Aunque mi amiga Conchi, a la que
le tengo un gran afecto, se enfade y me de la “vara” este
domingo no quito ni una sola coma de cuanto he escrito sobre
Belén Esteban, y su participación en el concurso MQB.
Cada día me aferro más en la idea de que bailando es un
caballo de madera con las patas articuladas, que tiene menos
idea de baile que servidor sobre como se hace un edificio de
cincuenta plantas.
Sin embargo tengo que reconocer que la que peor baila de
todo los concursantes será la ganadora del mismo, porque así
lo han decidido todas las horteras que con sus votos la
mantienen en la final del mismo.
De auténtica vergüenza, que en un concurso de baile, donde
nada se juega, tengan que abandonarlo quienes le dan sopa
con ondas bailando a la “princesa del pueblo”, para que
todas esa horteras le den sus votos par hacerla ganadora.
Porque no lo duden, ni por un sólo momento, la que
interpreta los bailes como un caballo con las patas
articuladas, será la ganadora del mismo demostrando, todos
esos horteras que, para nuestra desgracia España sigue
siendo un m país de pandereta, donde el populacho siguen
apoyando, incondicionalmente, a cualquier populachero, en
este caso populachera, que no popular. Las cosa claras.
Analizando el par de bailes que le toca realizar en su
última intervención para pasar a la final con los votos de
las horteras. Tenemos que decir que el Charleston que bailó,
además de no tener ni idea de lo que estaba bailando, con
las piernas tiesas sin articularlas siquiera, en cualquier
verbena de barrio la hubiesen corrido a gorrazos, incluido
en las fiesta de su barrio, San Blas.
Del segundo baile, el tango, interpretado o como se le
quiera llamar al enorme ridículo que realizó sobre la pista,
es mejor callarse, porque decir lo que se piensa de esa
interpretación, sería tanto como decir un taco de los gordos
en horario infantil.
Después de ver su “maravillosa”, “única” e “inconmensurable”
actuación, si fuese alguien en la Argentina, declararía tres
días de luto nacional por la muerte del tango. Porque tal y
como lo interpretó, esta genial Paulova del siglo XXI, entre
las aclamaciones de todos sus seguidoras horteras y
populacheras, era para acabar con el famoso baile argentino.
Es más era para cantar aquello de “no llores por mí
Argentina, por lo que he hecho para acabar con el tango”.
No se yo si habiendo visto los argentinos, la “genial”
interpretación del tango bailado por Belén Esteban y que la
ha llevado a la final de la mano y de los votos de sus
incondicionales, a partir de esos momentos se negarán a
bailar el tango en las calles de Argentina.
Lo que ha hecho esta señora bailando el tango, no lo mejora
ni un palomo cojo bailando un cha, cha, cha. Ha hecho tan
“genial” actuación, que si yo fuese miembro del jurado o
concursante, por dignidad me marcharía del concurso, dejando
sola a la gran Pualova del baile.
Es tan mala bailando como, JJ Santos, radiando un encuentro
de fútbol televisado. Para que se hagan una idea de cómo
baila.
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