El 90 por ciento de las curas que realiza el personal de
enfermería en los centros de salud del Ingesa responden a
úlceras crónicas. El resto son mayormente heridas que sólo
afectan a la piel y que en consecuencia también se tratan en
el nivel de Atención Primaria.
Las úlceras crónicas más frecuentes son las vasculares, las
del pie diabético o las úlceras por presión. La preocupación
de la Dirección de Primaria en estas técnicas, que son
habituales en el trabajo diario de la enfermería de los
centros de salud, reside en los efectos de carácter
sociosanitario del padecimiento de las mismas como es la
influencia en el nivel de salud y, por tanto, en la calidad
de vida de quien las padece y de sus cuidadores.
Como explica la directora de Enfermería de Atención Primaria
de Ceuta, María del Carmen Ruiz, una úlcera se deriva a
menudo de otra enfermedad de base. “Hay insuficiencias
vasculares que están motivadas por otra afección. Es el caso
de las úlceras derivadas de diabetes, que produce una
alteración vascular que hace que aparezca la herida en la
pierna”, apunta Ruiz. Las úlceras crónicas esconden siempre
problemas vasculares de los pacientes. Trastornos
arteriales, varices, diabetes, se conjugan en la
proliferación de las ulceraciones.
Todas estas cuestiones han llevado al Ingesa a celebrar
estos días en los centros de salud de la ciudad unos
talleres impartidos por la enfermera y experta en el cuidado
de úlceras crónicas, Natalia Silva Pereira, dirigido a los
profesionales de enfermería de Atención Primaria bajo el
título ‘Tratamiento de heridas crónicas en ambiente húmedo’,
cuyo objeto es tratar de unificar criterios en los cuidados
de dichas heridas.
La iniciativa se enmarca en los programas de actuación que
desarrolla el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa)
dirigidos hacia la prevención y el manejo eficaz en los
tratamientos de las úlceras crónicas, actividad enmarcada en
el contexto de las Estrategias de Calidad y Seguridad del
Sistema Nacional de Salud.
Herida quirúrgica
En un tercer término, el personal de enfermería de los
centros de salud también se ocupan de determinadas heridas
quirúrgicas. Sin embargo, se trata siempre de intervenciones
menores. Curas por cesárea o cirugía laparoscópica, que
dejan heridas muy superficiales. sin embargo, tal y como
puntualiza la directora de Enfermeria de Atención Primaria,
cuando una herida traspasa la dermis y adquiere cierta
profundidad muscular deben ser curadas en el Hospital
Universitario. De hecho, los cursos que se están realizando
estos días también están abiertos a cualquier enfermero del
Área Santaria de desee participar en los mismos.
El objetivo de las estrategias de tratamiento de las úlceras
crónicas es proporcionar las condiciones óptimas que
promuevan la cicatrización en el menor tiempo posible y
evitando al máximo las complicaciones de las mismas. Para
ello, una de las líneas de actuación del Ingesa es la
formación de los profesionales de enfermería de Atención
Primaria.
Los talleres comenzaron a desarrollarse el martes en el
centro de salud del Recinto, siguieron ayer miércoles en el
centro de Otero y culminan hoy jueves en el centro del
Tarajal.
“Lo importancia del taller radica en establecer un protocolo
de actuación concreto para la cura de este tipo de úlceras
se prolonga durante varios meses. El problema es que nunca
de-saparece un problema que viene derivado de falta de riego
sanguíneo en la zona. Se cura un úlcera pero más adelante
puede aparecer otra”, apunta María del Carmen Ruiz.
En los talleres que recorren esta semana los centros de
salud ceutíes, Se propone un algoritmo de tratamiento en el
que se reflejarán los distintos tipos de heridas y las
posibles soluciones para cada una de ellas. Además se
realiza una revisión práctica de los apósitos que existen
para este fin, conociendo así mejor su composición, formas
de uso y actuación, e indicaciones para su aplicación.
Una úlcera o llaga, del latín ulcus, es toda lesión abierta
de la piel o membrana mucosa con forma crateriforme (con
forma de un cráter, al perderse parte del tejido) y con
escasa o nula tendencia a la cicatrización espontánea. A
menudo las úlceras son provocadas por una pequeña abrasión
inicial, pero no exclusivamente, casi siempre van
acompañadas de inflamación y a veces infección. Dicho de
otro modo, una úlcera es cualquier solución de continuidad o
rotura con pérdida de sustancia, de cualquier superficie
epitelial del organismo.
Una úlcera por presión (UPP), también conocida como llaga
por presión, úlcera por decúbito o escara de decúbito, se
define como “una superficie de daño localizado en la piel y
el tejido subyacente causada por presión, roce, fricción o
una combinación de éstas”. Pueden aparecer en cualquier zona
del cuerpo, siendo más frecuentes en las prominencias óseas
(sacro, caderas y talones).Este tipo de úlceras se
clasifican en: de primer grado, cuando aparece la piel
enrojecida, y este enrojecimiento no desaparece al retirar
la presión que se ejerce sobre la zona; de segundo grado,
cuando la piel se agrieta a nivel de la epidermis y dermis,
se da la formación de vesículas; de tercer grado, cuando se
da una pérdida de continuidad de la piel, con la aparición
de necrosis del tejido celular subcutáneo que forma una
costra de color negro llamada escara; y de cuarto grado: es
una úlcera necrótica extensa.
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