Aventajar en doce puntos al PSOE
en las encuestas, es para los nuestros, evidentemente,
“casi” motivo de júbilo. “Casi”. Porque, a nadie complace
alcanzar el poder sobre la ruina económica y la desesperanza
atroz de millones de españoles y que le encomienden la
gestión de un país “intervenido” por la Unión Europea. Pan
amargo.
Lo que motiva es recibir un dulce, como en su día recibió
Zapatero, con las arcas llenas, floreciente y próspero, tras
años de exquisito hacer de la mano del yogui Rodrigo Rato
que es quien más sabe de economía de España, con permiso de
la deslumbrante Isabel Estapé. Doce puntos de ventaja que se
acrecentarán si Rajoy da la talla. Y da la cara. Huyendo de
pamplinas, de melindres, de sobreactuaciones de cara a la
galería, de corrección política y de “amistades peligrosas”
que hayan sido plasmadas para la posteridad dando el
paseíllo hasta los Juzgados. Porque ese paseíllo abominable
quema más que el ácido sulfúrico, aunque seas más inocente
que el corderillo pascual . El Sistema, por ahora, está
amañado así. Cuando los votantes lo cambiemos estará
enjaretado de otra manera y, lo mismo, a la larga y con el
tiempo, la famosa “presunción de inocencia” constitucional
llega algún día a ser un precepto respetado y aplicado. Por
ahora el tema falla, como falla todo y se desmorona de forma
inexorable este Sistema caduco, hipócrita, viciado hasta la
médula y generador sistemático de frustraciones.
Pero ¿Estará Rajoy dispuesto a encarar esta responsabilidad
brutal poniendo los cojones sobre la mesa? Esperemos que sí.
Toda una vida llevamos los españolitos suspirando por el
ansiado “líder carismático”, nostálgicos por lo que nuca
tuvimos. Y resignados al imperio del dedo a la hora de que,
un listo, proclame al que le de la gana. En plan “liderazgo
hereditario”, sin los inconvenientes, las molestias y las
mandangas que suponen el que, el proclamado “líder”, tenga
que salir de las urnas de un congreso, o que, ya con el
cargo hereditario, le monten un congreso “a la búlgara” lo
que todavía resulta más lastimoso y más sublimación, no del
nepotismo, sino del amiguismo.
La estulticia, la impericia , los abusos, el despilfarro y
la ignorancia de la izquierda han puesto a Rajoy en la
tesitura idónea para meterse a la ciudadanía en el bolsillo.
Pero no que “el gesto” de rebajar los sueldos de sus cargos
electos y despedir a todos los asesores de Gallardón y
prescindir de un plumazo de coches oficiales y , a partir de
ahora, el que quiera ir en coche que se lleve el suyo y si
quiere blindarlo, que lo pague de su bolsillo y si no tiene
que lo alargue a un taller de barrio y que se lo tuneen como
a todo hijo de vecino, porque ese ahorro es puramente
“simbólico”. Sobreactuación. Ridiculez. ¿Qué le importa a
los ciudadanos que andan pasando más calamidades que las
putas poligoneras, los gestos ñoños?. Nosotros queremos una
moción de censura y que se convoquen elecciones generales.
“YA”.
Y que intervenga la Justicia para determinar como se
califica jurídicamente al despilfarro en subvenciones, ayuda
y cooperación durante estos años nefastos. Eso sí, hay que
apuntarle a Rajoy que siga respetando el “sindicato
vertical” y untando a los sindicalistas como ahora y
subvencionarles para que tengan a tropecientos mil
liberados, porque con sindicatos gubernamentales y
apacentados en la teta del Gobierno no hay problemas de
huelgas generales ni de follones. Que Rajoy y los suyos
sigan amamantando a los de los sindicatos nacionales, porque
eso es tema de “Memoria Histórica” y España tiene una gran
tradición en el tema. Eso sí, el PP también debería
garantizar que, si algunos tipos quieren amañar algún tipo
de sindicato independiente para representar a los
trabajadores, se les deje, de todas formas la clase
trabajadora, mayoritariamente, está apuntada a los de los
“estómagos agradecidos” y lo nuevo tarda en marcar
territorio.
Dar la talla. Dar la cara. Ponerse a la vera a Rodrigo Rato,
a Mayor Oreja, a Zaplana, a Vivas y a Imbroda, a Estapé y a
la mesa de Intereconomía en pleno y no permitir que, la
COPE, ande recabando firmas por internet para la
convocatoria de elecciones y los ciudadanos, para hacernos
oír no podamos más que unir nuestro nombre a iniciativas de
internautas. Abomino de que, la convocatoria de elecciones,
tenga que nacer y salir adelante por la desesperación de la
sociedad civil. Queremos que se presente de una puta vez la
moción de censura y el adelanto electoral y si para ello
tenemos que salir a las calles a recopilar millones de
firmas y voluntades, estamos dispuestos, estamos aquí. Pero
usted, Rajoy, dé la talla y dé la cara. Nosotros no le vamos
a fallar.
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