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OPINIÓN - DOMINGO, 16 DE MAYO DE 2010

 
OPINIÓN / VENTANA ABIERTA

Centros de orientación familiar

Por Miguel Ángel de la Huerga (Orientador Familiar)


Los Centros de Orientación Familiar (COF) tienen como finalidad prioritaria el atender a las familias con dificultades de convivencia, ayudándoles a conseguir una relación matrimonial y familiar equilibrada.

Tienen una línea de actuación educativa o de prevención, en la que proporcionan formación y asesoramiento a las familias para desarrollar sus funciones, sobre todo en las etapas de transición: noviazgo, boda, nacimientos, escuela, adolescencia, emancipación, nido vacío, ancianos, etc. Una segunda línea terapéutica, más específica, se realiza mediante entrevistas personales y sesiones confidenciales, con parejas o familias necesitadas de ayuda profesional por alteraciones o desajustes, crisis profundas o rupturas y fracasos. También se trata la reestructuración del sistema familiar y la adaptación y acomodación a nuevas situaciones.

Desde hace algunos años, los COF han abierto un nuevo campo de actuación con la dedicación a la Mediación, para aquellas parejas que han decidido romper definitivamente su convivencia. Un profesional, imparcial y neutral, les ayuda a conseguir, para la nueva etapa, acuerdos satisfactorios para todo el sistema familiar, preferentemente para los hijos.

Todos los años, los distintos C.O.F. del Sur de España, publican una Memoria del ejercicio anterior, que recoge sus principales actividades durante ese periodo, y una estadística de los casos tratados en las entrevistas de ayuda realizadas.

Del estudio de esa estadística se desprende las dificultades que con mayor frecuencia presentan las familias que acudían a estos centros, para mantener una buena convivencia. Tradicionalmente, la mayor dificultad se derivaba de una mala relación de la pareja motivada, generalmente, por el desconocimiento de una forma de comunicación adecuada. Otras dificultades que solían aparecer, aunque en menor grado, eran la convivencia con los hijos, motivos psicológicos, separación y divorcio, dependencias familiares, adicciones, etc.

Durante los pasados años, los problemas de convivencia con los hijos, especialmente los adolescentes y cada vea más frecuentemente los preadolescentes, han ido ganando posiciones hasta llegar al último año en que han superado claramente a todos los demás.

La preponderancia de los problemas de relación padres-hijos, y la correspondiente repercusión en la armonía del sistema familiar, ha sido la gran novedad que aparece reflejada en casi todas las estadísticas y que creo merece una reflexión en profundidad por parte de los adultos. Qué hemos hecho mal -familiar y socialmente- y a partir de ahí buscar fórmulas de corregir, en lo posible, esta situación.

En otra ocasión podremos analizar todo esto más detalladamente. De momento les dejo esto para su reflexión.
 

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