero fuera...”.

Afortunadamente, estas palabras ya las conocíamos, por otros caminos, desde hace tiempo, y es bueno que desde dentro se haya podido ratificar lo que sabíamos desde mucho antes de llegar a Ceuta el técnico José Diego Pastelero, con lo que queda claro que no ha sido él quien nos ha comentado jamás nada, porque tanto él como nosotros sabemos diferenciar lo profesional de la amistad. ¿De acuerdo, Don ...?.

Ahora lo que hace falta es que, cuando menos, se sepan aprovechar las líneas que les han marcado y si vuelven a contar con él ya saben que una parte del camino está recorrido y que lo conocen las dos partes, especialmente eso de :”la defensa al jugador”. Ese es el camino, la vía de los chivatos es otra, como en días sucesivos iremos analizando.
 

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