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OPINIÓN - JUEVES, 20 DE MAYO DE 2010

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Comentario (en defensa de los doctores Jesús Lopera y Juan Carlos Querol) sobre los problemas de la Sanidad ceutí
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Hemos comprobando desde hace unos meses la cantidad de quejas, principalmente por parte de las entidades sindicales, que se vienen sucediendo contra la Sanidad Pública en Ceuta y, especialmente, contra sus dirigentes Jesús Lopera, director provincial del Instituto General de la Saludad y Juan Carlos Querol, director gerente de Atención Primaria. Y nos parece incongruente que tales protestas se dirijan de contínuo hacia dos profesionales, ceutíes de nacimiento, de reconocido prestigio entre la clase médica y beneficiarios de la Seguridad Social que, estimamos, cumplen con sus cometidos a plena satisfacción de sus superiores, como bien ha quedado demostrado con las declaraciones del Delegado del Gobierno en las que expresaba su apoyo a estos dos licenciados por sus gestiones al frente de los departamentos citados.

Todo viene a cuento, estimamos nosotros, a que no se dan las circunstancias deseadas por los sindicatos principalmente de cubrimiento de plantillas de personal cuestión que ha quedado aclarada en la reciente visita a nuestra ciudad de la directora general del organismo gestor Sara Pupato en la que dio cuenta de la auditoría que sirvió de base para el plan de mejora bianual y en la que negó que la Atención Primaria en Ceuta padezca ninguna sobrecarga asistencial, apuntando la falta de planificación de la actividad programada en beneficio de las consultas y de la atención de la demanda.

La auditoria interna a que nos referimos, encargada por el Ingesa, tenemos entendido que ha sido realizada por entidades privadas, o sea, no se han obtenido datos directamente de los servicios que pudieran estar interesados en unos resultados favorables acorde con la responsable gestión de los citados profesionales, quedando claro, también, que los Centros de Salud de Ceuta “tienen una estructura suficiente y adecuada para desarrollar las funciones, con algún elemento de mejora”, que “la población adscrita a cada profesional en términos generales es la adecuada” y que los “ratios por tarjeta profesional se ajustan a la media del Sistema Nacional de Salud”. Es decir: que no existe sobrecarga asistencial.

Hay que reconocer, de todas formas, que los Servicios de Urgencia se encuentran masificados y que son muchos los ciudadanos que ante una emergencia sanitaria personal o de algún familiar tienen que recurrir a la paciencia antes de que puedan ser atendidos. Pero ello, nos preguntamos, ¿tiene que ser imputable a ninguno de estos dos profesionales que hemos mencionado, cuando conocemos de sus ímprobos esfuerzos por disponer de mas medios, tanto personales como materiales, con que lograr una Sanidad aceptable en nuestra Ciudad?. ¿No es lógico, también, que se reconozca la labor desarrollada por los mismos, en unión, claro está, de todo el personal (facultativo, auxiliar y de otros servicios) para la puesta en marcha de las nuevas instalaciones hospitalarias de las que hoy disfrutamos los beneficiarios de la Seguridad Social, sin detrimento de la asistencia durante el traslado de enfermos hospitalizados en el antiguo centro de la Cruz Roja?.

Señores: dicen que la “ciencia del médico es un tesoro común al que todo el mundo debe acudir en sus necesidades” y en Ceuta, por los motivos de todos conocidos, se debe atender a una población flotante que aumenta las estadísticas de asistencias aun cuando los titulares de tarjeta sanitaria tengan que soportar, en algunos casos, largas esperas para su asistencia médica. Pero lanzamos otra pregunta: ¿no se dan estas mismas circunstancias en residencias sanitarias de Cádiz, Málaga o Madrid?. De todas formas hay que reconocer que la Sanidad Oficial ha prosperado, aun cuando quedan cuestiones por resolver. Y que no es imputable a dos excelentes profesionales, los doctores Lopera y Querol, las deficiencias que pudieran darse. Es una “enfermedad” (nos referimos a la falta de equipamiento o de personal) que aqueja a toda la colectividad española y que las autoridades tanto nacionales como autonómicas o locales son las que tienen el encargo de combatirla. Los problemas de la Sanidad Ceutí, por tanto, es nuestro criterio, y así dejamos constancia de ello, no deben ser imputables a ni a Jesús Lopera ni a Juan Carlos Querol.
 

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