En estos momentos, reflexionar en
relación a los ataques indiscriminados, que se producen en
los alrededores y en el interior de las barriadas Príncipe
Felipe y Príncipe Alfonso contra las fuerzas de seguridad
del estado o cualquier otro personal público uniformado en
el ejercicio de sus funciones, es hacerlo en relación a la
coacción que unos cuantos indeseables ejercen contra la
inmensa mayoría de los vecinos en ambas barriadas al no
poder recibir el servicio solicitado. Innumerables han sido
los ataques contra Policía Nacional, Local y Guardia Civil
pero, también contra las unidades del Cuerpo de Extinción de
Incendios, Urbaser, Servicio Público de Transporte o
ambulancias.
Debo señalar, que los dirigentes vecinales han sido desde el
comienzo de estos altercados los primeros en exigir la
actuación contundente de las administraciones públicas
competentes en defensa de la paz y la armonía en la barriada
hastiados de la impunidad con la que actúan unos grupos de
jóvenes delincuentes inducidos por las principales
organizaciones mafiosas que allí desarrollan sus actividades
ilícitas. Infractores, que incluso actúan violentamente
contra aquellos vecinos que defienden su derecho a convivir
en paz recriminando estas incívicas actuaciones y reciben
como respuesta el ataque contra sus escasas pertenencias o
la agresión física.
Resulta obvio, que el objetivo prioritario de estos
desalmados es, sin ninguna duda, poder desarrollar sus
actividades ilegales con la impunidad que les confiere el
que las Fuerzas de Seguridad del Estado y Policía Local
estén ocupadas en otras actuaciones menores aunque, no por
ello, de menor gravedad ya que, los lanzamientos de piedras
contra estos efectivos podrían ocasionar graves
consecuencias a la integridad física de los mismos así como,
a la de los propios vecinos de unas barriadas densamente
pobladas.
Las administraciones locales han apostado decididamente, en
los últimos años, por un núcleo urbano densamente poblado,
carente históricamente de importantes infraestructuras
básicas así como, de la prestación de servicios esenciales.
Las inversiones públicas han aumentado significativamente y
la transformación es más que evidente en cualquier zona de
estas dos barriadas; accesos a las mismas, Edificio
Polifuncional, viviendas, polideportivos descubiertos, zonas
ajardinadas, zonas de aparcamientos públicos, canalizaciones
y mobiliario urbano. No obstante, aún quedan actuaciones por
realizar entre las cuales, debería primar la ubicación de
una comisaría de policía que coordinara la labor de las
Fuerzas de Seguridad del Estado así como, de la Policía
Local en dichas barriadas, reafirmando la disposición de
ambas administraciones en solucionar los problemas
existentes de inseguridad ciudadana. No es momento de
críticas políticas, es momento de unidad y compromiso real
por el bienestar general de los vecinos de ambas barriadas.
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