Es el paso que parece que se
inicia, tras la comparecencia en el Congreso del presidente
del Gobierno, con la puesta en marcha, posteriormente, por
el Gobierno de la Nación, de los tijeretazos a la forma de
subsistir los pensionistas y los funcionarios.
Y es que uno, cuando analiza todo lo dicho y proclamado por
el presidente del Gobierno, desde que llegó a la Moncloa, no
sabe si aquello que defendía lo hacía con seriedad o si, por
el contrario, lo único que buscaba era hacerse un nombre en
defensa de una política social, que nada le importaba, con
la bolsa llena que le habían dejado sus predecesores.
A lo largo de los últimos dos años, en el Gobierno, o
especialmente en su presidente, ha habido tantos bandazos,
sobre todo en lo económico, que es prácticamente imposible
mantener una línea y saber por donde iba la coherencia o
incoherencia, de lo que se decía y de lo que luego no se
hizo.
Con este recorte o tijeretazo a los pensionistas y a los
funcionarios, especialmente, se ha puesto muy claro y,
totalmente, de manifiesto, cual era el “talante” y cual ha
sido el “talento” del primer espada del Gobierno, a la hora
de abordar lo que se le venía encima, y que no fue capaz de
parar a tiempo.
Y ha bastado una llamada de atención, o un tirón de orejas,
desde fuera, para que la reacción haya sido la de cortar por
la parte más fácil, mientras que se va a seguir permitiendo
ciertas fechorías de los especuladores, tal como venían
haciendo desde hace años.
No es la vez primera que con un Gobierno de éste o de otro
tinte se congelan hasta tres años seguidos los sueldos de
los funcionarios. Eso es lo fácil, pero ninguno, hasta
ahora, se había atrevido a rebajarlos, ni tampoco a congelar
o poner a la baja las pensiones de los jubilados.
Ahora, no tardando mucho, se verán las consecuencias, cuando
esa bolsa de votos se decante hacia grupos que muestren otro
talante económico, sin palabrería y falsas promesas.
Ahora bien, lo que no es de recibo es que, con la que está
cayendo se sigan manteniendo ministerios tan innecesarios
como el de Igualdad, que lo único que ha hecho ha sido
compensar algún favor personal anterior.
Menos parece de recibo mantener hasta una tercera
vicepresidencia, con una seria bastante, y esos gastos se
habrían reducido, y sigue siendo intolerable esa generosidad
con el exterior, mientras aquí la economía está “jodida”.
Cuando la bolsa estaba llena, dio para poder subvencionar a
una serie de adictos a..., “los de la ceja” por ejemplo u
otros grupos muy del corte de la “progresía barata”. Con la
bolsa llena se ha podido, sin ton ni son, y sin que nadie lo
pidiera, utilizar el “cheque-bebé”, dándoselo incluso a
personas que ni lo necesitaban ni lo hubieran pedido jamás.
Ahora, desde hace meses, la “bolsa” ha bajado tanto que ya
no se podrá hacer frente a compromisos electorales, que han
podido significar una “compra encubierta” de votos.
En estos momentos, incluso podríamos llegar a decir que
“bien venidas sean esas medidas”, porque al final se habrá
puesto en claro que la política económica, no entro en más
asuntos, ni siquiera era un canto de sirena, era el dejar
pasar a ver si desde Lourdes, Fátima o Montserrat llegaba el
milagro, porque sólo un milagro podría soportar el rumbo
emprendido desde 2004.
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