Su sabor era inconfundible y exclusivo. La mítica cerveza
‘La Estrella de África’ o ‘Africa Star’ era un producto 100%
ceutí, caracterizado por su calidad. Es por ello, por lo que
la fábrica de cerveza, ubicada en la zona del Tarajal –donde
actualmente se encuentra el Polígono Industrial ‘La
Chimenea’- alcanzó un destacado nivel en el sector
industrial cervecero, comercializando sus productos en
Ceuta, Melilla y exportándolo a Marruecos y otros países
extranjeros. La empresa ‘La Estrella de África S.A’ invirtió
más de sesenta millones de las antiguas pesetas en la
construcción y puesta en marcha de la fábrica. Disponía de
los últimos medios tecnológicos y una capacidad para
producir anualmente 200.000 hectolitros y el embotellado de
5000 envases por hora, pero la independencia de Marruecos, y
por tanto la finalización del Protectorado Español motivó un
importante cambio en las intenciones iniciales, al reducirse
el mercado. Pese a todo, su producción ascendía a 50.000
hectolitros por año. Durante más de tres décadas fue el
buque insignia de la industria ceutí, que con el paso de los
años ha ido desapareciendo.
Obras
El 30 de marzo de 1955 tenía lugar el acto de bendición de
los terrenos donde iría ubicada la fábrica. Al mismo,
acudieron las primeras autoridades civiles y militares de la
ciudad, que a su llegada fueron recibidos por el Consejo de
Administración de la empresa, formado por el presidente
Ignacio Coll; el vicepresidente, Demetrio Canceller Segura
–ex ministro de Industria y Comercio-; los consejeros
Alfredo Mahou de la Fuente, Francisco Terredia Junquera,
Ernesto Weil, José María Codoniu Pallise, Eusebio Sanz Coll
y Pablo Furriols Arderuis; y los gerentes Luís Puigjaner,
Miguel Bosch y Alberto Mursolas.
El obispo de la Diócesis, Isidro Conde Conde, bendijo los
terrenos, comenzando de modo oficial las obras de
construcción de la nueva fábrica. Una vez finalizado el acto
el salón del Trono del Palacio Municipal acogía una copa de
vino español ofrecida por la empresa.
Inauguración
Apenas dos años después del inicio de las obras, el 23 de
marzo de 1957, se producía la inauguración oficial de la
fábrica de cerveza. De nuevo, los miembros del Consejo de
Administración eran los encargados de recibir a las puertas
del edificio a las autoridades. El acto fue presidido por el
teniente general Alfredo Galera, gobernador general de los
Territorios de Soberanía. En la sala de cocción se celebraba
el acto de inauguración. Previamente el vicario general de
la Diócesis, Isidro Conde Conde, bendecía el edificio.
Posteriormente tomaba la palabra Ignacio Coll Castell,
presidente del Consejo de Administración de ‘La Estrella de
África S.A.’ , quien destacó la inversión económica
realizada a la hora de dotar a la fábrica de los últimos
medios técnicos, lo que suponía –dijo- que fuera la “mejor
en España” y estuviera “a la altura de las mejores del
extranjero”. Por su parte, el consejero y ex ministro de
Industria y Comercio, Demetrio Canceller destacaba lo que
para Ceuta y su economía podía significar la implantación de
una industria cervecera, subrayando el importante capital
invertido en un sector en el que, decía, “no hay
privilegios” aludiendo a las exigencias que la propia
empresa se iba a imponer al objeto de “perfeccionar el
producto final” con vistas a “ofrecer el mejor servicio al
cliente”.
Después de la intervención de Demetrio Canceller, se dirigió
a los asistentes el presidente de la Cámara de Comercio,
Industria y Navegación. José María Baeza Huesca echaba una
vista atrás y recordaba el avance de la economía local en
las últimas décadas, citando el inicio de la construcción
del puerto en el año 1912, y la evolución experimentada en
la ciudad hasta llegar a contar con unas instalaciones
industriales que “nadie creía podía hacerse en Ceuta”, por
lo que afirmaba que “podemos estar orgullosos de ello”. El
turno de intervenciones lo concluyó el gobernador general de
los Territorios de Soberanía, quien una vez finalizado el
acto y acompañado por los máximos dirigentes de la empresa,
recorrió las instalaciones, recibiendo la oportuna
explicación de su funcionamiento por parte de los técnicos
en cada uno de los departamentos. Tras la visita firmó en el
libro de oro, reflejando en el mismo lo siguiente: “Es mi
orgullo, como español y gobernador general de las Plaza de
Soberanía, desear muchos éxitos a esta incomparable
empresa”.
