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OPINIÓN - JUEVES, 20 DE MAYO DE 2010

 

OPINIÓN / EL OASIS

Racismo latente
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

He dicho muchas veces que soy del Madrid pero que me cuesta lo indecible soportar ese aire de suficiencia que tienen sus dirigentes. Arrogancia que tratan de disimular haciendo alardes de una falsa humildad bochornosa. Porque se les ve a la legua que van de sobrados. Y, sobre todo, porque sigo manteniendo que el racismo es una herencia que Florentino Pérez, sobre todo, parece dispuesto a no erradicar en el seno del club de su admirado Santiago Bernabéu.

No me gustan las comparaciones, aunque en este caso se imponen: mientras los negros que forman parte de la plantilla del Barcelona juegan como complementos importantes, sumamente importantes, de un equipo cuajado de figuras nacionales en la parcela vital del medio terreno, en el Madrid los negros han sido despreciados. Para ser sustituidos por jugadores mediocres.

La temporada anterior daba gusto ver cómo Lass Diarra se hacía dueño del campo y se sacrificaba ayudando a los defensores. Jugador de segundo aliento constante, se convirtió bien pronto en un espectáculo futbolístico. Hubo momentos en los que superó con creces la labor que tan extraordinariamente desempeñara Makelele, años atrás.

Entonces, como madridista de verdad fui capaz de perdonarles los errores que pudieran haber cometido Calderón y Mijatovic, por el mero hecho de hacer acertado en el fichaje de Lass. Y comprendí que alrededor de éste resultaría más fácil formar un medio campo de tronío.

Mas mi gozo en un pozo. Ya que desde el primer día comprendí que se había fichado a Xabi Alonso con el único fin de postergar al pequeño Lass. Pequeño de estatura pero grande como futbolista en todos los sentidos.

De manera que bien pronto, y antes que ningún otro crítico, no tuve el menor inconveniente en destacar como innecesario el fichaje del guipuzcoano. Quien, no sé por qué razones, ha entrado a formar parte del club de los jugadores sobrevalorados. Con lo cual tiene ganado el derecho a que se le silencien sus errores y se le destaquen de manera exagerada cuatro cambios de orientación, que están al alcance de muchos jugadores de la Primera División y de inferiores categorías.

El paso siguiente será vender a Lass al Manchester United o bien a otro grande del fútbol europeo. Y se hará buena la sentencia sarcastica que semanas atrás pronunció Arséne Wenger, entrenador del Arsenal: “Lo mismo, viendo lo que pasó con Robben y Sneijder, habrá que pescar en los descartes del Real Madrid”.

Parece ser que el fichaje de Xabi Alonso fue un capricho de Jorge Valdano. Y con él el Madrid no podrá confeccionar nunca un medio campo donde las piezas encajen perfectamente. Y el motivo es tan claro como contundente: Xabi Alonso carece de las cualidades necesarias para ser ese volante que sirva de escudo a sus defensas. Y tampoco es capaz de jugar con solvencia situándose por detrás de los delanteros. Es lento. Tiene poca capacidad defensiva. Y allá donde juegue es presa fácil de los marcajes. Lo que se convierte en un peligro a medida que atrase su posición.

El fichaje de Mourinho, si se produce, acabaría con el racismo latente tan enraizado en el Madrid. Y, desde luego, sería el principio del fin de la cursilería de Valdano. Que es contagiosa.
 

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