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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 19 DE MAYO DE 2010

 
OPINIÓN / EDITORIAL

El ‘raca raca’ de Marruecos

El dibujante Peridis ideó hace años la expresión ‘raca raca’ para ilustrar la persistencia del ex lehendakari Ibarretxe en sus aspiraciones nacionalistas de dudosa legalidad. Con el antiguo líder del Ejecutivo vasco en la nevera es ahora el Gobierno de Marruecos el que va camino de ganarse a pulso la adscripción del mismo tópico. Anteayer fue su primer ministro, Abbas El Fassi, el que, sin que nadie haya acertado todavía a saber a cuento de qué, apenas un mes después de verse las caras en Granada con Zapatero como presidente de turno de la Unión Europea, volvió a sacar a pasear las reivindicaciones anexionistas del país vecino sobre las dos ciudades autónomas y el resto de territorios españoles en la costa del Norte de África. Como la última vez pero cada vez con menos inquietud y más hastío las instituciones estatales y locales, los partidos políticos de Ceuta y Melilla y el resto del país, formaciones del otro lado del Estado como Convergencia i Unió, repitieron con una sola voz a Rabat que, como mejor resumió el delegado del Gobierno en la ciudad hermana, “no hay nada que dialogar, no hay nada que discutir y, mucho menos, que negociar” sobre el asunto.

Igual de coincidentes fueron todas las voces que se pronunciaron sobre lo “reiterativo” y lo “infundado” de las posiciones del Reino alauita, con el que el Gobierno de España insiste sin embargo en que las relaciones seguirán siendo estupendas. Así debe ser, siempre y cuando el respeto mutuo las presida. No es aceptable, aunque se trate ya casi de una seña de identidad de Marruecos el airear de nuevo esta aspiración sin base jurídica, histórica o política alguna, que un país “amigo” persista en una demanda que, lo sabe, sólo genera fricciones y polémicas que ni van ni pueden ir a ningún buen puerto. Lo único bueno de la última salida de tono del Ejecutivo marroquí es que ya no despierta ansiedad alguna en Ceuta o Melilla, cuyos residentes, con el respaldo del resto de españoles, saben cuál es y defienden su identidad y su soberanía de forma unánime.
 

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