LUNES. 10
José María Más, siempre atento conmigo, me dice que
se inaugura la Escuela de Economía y me pregunta si conozco
a Enrique Roviralta Hostalet: decano del Colegio de
Economistas de Ceuta. Organismo que pone en marcha la citada
escuela. Le digo que conozco a don Enrique de vista. Y
entonces procede a presentármelo. Y en cuanto nos damos la
mano, lo primero que se me ocurre preguntarle al decano del
Colegio de Economistas es qué piensa sobre las declaraciones
hechas días atrás por quienes han puesto en duda el buen
funcionamiento de la Junta Electoral de la Cámara de
Comercio. Y don Enrique, tras hacer un gesto como de no
querer dar su opinión al respecto, termina diciéndome que lo
mejor que pueden hacer los que desconfían de la limpieza de
las elecciones es irse directamente al juzgado. Y nunca
hacer declaraciones contraproducentes.
MARTES. 11
Tengo una cita con Carlos García Selva y Juan Carlos.
Ambos abogados. Y allá que nos ponemos a charlar. A Carlos
lo conozco yo desde hace mucho tiempo. Y siempre mantuvimos
un trato cordial. Incluso hubo una época en la que mi
estimado García Selva soportaba, con su paciencia habitual,
mis relatos acerca de un asunto que al final se resolvió a
mi favor. Ahora, por razones que no vienen al caso citar,
hemos tenido la oportunidad de volver a los tiempos en los
que raro era el día en que no echábamos un párrafo. En
cambio, con Juan Carlos es la segunda vez que converso y me
ha parecido que tiene madera de buen contertulio. Y, por
tanto, con él se puede charlar de todo. Y así lo hicimos. Y,
claro, me enteré de que es madridista y no sé por qué motivo
vislumbré que es de los que sufren con las derrotas. En
suma: debo decir que estuve con ellos más de una hora y que
no me concedieron la oportunidad de bostezar.
MIÉRCOLES. 12
Con Juan Manuel Doncel llevaba yo la mar de tiempo
sin hablar. Por una razón muy sencilla: porque un buen día
el consejero de Fomento dejó de pisar la calle. Mejor dicho:
dejó de comparecer a una tertulia a la que solía ir con
frecuencia. Hoy nos hemos visto y le he tirado de la lengua
acerca de los intereses de la Asociación Deportiva Ceuta. Y
no ha sabido responderme. Aunque me atrevo a pronosticar,
dejándome llevar por su expresión, que JMD confía aún en que
el CEDD le dé la razón al Ceuta. De cualquier manera, yo no
he tenido el menor inconveniente en decirle al consejero que
a ver si consiguen poner, de una vez por todas, en buenas
manos a la ADC. Y se lo he dicho porque, por más que el
consejero se haga el longui, me consta que él dirige los
hilos del equipo de manera muy principal.
JUEVES. 13
En el Hotel Tryp saludo a Antonia María Palomo. Forma
parte de un grupo de mujeres a las que acompaña un solo
hombre: Juan Hernández: director del Centro de
Menores. AMP, como siempre, se muestra afable, cercana,
cariñosa. Y a mí no me cabe otra cosa que requebrarla con la
educación adecuada. Me quedo a comer en el hotel. De modo
que tengo la oportunidad de saludar a Manolo González
Bolorino y a Pepe Torrado. A los postres me
siento en la mesa de ellos, durante el tiempo que preciso
para darle coba a un pacharán. Mentiría si no dijera que
hablamos de asuntos variados. Tema de conversación fueron
también los años que vamos cumpliendo y de cómo los vamos
llevando. Y a mí me tocó decir lo siguiente en relación con
mi edad. Es extraño, incluso vertiginoso, haber acumulado
una cierta experiencia en la vida. Quiero decir que es un
extraño lujo tener ya bastantes años; lujo por la
experiencia acumulada; extraño porque es el final. Ahora
bien, no dejo de reconocer que con los años voy ganando en
inocencia y recuperando la libertad de la niñez. Pepe y
Manolo me miraron algo sorprendidos.
VIERNES. 14
En ‘El Mentidero’, como ya he dicho en varias ocasiones,
suelo alternar con cierta alegría. Porque es sitio donde me
siento satisfecho del trato que me suelen dispensar. A mí y
a todos los clientes. Ya que es la marca de la casa. Pues
bien, hoy he tenido la oportunidad de conversar en el
reseñado local con Antonio Castillejo Callejas. Y le
he preguntado acerca de cómo se pueden mejorar dolencias
articulares. Y el buen fisioterapeuta no ha tenido el menor
inconveniente en explicarme los mejores métodos de
recuperación en relación con mi pregunta. Antonio, además,
me habla de lo bien que se lo pasó el miércoles por la noche
viendo ganar al Atlético de Madrid en Hamburgo. Eso sí, en
cuanto puede saca a relucir en la conversación de qué modo
vive entregado a su hijo. Disfruta Antonio hablando de ese
niño que le tiene sorbido la sesera. De manera que termina
contagiándonos a todos su felicidad. Antonio Castillejo
Callejas me cae bien. Muy bien. A pesar de que nos conocemos
de vista y poco más. Pero... la simpatía surge porque sí.
SÁBADO. 15
He decidido quedarme en casa. Ni más ni menos lo que suelo
hacer todos los sábados. Y, cuando son las tres de la tarde,
hora en la cual estoy escribiendo, ya he recibido varias
llamadas de lectores muy conocidos que quieren saber por qué
no se ha publicado mi columna de hoy. Y les digo que
desconozco las razones de semejante hecho. Porque, si no me
falla la memoria, yo escribí el viernes por la tarde para
que lo escrito se publicara el sábado. Quizá sea que el
artículo no ha llegado a su destino. O bien que mi forma de
escribir, llena de irregularidades gramaticales, no haya
pasado la censura del buen escribir que se exige en este
periódico. De modo que sólo me queda a partir de ahora, como
otras veces ha sucedido, escribir con la misma corrección
que hacen otras personas en el medio. De lo contrario, los
que me echáis de menos cuando no se me publica un día,
seguro que me echaréis de menos muchos más.
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