Instalaciones
El emblemático edificio con su característica silueta
constaba de nueve pisos. En la planta baja, entre otros
departamentos, estaban situados los silos, donde se
almacenaba la materia prima; la sala de calderas; el taller
mecánico; la sala de máquinas y los hangares en los que se
almacenaba la cerveza producida.
En la planta subterránea se encontraban los pozos de agua de
los que se surtía la fábrica y una inmensa galería de
tuberías por las que discurría la salmuela (agua con sal a
-5 grados) que permitía mantener fría la cerveza que
reposaba en las bodegas.
En la primera planta fue ubicada la sala de cocción; el
laboratorio o la sala de tonelería en la que se construían
de manera artesanal los barriles de madera hasta que
posteriormente comenzaron a utilizarse los actuales
barriles. También cabe destacar la sala de botellería, en la
cual se embotellaba la cerveza después de un arduo proceso
que se iniciaba con el lavado de los envases, continuaba con
la esterilización de los mismos, debía superar un control de
calidad antes del embotellado, y concluía con el taponado.
En los primeros años el proceso de lavado era manual, por lo
que se requería un importante número de trabajadores que fue
disminuyendo con el paso de los años coincidiendo con la
automatización del proceso. En la segunda planta se producía
la fermentación. Los molinos se encontraban en el cuarto
nivel. Varios almacenes, la sala de purificado, las oficinas
y otros numerosos departamentos completaban las nueve
plantas. Junto al edificio se encontraba otro elemento
característico de la fábrica: la chimenea.
Problemas
En febrero de 1992, la empresa ‘La Estrella de África’
comienza a plantear la posibilidad de cesar la elaboración
de cerveza y cerrar las puertas de la fábrica, poniendo fin
a treinta y cinco años de producción. La decisión aún no
estaba adoptada en firme, pero la dirección reconocía que la
empresa venía cosechando pérdidas en los últimos años de
forma consecutiva, por lo que los resultados económicos
obligaban a buscar una solución. En 1989 el déficit ascendió
a 2,4 millones de las antiguas pesetas; al año siguiente fue
de 0,3 millones; y en el año 1991 las pérdidas aumentaron
considerablemente hasta alcanzar los 16 millones de pesetas.
Uno de los motivos que habían provocado esta situación
financiera había sido, según ‘La Estrella de África’, la
supresión del buque ‘Rosita Rey’ que con carácter semanal
transportaba cerveza desde el puerto de Ceuta hasta el de
Melilla, cerrándose de este modo un importante mercado con
la ciudad hermana, en la que también se encontraba muy
arraigada esta mítica cerveza. Por tanto, la producción se
limitaba al consumo local. La intención era la de solicitar
la regulación de empleo para sus cuarenta trabajadores.
Cuando la empresa parecía abocada a un cierre irremediable,
a finales del mes de marzo la Junta de Accionistas concedía
una prórroga de seis meses antes de adoptar una decisión
sobre el futuro de la empresa. El objetivo era reflotar la
situación económica en este periodo de tiempo para evitar el
cierre definitivo. El estado financiero de la empresa
conllevaba una falta de inversión en la renovación de los
equipos industriales, que poco a poco iban deteriorándose.
Pese a todo, se apostaba por esta prórroga de seis meses en
un intento por salvar la empresa. La medida adoptada también
incluía la solicitud ante la Dirección Provincial de Trabajo
de la aplicación de una regulación de empleo parcial, que
afectaría a unos veinticinco trabajadores. Desde la
dirección de la empresa se lamentaban del poco interés
mostrado por las autoridades gubernamentales de la época por
conocer la situación de la empresa u ofrecer alternativas
que evitaran su desaparición. El número de empleados había
descendido considerablemente en los últimos tiempos, por lo
que las esperanzas de mantener abierta una de las pocas
industrias que todavía permanecían en la ciudad se iban
agotando, hasta que en el mes de octubre cesó la producción
de cerveza. La empresa, antes del cierre definitivo, barajó
la posibilidad de una reconversión: La intención era
comercializar los productos del Grupo Damm, sociedad a la
que pertenecía ‘La Estrella de África S.A.’, pero finalmente
esta opción no fructificó, y la fábrica de cerveza cerraba
sus puertas, poniendo punto y final al que era el buque
insignia de la industria ceutí.
