Unos quinientos funcionarios (los policías nacionales
presentes en la Plaza de los Reyes hablaron de “alrededor de
300” y los convocantes de “cerca de 600”) le dieron la tarde
ayer al delegado del Gobierno, al que durante media hora
corearon consignas más o menos ingeniosas exigiendo la
dimisión del presidente del Ejecutivo de la Nación, José
Luis Rodríguez Zapatero, por bajarles los sueldos. Lo
hicieron antes de que su vicepresidenta Primera, María
Teresa Fernández de la Vega, compareciese ante los medios en
Madrid cerca de las 21.00 horas para concretar cómo afectará
a cada uno el recorte salarial.
Esta vez no fue sólo Comisiones Obreras. A su lado estaban
dirigentes y militantes de CSI.F, de la Unión Federal de
Policías (UFP) y, por primera vez abiertamente enfrentados
al Gobierno de Zapatero, de la UGT. Todos juntos, unas
quinientas personas, la inmensa mayoría empleados públicos,
se dieron cita ayer en la Plaza de los Reyes a las siete de
la tarde, dos horas y media antes de que las vicepresidentas
Primera y Segunda del Gobierno, María Teresa Fernández de la
Vega y Elena Salgado, detallasen a cuánto ascendería el
recorte de los sueldos de los funcionarios este año, para
pedir al presidente que se vaya.
Y que lo haga ya.
Con más o menos gracia el grupo coreó todo tipo de
consignas: “¡Zapatero dimite, el pueblo no te admite!”,
“¡Zapatero a tus zapatos!”, “¡Zapatero, embustero!”. Al
frente, una gran pancarta con el lema ‘No a los recortes
salariales y sociales ¡¡Movilízate!!’. Detrás, pancartas
improvisadas con frases como ‘ZP, mis hijos también tienen
que comer...’, ‘ZP, vete ya’, o ‘Zapatero quiere
retratarte... ...Si no quieres salir en la foto
¡¡¡Movilízate!!!’.
Durante treinta minutos, armados de silbatos, pancartas y un
estruendoso megáfono el grupo le dio la tarde al delegado y
dedicó una sonora pitada al más conocido de sus asesores, el
secretario general del PSOE de Ceuta, José Antonio Carracao,
que tuvo la poca precaución de atreverse a entrar en la sede
de la institución de la Plaza de los Reyes cuando más
caliente estaba la concentración.
Ante los micrófonos de los medios, los líderes sindicales en
el sector público de las centrales mayoritarias se
felicitaron por la concurrencia a la convocatoria,
advirtieron al Ejecutivo socialista de lo que se le viene
encima y volvieron a reprocharle lo “improvisado” de su
último plan de recorte presupuestario.
El secretario general de la Federación de Servicios Públicos
de la Unión General de Trabajadores (FSP-UGT) de Ceuta, Juan
Carlos Pérez, reiteró rodeado por la muchedumbre que su
organización “no está dispuesta” a dejar “que sean los
trabajadores públicos quienes paguen la crisis en lugar de
quienes la provocaron”.
A parar “esta tropelía”
A su lado, su homólogo de la Federación de Servicios a la
Ciudadanía de Comisiones Obreras (FSC-CCOO), Emilio Postigo,
se felicitó por la respuesta del funcionariado a la primera
convocatoria en la calle para contestar a Zapatero, a cuyo
Gobierno advirtió de que “difícilmente podrá olvidar” el
próximo 8 de junio, para cuando se ha convocado una huelga
general en el sector público.
En nombre de la Central Sindical Independiente y de
Funcionarios (CSI.F) Ricardo Martínez censuró el camino
emprendido por el Ejecutivo socialista “basado en la
improvisación” para corregir los números macroeconómicos
nacionales y avisó, como el resto de sus compañeros, de que
los representantes del personal al servicio de las
Administraciones Públicas “no estamos dispuestos a consentir
esta tropelía”.
Media hora después del inicio de la concentración los
movilizados se disolvieron y volvieron a sus casas para, a
las 21.13 horas, ver en directo a De la Vega y a Salgado,
nada más terminar una extraña y vespertina reunión del
Consejo de Ministros adelantada al jueves por problemas de
agenda, explicar al detalle aquello que les había sacado a
la calle a media tarde: una reducción progresiva de los
sueldos sin efectos retroactivos desde el 1 de junio que
afectará a todos los funcionarios y que se efectuará en
función del sueldo base y la antigüedad de los trabajadores
públicos desde el 0,56% al 7%, la eliminación de las
prestación por nacimiento de 2.500 euros (‘cheque-bebé’) a
partir de 2011, el recorte de los salarios de los miembros
del Gobierno en un 15% y la eliminación del régimen
transitorio para la jubilación parcial que se aprobó en
2007.
Además, las pensiones contributivas quedarán congeladas en
2011. El Gobierno espera que este paquete de medidas sirva
para reducir el gasto público en 5.250 millones en 2010 y en
10.000 millones el próximo año. A cambio, queda expuesto,
advirtieron de nuevo ayer los sindicatos, a una huelga
general que sería la primera desde el 20 de junio de 2002,
cuando aún gobernaba Aznar.
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