No se degustan en el ambiente típico parisino, ni en las
calles que rodean a la Torre Eiffel. Pero el sabor y la
esencia en el paladar resulta el mismo, ya que su materia
prima viene a través del transporte aéreo desde la mismísima
Francia. Este, además de su delicado y apetitoso aspecto,
conforman los reclamos más exóticos de los productos que la
joven Meriem Akil ofrece desde hace dos meses a los ceutíes
en un pequeño negocio que destaca por su colorido, su aroma
y ternura, dentro del Centro Comercial Parques de Ceuta,
donde sus crêpes con chocolate o las brochetas de fresas y
donuts atraen la mirada de todo tipo de consumidores.
“Vienen niños pequeños, jóvenes y adolescentes. Pero los
adultos también son golosos y, de vez en cuando, les apetece
algo dulce cuando vienen a comprar y merendar”, explicaba la
joven.
Pero hacerse con las máquinas y los productos que tardan en
llegar unos treinta días, obtener el capital necesario para
declararse autónoma, no fue un camino de rosas ni mucho
menos. Pero el espíritu empresarial y la necesidad de
trabajar se convirtieron en las armas de lucha de Meriem
para poder fundar su propio negocio. “Llevaba dos años con
una depresión a cuestas que empeoraba al intentar buscar
empleo y no me salía nada. Solicité ayuda en el Centro
Asesor de la Mujer (CAM), aunque quienes realmente me
impulsaron a dar este salto fueron Mujeres Empresarias. Mi
experiencia en varios hoteles de Eurodisney y Casablanca
como cocinera y pastelera, y mi formación como técnico de
hostelería me llevaron a decidir que lo que más me gustaban
eran los crêpes”, relataba Meriem Akil.
Miel, nata, chocolate, frutas, golosinas, galletas y
almendras son algunos de los ingredientes que le añaden
textura y placer al bocado de los ceutíes cuando pasan por
el puesto de Meriem Akil, que además es muy sugerente por su
pasión por el osito Winnie de Pooth. Claro que para obtener
el presupuesto necesario para iniciar la empresa no ha
bastado con las ayudas familiares. “He solicitado ayudas a
PROCESA y estoy pendiente de una del INEM porque, para
ponerlo en marcha, me tuve que dar de alta, presentar el
proyecto, hacer varios trámites administrativos y entonces
Mujeres Empresarias, en marzo, ya le dio luz verde al
negocio, por ello, siempre les agradeceré todo lo que han
hecho por mí, ya que mi lengua materna es el francés y me
han tenido que asesorar y animar en cada paso que he dado”,
confesó la emprendedora.
Pero el auténtico secreto de Meriem es la materia prima que,
ciertamente, llega desde Francia y pertenece a una
franquicia que funciona a nivel mundial, con ingredientes
que cruzan fronteras en todos los continentes para
establecer paladares universales de los auténticos crêpes.
“Alemania, Suiza, América Latina, España, y esta es la
diferencia. Es la masa la que viene ya elaborada y el
chocolate, y que descubrí gracias a un señor que tenía un
negocio igual que el mío en los bajos de la Torre Eiffel.
Son auténticos”, manifestaba, ilusionada.
Y es cierto que cuando una idea que ronda la mente humana y
se convierte en un sueño a poder cumplir, poquitos son los
esfuerzos que hacen falta para luchar y convertirse en una
persona emprendedora.
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