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OPINIÓN - DOMINGO, 16 DE MAYO DE 2010

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES. 10

José María Más, siempre atento conmigo, me dice que se inaugura la Escuela de Economía y me pregunta si conozco a Enrique Roviralta Hostalet: decano del Colegio de Economistas de Ceuta. Organismo que pone en marcha la citada escuela. Le digo que conozco a don Enrique de vista. Y entonces procede a presentármelo. Y en cuanto nos damos la mano, lo primero que se me ocurre preguntarle al decano del Colegio de Economistas es qué piensa sobre las declaraciones hechas días atrás por quienes han puesto en duda el buen funcionamiento de la Junta Electoral de la Cámara de Comercio. Y don Enrique, tras hacer un gesto como de no querer dar su opinión al respecto, termina diciéndome que lo mejor que pueden hacer los que desconfían de la limpieza de las elecciones es irse directamente al juzgado. Y nunca hacer declaraciones contraproducentes.

MARTES. 11

Tengo una cita con Carlos García Selva y Juan Carlos. Ambos abogados. Y allá que nos ponemos a charlar. A Carlos lo conozco yo desde hace mucho tiempo. Y siempre mantuvimos un trato cordial. Incluso hubo una época en la que mi estimado García Selva soportaba, con su paciencia habitual, mis relatos acerca de un asunto que al final se resolvió a mi favor. Ahora, por razones que no vienen al caso citar, hemos tenido la oportunidad de volver a los tiempos en los que raro era el día en que no echábamos un párrafo. En cambio, con Juan Carlos es la segunda vez que converso y me ha parecido que tiene madera de buen contertulio. Y, por tanto, con él se puede charlar de todo. Y así lo hicimos. Y, claro, me enteré de que es madridista y no sé por qué motivo vislumbré que es de los que sufren con las derrotas. En suma: debo decir que estuve con ellos más de una hora y que no me concedieron la oportunidad de bostezar.

MIÉRCOLES. 12

Con Juan Manuel Doncel llevaba yo la mar de tiempo sin hablar. Por una razón muy sencilla: porque un buen día el consejero de Fomento dejó de pisar la calle. Mejor dicho: dejó de comparecer a una tertulia a la que solía ir con frecuencia. Hoy nos hemos visto y le he tirado de la lengua acerca de los intereses de la Asociación Deportiva Ceuta. Y no ha sabido responderme. Aunque me atrevo a pronosticar, dejándome llevar por su expresión, que JMD confía aún en que el CEDD le dé la razón al Ceuta. De cualquier manera, yo no he tenido el menor inconveniente en decirle al consejero que a ver si consiguen poner, de una vez por todas, en buenas manos a la ADC. Y se lo he dicho porque, por más que el consejero se haga el longui, me consta que él dirige los hilos del equipo de manera muy principal.

JUEVES. 13

En el Hotel Tryp saludo a Antonia María Palomo. Forma parte de un grupo de mujeres a las que acompaña un solo hombre: Juan Hernández: director del Centro de Menores. AMP, como siempre, se muestra afable, cercana, cariñosa. Y a mí no me cabe otra cosa que requebrarla con la educación adecuada. Me quedo a comer en el hotel. De modo que tengo la oportunidad de saludar a Manolo González Bolorino y a Pepe Torrado. A los postres me siento en la mesa de ellos, durante el tiempo que preciso para darle coba a un pacharán. Mentiría si no dijera que hablamos de asuntos variados. Tema de conversación fueron también los años que vamos cumpliendo y de cómo los vamos llevando. Y a mí me tocó decir lo siguiente en relación con mi edad. Es extraño, incluso vertiginoso, haber acumulado una cierta experiencia en la vida. Quiero decir que es un extraño lujo tener ya bastantes años; lujo por la experiencia acumulada; extraño porque es el final. Ahora bien, no dejo de reconocer que con los años voy ganando en inocencia y recuperando la libertad de la niñez. Pepe y Manolo me miraron algo sorprendidos.

VIERNES. 14

En ‘El Mentidero’, como ya he dicho en varias ocasiones, suelo alternar con cierta alegría. Porque es sitio donde me siento satisfecho del trato que me suelen dispensar. A mí y a todos los clientes. Ya que es la marca de la casa. Pues bien, hoy he tenido la oportunidad de conversar en el reseñado local con Antonio Castillejo Callejas. Y le he preguntado acerca de cómo se pueden mejorar dolencias articulares. Y el buen fisioterapeuta no ha tenido el menor inconveniente en explicarme los mejores métodos de recuperación en relación con mi pregunta. Antonio, además, me habla de lo bien que se lo pasó el miércoles por la noche viendo ganar al Atlético de Madrid en Hamburgo. Eso sí, en cuanto puede saca a relucir en la conversación de qué modo vive entregado a su hijo. Disfruta Antonio hablando de ese niño que le tiene sorbido la sesera. De manera que termina contagiándonos a todos su felicidad. Antonio Castillejo Callejas me cae bien. Muy bien. A pesar de que nos conocemos de vista y poco más. Pero... la simpatía surge porque sí.

SÁBADO. 15

He decidido quedarme en casa. Ni más ni menos lo que suelo hacer todos los sábados. Y, cuando son las tres de la tarde, hora en la cual estoy escribiendo, ya he recibido varias llamadas de lectores muy conocidos que quieren saber por qué no se ha publicado mi columna de hoy. Y les digo que desconozco las razones de semejante hecho. Porque, si no me falla la memoria, yo escribí el viernes por la tarde para que lo escrito se publicara el sábado. Quizá sea que el artículo no ha llegado a su destino. O bien que mi forma de escribir, llena de irregularidades gramaticales, no haya pasado la censura del buen escribir que se exige en este periódico. De modo que sólo me queda a partir de ahora, como otras veces ha sucedido, escribir con la misma corrección que hacen otras personas en el medio. De lo contrario, los que me echáis de menos cuando no se me publica un día, seguro que me echaréis de menos muchos más.
 

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