Demolición
El 13 de mayo de 1994, dos años después de su cierre, el
emblemático edificio de la fábrica de cerveza era demolido,
llevándose consigo treinta y cinco años de historia. La
empresa Volconsa fue la encargada de la demolición, en la
que se utilizaron 200 kilos de dinamita plástica –Goma 2- y
1500 detonadores. En cuestión de segundos el lugar quedaba
envuelto en una intensa nube de polvo que escondía los
escombros en los que había sido convertido el inmueble. Sin
embargo, la chimenea no fue destruida, permaneciendo intacta
algún tiempo, hasta que finalmente también fue eliminada,
desapareciendo de este modo el último símbolo de la fábrica.
Concluía una etapa, pero se iniciaba otra nueva en el sector
empresarial de la ciudad, puesto que en el solar donde
estaba ubicada la industria cervecera se construiría
posteriormente el actual polígono industrial, al que se le
denominó ‘La Chimenea’, en honor a tan característico
símbolo que durante casi cuatro décadas formó parte del
paisaje en la zona del Tarajal.
Testimonio
Miguel López aún recuerda aquella antigua fábrica de cerveza
y lo que significaba para los ceutíes. Guarda muy buenos
recuerdos de una empresa que formó parte de su vida. De
hecho, entró a trabajar como aspirante a administrativo
cuando contaba con tan sólo quince años. Fue testigo no
solamente de los inicios de la industria, sino también de
sus últimos momentos. En el año 1992 cuando ‘La Estrella de
África S.A.’ decidía clausurar su actividad, desempeñaba el
cargo de apoderado. En el recuerdo mil y una vivencias en
una empresa que “era un símbolo para todos los ceutíes”,
explica Miguel López quien, antes del cierre definitivo de
la fábrica, grabó en video el interior de sus instalaciones.
Unas imágenes –un auténtico tesoro- que también recogen el
momento de la demolición del edificio, y que aún le provocan
cierta emoción cuando las visiona: “Han pasado casi veinte
años, pero no puedo evitar emocionarme. Todavía me acuerdo
de todos los buenos compañeros y amigos. Entre todos juntos
hicimos la Estrella de África”. Guarda un muy buen recuerdo
de todos ellos, especialmente de Jorge Sabater, al que
“estoy profundamente agradecido”, matiza.
Para Miguel López, el sabor de la cerveza ‘Africa Star’ era
especial: “Era un producto caballa, algo tan nuestro que
tenía un sabor diferente. Los peninsulares se quedaban
asombrados”. Pero, ¿dónde estaba la clave de ese sabor
único?. Miguel López, no lo duda: “En la calidad de la
materia prima, porque se adquiría en diferentes lugares del
mundo, siempre en los mejores y esto hacía que la cerveza no
sólo destacara por su sabor sino también por su calidad”.
La empresa concedía diariamente a los trabajadores un litro
de cerveza. “Las botellas llevaban inscritas la numeración
de cada trabajador, y en la vitrina recogíamos antes de
salir nuestro litro de cerveza”, rememora López, que también
recuerda las numerosas visitas guiadas que se producían por
las instalaciones de la fábrica por parte de cientos de
escolares que presenciaban ‘in situ’ la elaboración y
embotellado de la cerveza. Despertaba tanto interés que en
una ocasión, explica Miguel López, “visitaron la fábrica los
jugadores del Athletic de Bilbao. Iban a jugar contra el
Ceuta, y solicitaron visitar la fábrica”.
Cualquier material relacionado con la cerveza ‘África Star’
supone un objeto muy preciado por los coleccionistas.
Banderines, chapas o etiquetas son actualmente
comercializadas a través de Internet, aunque el producto
estrella son las botellas, por las que se llegan solicitar
importantes cantidades.
La cerveza ‘África Star’ o ‘La Estrella de África’
despertaba la admiración de todo aquel que la bebía. Su
calidad hacía de ella, una cerveza irrepetible. Una cerveza
‘made in’ Ceuta.
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